13 de mayo de 2022, 4:00 AM
13 de mayo de 2022, 4:00 AM


En 2008, fiel a su vocación docente y como un incansable promotor de la lectura, el profesor Edgar Lora diseñó las bases del plan lector Lean cuantos quieran del grupo editorial La Hoguera. Un plan sistematizado, práctico, funcional y continuo que democratiza el saber y eleva la calidad de vida de la población estudiantil boliviana.

El objetivo general de ese plan es promover la lectura en el sistema educativo nacional difundiendo obras y aplicando estrategias que permitan desarrollar el hábito, la necesidad y el gusto de leer en los estudiantes de todos los ciclos y niveles del país.

Con la premisa y convicción de que la mejor herramienta para formar al ser humano sigue siendo la lectura, nacieron los sellos especializados en literatura infantil y juvenil: Abrapalabra y Puraletra.

Hace 14 años, en la presentación de este proyecto, Lora señalaba: “El objetivo de este Plan Lector es lograr, a mediano plazo, que nuestros estudiantes incorporen a su vida el acto de leer como hábito y como placer. Les entregamos esta propuesta, a página abierta, para contribuir al desarrollo del imaginario, la fantasía, la crítica y la creatividad de los estudiantes de Bolivia. Estamos conscientes de que la promoción del libro y de la lectura, más que un desafío, es una fascinante aventura porque sabemos lo emocionante que es adentrarse en el mundo mágico de la oralidad y la escritura. Con este fin, ponemos a consideración de los educadores del país este Plan Lector, para que se sume a la noble tarea de hacer de la lectura un bien común y un derecho social inalienable”.

Con esos objetivos generales, ambiciosos y visionarios, este plan de lectura ha ido creciendo y robusteciéndose hasta construir un sólido catálogo con más de 142 títulos, de todos los géneros literarios, para todas las edades y para los gustos más exigentes.

Los docentes del área tienen en el plan un conjunto de disparadores de objetivos a la hora de aproximar un libro a sus alumnos. Los libros, además de abarcar todas las dimensiones de la creación literaria, en su estricta proyección estética de literatura como arte, tienen las siguientes características: buscan cultivar el amor por la lectura como gusto o placer; presentan textos amenos y divertidos, adecuados a la edad cronológica y sicológica de cada lector; son interactivos y con fuerte énfasis en el aspecto lúdico del lenguaje; estimulan la imaginación y la fantasía; son breves, claros y sustanciales; desarrollan argumentos relacionados con la edad del lector; tocan temas de la realidad cotidiana y de las situaciones significativas de la vida; lo ético y lo estético, lo científico y lo artístico, se presentan de manera coloquial; acompañan el proceso de aprendizaje del periodo escolar en las áreas de lenguaje, literatura y todas las ciencias humanísticas; vienen acompañados de una ficha didáctica; y además, una guía del maestro que permite socializar el acto de leer y convertir al lector en potencial escritor.

Un caso paradigmático de esto último, es el de la escritora paceña Morely Sánchez, que se formó leyendo libros de este plan durante toda su vida escolar, y en 2019, cuando participó del III Concurso Nacional de Literatura para Niños y Jóvenes, su novela, Feliz error, dirigida a un público juvenil, fue la ganadora en la categoría Puraletra.

Hace algunas semanas, la Academia Boliviana de Literatura Infantil y Juvenil seleccionó diecinueve obras como “los mejores libros de literatura infantil y juvenil 2019-2021”. Entre ellas, siete libros pertenecen al catálogo del plan: ¡Miedo! ¿Qué haces aquí? y otros cuentos de Laura Amador; El secreto de Yasí y otras historias de Paula Benedict; Uma y el tesoro perdido de Mariana Ruiz; Feliz error de Morely Sánchez;
Tío Rómulo. Mi fantasma de Alcides Parejas; Pasaporte de un eLector, Poemario para escribir
de Claudia Vaca y Pasión inútil. Cuentos de fútbol de mi autoría.

El sueño y los deseos del creador de este plan de lectura se están haciendo realidad.

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