21 de febrero de 2022, 4:00 AM
21 de febrero de 2022, 4:00 AM


Los servicios constituyen una parte esencial de cualquier economía, de hecho estos pueden llegar a representar más de dos terceras partes del PIB de una economía desarrollada basada en los servicios, como el caso de Panamá o Suiza cuyas economías dependen de los servicios en más del 90%. El comercio mundial de servicios hasta el año 2019 bordeaba los 14 billones de dólares anuales y el ritmo promedio de crecimiento había sido del 5% anual. 

El año 2020 el comercio de servicios dio un salto cualitativo, habiendo caído los viajes (turismo) y el transporte aéreo de pasajeros como efecto de las restricciones por la pandemia; en contrapartida subieron de forma geométrica los servicios informáticos, los envíos urgentes, el delivery, servicios financieros, de seguro, servicios médicos digitales, etc. Hasta el tercer trimestre de 2021 el comercio de servicios había crecido 25% interanual, el doble del comercio de mercancías.

En Bolivia, cerca del 50% del PIB corresponde a la producción de servicios destacando los servicios de la administración pública (17%), los servicios financieros y seguros (11%), el transporte y almacenaje (10%), el comercio (7%), construcción (3%), restaurantes y hoteles (2%), según datos oficiales del PIB a precios constantes de 2019 publicados por el INE. 

El comercio exterior de servicios, según datos oficiales disponibles a 2019, alcanzó los 3.600 millones de dólares que equivalen a menos del 20% del comercio de mercancías, siendo nuestras exportaciones de servicios $us 1.400 millones y nuestras importaciones equivalentes a 3.200 millones de dólares, significando un déficit comercial de servicios de 1.800 millones de dólares.

Hoy resulta trascendental para cualquier economía que pretenda desarrollar sus recursos humanos y lograr un crecimiento sostenible en el largo plazo, orientar la educación y formación de sus nuevas generaciones hacia los servicios no tradicionales. Los servicios que más crecen en valor son los relacionados con los derechos de propiedad intelectual, arquitectura e ingeniería medioambiental, servicios audiovisuales, artísticos y recreativos, los servicios financieros y de seguros y el de los servicios de computación cuyo crecimiento es mayor al 15% anual.

Desde las comunicaciones, el transporte, las finanzas, la educación, el turismo y los servicios medioambientales, el sector de los servicios se ha convertido en la columna vertebral de la economía mundial y el componente más dinámico del comercio internacional. Los avances tecnológicos recientes han facilitado el suministro de servicios a través de las fronteras, abriendo así nuevas oportunidades para las economías nacionales y las personas. Los servicios también sirven como insumos cruciales para la producción de bienes.

Según reportes de la OMC, en términos de valor agregado, los servicios representan alrededor del 50% del comercio mundial.

Las políticas de comercio de servicios que adoptan los países son determinantes para la inversión extranjera directa, la participación en las cadenas de valor mundiales, la productividad y las exportaciones de productos manufacturados. Las políticas relacionadas con el comercio de servicios también contribuyen a una amplia gama de objetivos nacionales, incluido el logro de los objetivos de desarrollo sostenible. Mientras más apertura tenga el país y reglas claras para inversión extranjera, mayores serán las posibilidades de incorporar tecnología y know how (conocimiento) en procesos industriales que se acoplen a las cadenas regionales y globales de valor, como lo hacen los grandes exportadores de servicios como Bangladesh, Vietnam, Pakistán y Corea del Sur.

Los servicios de manufactura (maquila) son una parte importante de la economía mundial, atraen más de las tres cuartas partes de la inversión extranjera directa en las economías en desarrollo, emplean a la mayoría de los trabajadores y crean la mayoría de los nuevos puestos de trabajo a nivel mundial. Con el tiempo, los avances en la tecnología de la comunicación han traído nuevos servicios de alto valor a la economía global.

La fabricación moderna es un gran usuario de insumos de servicios, y su competitividad depende del acceso a proveedores de última generación al mejor precio. La base de datos de Comercio en Valor Agregado de la OCDE muestra que los servicios representan más del 50% del valor agregado en las exportaciones brutas, y más del 30% del valor agregado en las exportaciones de bienes manufacturados; los servicios están profundamente arraigados en los bienes manufacturados que se comercializan en todo el mundo.

En definitiva, es esencial para el país y su desarrollo encarar nuevas políticas sobre el comercio de servicios, y la celebración de nuevos acuerdos comerciales, iniciando por reactivar las zonas francas industriales y las zonas económicas especiales a fin de promover la instalación de cadenas productivas que generen exportaciones y empleo formal para los bolivianos.

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