17 de mayo de 2022, 4:00 AM
17 de mayo de 2022, 4:00 AM


En las últimas semanas a nivel mundial se ha visualizado que algunos movimientos políticos tienden al interés particular en contra del bien común centrado en la persona, sobre todo las acciones de los partidos y plataformas políticas (no todas) tienen una lógica particular de accionar disociada de principios morales e incluso van en contra de la dignidad humana, que se traduce que el fin justifica los medios aunque estos sean destructivos. Ya en el siglo XV esta forma de proceder se adoptó sin tapujos en la diplomacia, una de las personas que plasmó por escrito esta manera de proceder fue Nicolas Maquiavelo, una de sus obras más conocidas es
El Príncipe.

Asimismo, a Maquiavelo se le atribuye la lógica de acudir a cualquier medio para lograr un fin, sin embargo, este personaje lo que hizo fue describir la manera que los líderes de ese momento histórico accionaban para obtener el poder político de la época, evidentemente en esa descripción sugería varias cosas, entre ellas que la política y la moral no van de la mano porque la segunda limita a la primera, por lo tanto, para obtener el poder político se debe acudir a acciones contrarias a los valores; evidentemente esa forma de proceder no es la adecuada para la política, pero quedó grabada a tal punto que en la actualidad la política partidista se mueve con la misma lógica que describió Maquiavelo hace siglos.

Lo antes mencionado, nos permite entender la manera que proceden la mayoría de los partidos y sus líderes para obtener el poder, al mismo tiempo, es una forma de generar un nuevo proceder dentro de la política donde el ser humano sea el centro, que se traduce en acciones donde a cada individuo se le respete sus derechos, que las decisiones que tome el Estado no vayan en contra del bien común de la ciudadanía y sobre todo que cada individuo aun cuando tenga una visión política distinta, sea tomada en cuenta por la sencilla razón que es persona.

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