18 de marzo de 2023, 7:00 AM
18 de marzo de 2023, 7:00 AM

Comenzó como un plan de emergencia para 3.000 personas que lo habían perdido todo cuando el turbión del río Piraí devoró gran parte de Santa Cruz de la Sierra. Pasaron 40 años desde esa fatídica fecha. Hoy, la ciudadela Andrés Ibáñez se acerca a los 400.000 habitantes y se consolida como el epicentro de lo multicultural y diverso, como el símbolo en el que se funde la bolivianidad en este departamento.

El Plan 3.000 fue creado dos años antes de la fundación de la ciudad de El Alto, ahora la segunda en población de todo el país. La analogía responde a que el distrito 8 de Santa Cruz de la Sierra anhela convertirse en un municipio autónomo, ante la sensación de sus habitantes de que están abandonados por el gobierno local de esta urbe. Sin duda, hay razones para plantearlo, con 400.000 almas es más grande que la mayoría de las ciudades intermedias y que muchas capitales del país. 

Como El Alto, la ciudadela Andrés Ibáñez tiene al comercio como la principal actividad de sus pobladores. Y es a partir de este sello que se organizan sus vecinos: juntas vecinales y asociaciones de gremiales. Por otro lado, el Plan 3.000 ha logrado escapar al afán de control de los políticos, que se acercan particularmente en etapas prelectorales, con un sinfín de promesas que no suelen cumplir. En los últimos paros, sus habitantes demostraron que no tienen un color político determinado y fueron capaces de sacar a quienes pretendían adueñarse de sus espacios.

Como muestra de que la clase política coquetea solo en tiempo de elecciones, en este distrito municipal hay mucha pobreza. La ciudadela Andrés Ibáñez atrae a los migrantes recién llegados, que van armando nuevos barrios, aún más allá de la mancha urbana. Esto implica una explosión demográfica que no tiene control y que los vecinos soportan en base a organización propia y solidaridad. Así fue desde el principio, ya que tres años después de su creación, llegaron miles de mineros relocalizados por el Decreto 21060, que se fueron consolidando en esta zona de Santa Cruz de la Sierra y que han legado sus habilidades sindicales.

Un aporte esencial a lo que es hoy el Plan Tres Mil es, sin duda, el de la Fundación Hombres Nuevos, creada y dirigida por monseñor Nicolás Castellanos, que se ha preocupado y ocupado de la educación y de la cultura en esta ciudadela. En su seno está la única Escuela Nacional de Teatro del país, la Orquesta y un sinfín de proyectos que contribuyen constantemente a mejorar la calidad de vida de los habitantes y que, afortunadamente, ya se están replicando en otras regiones del país.

A sus 40 años, y con el debate de convertirse en un municipio autónomo, la ciudadela Andrés Ibáñez tiene varios desafíos. En primer lugar, despojarse de las etiquetas con que se miran a sí mismos sus habitantes y que proyectan al exterior. Por ejemplo, asumir la pobreza, pero también generar oportunidades para superarla. La potencialidad es inmensa, dada la abundancia de emprendimientos y la capacidad de organización. La rebeldía de los habitantes del Plan 3.000 se ha de convertir en fuerza creadora y multiplicadora.

En este 40 aniversario del Plan 3.000 solo queda felicitar a sus habitantes y animarlos a seguir engrandeciendo su ciudadela que, tarde o temprano, se convertirá en un pujante municipio del departamento de Santa Cruz.

Tags