16 de junio de 2024, 4:00 AM
16 de junio de 2024, 4:00 AM

La reciente visita del presidente de Paraguay, Santiago Peña, a La Paz, con motivo del aniversario del final de la Guerra del Chaco, fue ocasión para mirar cómo estamos los bolivianos en relación con el vecino país. El presidente Luis Arce asemeja a las dos economías, pero claramente hay diferencias muy marcadas que, por ahora, muestran ventajas para el país guaraní con relación al nuestro. Una de ellas se refiere a la atracción de inversión extranjera. Por ejemplo, se sabe que hay un millar de inversionistas nacionales inyectando capitales a Paraguay, mientras que en Bolivia la cifra de inversión extranjera va en descenso sin que se hubiera podido revertir la tendencia.

Es imposible no percatarse de las condiciones que desalientan la inversión extranjera en Bolivia. La conflictividad social, marcada principalmente por los bloqueos de caminos, es un gran obstáculo que impide el turismo y el transporte de productos, tanto para el mercado interno como para el comercio exterior. Esto ocasiona encarecimiento de bienes y de procesos para llevar adelante los negocios en Bolivia. En lo que va del año son menos los días de libre tránsito que los de cierre de rutas por diversas causas. Otro gran obstáculo es la inseguridad jurídica, porque hay avasallamiento de predios rurales hasta condiciones laborales muy duras que cumplir en la industria y el comercio, lo que hace pensar varias veces antes de tomar decisiones importantes en materia de créditos y/o inyección de capital. Asimismo, varios empresarios cuestionan la excesiva fiscalización tributaria a un universo reducido de contribuyentes.

La visita del presidente paraguayo permitió ver cuáles son las condiciones en este país. En primer lugar, hay una acción deliberada de convocar a los capitales extranjeros, como evidencia está el encuentro que el mandatario Peña tuvo con 200 empresarios bolivianos, reflejando que hay una diplomacia enfocada en la atracción de inversiones foráneas. ¿Qué hace Bolivia en ese sentido y cuáles son las acciones de embajadores para captar recursos del extranjero que generen riqueza y empleo en esta tierra?

También se conoce que Paraguay ofrece residencia a quien va a invertir en ese país; que los tributos son algo mejores y que hay periodos de gracia para pagar impuestos. Y, a la hora de las sumas y restas, muchos empresarios ven estas condiciones mejores que las que se ofrecen en Bolivia. Mil empresas en territorio guaraní es una cifra a considerar. En el último año, la cantidad de inversionistas bolivianos en tierra guaraní ha subido de manera considerable, alentada por la falta de dólares en el mercado nacional, lo que hace que empresarios y ciudadanos consideren más seguro dejar sus recursos en negocios que se llevan adelante en Paraguay.

Lejos de generar ofensas, esa realidad que se pone en evidencia debe servir de muestra de lo que se debe hacer en Bolivia. La pretendida industrialización vía empresas estatales es una fórmula que no está funcionando para capear la tormenta económica interna y la importada. Es preciso dar un golpe de timón a la política económica, de manera que se comprenda que es preciso que el inversionista extranjero vea a Bolivia con confianza y con posibilidades de generar riqueza para sí mismo y, por ende, para el mismo erario nacional. Pero, sobre todo, es urgente que el empresario boliviano vea que su dinero y su apuesta tiene futuro en este país, de manera que los recursos privados no se vayan a un país vecino, sino que fomenten el desarrollo nacional.