27 de abril de 2024, 8:55 AM
27 de abril de 2024, 8:55 AM



En las transitadas avenidas de Santa Cruz, un espectáculo clandestino y peligroso se desenvuelve bajo el manto de la noche: las carreras de motocicletas. Cientos de jóvenes motociclistas, en lo que seguramente consideran una demostración de destreza y adrenalina, han transformado algunas arterias de la ciudad en un juego mortal que ya ha cobrado vidas y ha sembrado el temor entre los vecinos.

Estas carreras clandestinas vienen realizándose desde hace varios años. Los motociclistas pertenecen a diversos clubes, e incluso participan algunos conductores de servicios de delivery. Inicialmente, se congregaban sobre la avenida Cristo Redentor y en una noche fija de la semana, como los miércoles.

Tras los reclamos de los vecinos y algunas intervenciones policiales, los corredores han ido cambiando de lugares y de horarios, justamente para evitar los controles. Ya se han trasladado al segundo anillo (zona de la Madre India), a la avenida Santos Dumont, a la plaza 24 de Septiembre y al Cambódromo. Incluso han llevado su temeraria actividad a los municipios vecinos de Porongo y Cotoca. Y ya no se limitan a los miércoles, sino que corren cualquier noche o madrugada de la semana.

El último accidente de gravedad ocurrió esta semana, cuando un motociclista circulaba a gran velocidad con la rueda delantera levantada, maniobra que le impidió ver a tiempo a un camión de servicio público que se encontraba parado sobre el carril izquierdo. Al bajar la rueda, el intrépido conductor se estrelló contra el camión, lo que le causó graves heridas. El episodio fue grabado con un celular por una persona que circulaba en otra motocicleta. Tras el accidente, los otros motociclistas y acompañantes abandonaron el lugar para evitar ser implicados por la Policía.

La tranquilidad de los vecinos de esas avenidas también se ha visto seriamente afectada. Los jóvenes motociclistas llegan a los barrios con su música a todo volumen. Luego, los motores rugen en cada carrera, generalmente desde las 10 de la noche hasta las 3 o 4 de la madrugada. El barullo deja a los residentes angustiados y privados de sueño, especialmente a los más vulnerables, como niños y ancianos.

Aparentemente, las intervenciones policiales no han logrado disuadir a los ‘motoqueros’ de sus carreras ilegales. Incluso se han realizado intervenciones de forma simultánea en varias zonas de la ciudad, para evitar que estos lleven su temeraria actividad de un lugar a otro. En los controles, los policías piden licencia de conducir, SOAT y hasta verifican si tienen placa de circulación. Pese a estos operativos, el problema persiste.

Por su parte, la Alcaldía de Santa Cruz señala que no tiene competencias para sumarse a las tareas de control de esas carreras clandestinas y que no es mucho lo que puede hacer, excepto evitar que los motociclistas ingresen al Cambódromo. Sin embargo, un concejal considera que la Secretaría de Seguridad Ciudadana sí debería intervenir en este asunto, en coordinación con la fiscalía y la Policía. Y luego lanza una preocupante insinuación: que estas carreras clandestinas se repiten una y otra vez porque corre plata por debajo. Si fuera este el caso, la ciudad se encuentra desprotegida frente a este atentado contra la tranquilidad ciudadana.

Es imperativo que se tomen medidas urgentes para abordar esta crisis de seguridad pública. La implementación de estrategias de vigilancia más rigurosas, la aplicación de sanciones relacionadas con este tipo de actividades ilegales, y la promoción de alternativas seguras y legales para la expresión de la pasión por las motocicletas son pasos esenciales para mitigar este problema creciente.

La seguridad y el bienestar de la comunidad no pueden seguir siendo sacrificados en el altar de la indiferencia y la inacción. Es hora de que tanto las autoridades como los ciudadanos se unan en un esfuerzo concertado para poner fin a las carreras clandestinas de motocicletas en Santa Cruz y restaurar la paz y la tranquilidad en nuestras calles nocturnas. El costo humano de la inacción es simplemente demasiado alto para ignorarlo por más tiempo.

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