Lo que empieza mal, no puede terminar bien
El censo resulto otra estafa del gobierno al país, no solo a Santa Cruz. No podía ser de otra manera ya que fue un acto heroico de sacrificio de la sociedad civil cruceña que le arranco al estado un derecho. Al gobierno no le convenía el censo por los efectos políticos, económicos y de cambio de la matriz poblacional en el país.
Entonces al no poder evitar el censo, manipuló los resultados de una manera grosera, criminal y fraudulenta.
La tensa relación entre la región oriental, encabezada por Santa Cruz, y el estado central, no solamente es signada por el modo de producción exitoso que tenemos los cruceños, sino también por los espacios políticos que estamos dispuestos a disputarle al poder central, en cómo entendemos el papel del Estado en la sociedad, cómo entendemos la democracia y cómo entendemos la forma de producir riquezas y mejorar la calidad de vida de nuestros habitantes.
Santa Cruz es el departamento al que más desprecian, al que se han obsesionado con derrotar, no solo políticamente sino en su modelo de desarrollo, su esencia cultural y nuestra historia.
Este tensionamiento no es nuevo, ha ocurrido a lo largo de toda la vida republicana, pero con el gobierno del MAS se ha visto agravado porque, como en toda dictadura, ellos no admiten contestatarios, ni personas, ni instituciones, ni partidos políticos, ni regiones. Y como somos levantiscos, rebeldes, a veces irreverentes con el poder central su objetivo ha sido y será derrotarnos.
Esa forma de ver la vida es lo que provoca tensiones y las seguirá provocando con el poder central.
La fuerza de Santa Cruz, ha estado en la unidad institucional, y eso el gobierno lo sabe, por eso ha tratado no solo de dividir, sino también de debilitar la institucionalidad cruceña. Cuando hablo de institucionalidad me refiero a las instituciones públicas y privadas: Gobernación, universidad, gobiernos municipales, Comité Cívico, entidades empresariales, etc. La maquiavélica metodología del ‘divide y reinarás’, es siempre utilizada por los gobiernos totalitarios.
Las dictaduras, en su incapacidad de crear mejores condiciones de vida para sus ciudadanos, crean enemigos internos acusándolos de los vicios que ellos padecen, construyendo relatos llenos de falsedades. Los epítetos de oligarcas, separatistas, racistas, tienen el objetivo político de negar la existencia de una sociedad como la cruceña, exitosa, con un modelo de producción que puede conseguir soberanía alimentaria para todo el país, con una historia política de demandas articuladas como la lucha por las regalías del 11%, la elección de alcaldes y concejos municipales, la elección de gobernadores, la lucha contra la narcodictadura de García Meza.
La lucha histórica del departamento de Santa Cruz, es vista por el MAS como una amenaza a su estadía delincuencial en el gobierno, a su tentación autoritaria de eternizarse en el poder.
Es la hora de la unidad si queremos triunfar, entendamos que no es solo Santa Cruz la estafada, es todo el país, la lucha por el censo, es una lucha política. Solamente recuperando la democracia, la justicia, la libertad podemos saber cuántos somos los bolivianos.
El Estado boliviano esta tan putrefacto que debemos ser capaces desde las regiones de formar un contrapoder que les impida consolidar su dictadura.