Opinión

Los desafíos del Colegio de Politólogos en Santa Cruz

27 de abril de 2021, 5:00 AM
27 de abril de 2021, 5:00 AM

Este 28 de abril de 2021 se llevará a cabo la elección de la nueva directiva del Colegio de Politólogos en Santa Cruz, para la gestión 2021-2023, un suceso muy importante para la continuidad de una institución muy joven y que hasta antes del 2018 vivía una suerte de paralelismo como muchas organizaciones sociales, por injerencias político partidarias. Este año como pocas veces se presentan tres frentes postulantes: Politólogos renovados a la cabeza de Carlos Medina, Politólogos institucionales a la cabeza de Moisés Palachay y Politólogos hoy a la cabeza de Alejandro Balcázar. Los mismos que estuvieron el miércoles pasado en un debate en la Radio Oriental en Santa Cruz presentando sus planes y propuestas.

Entre los muchos desafíos de la nueva directiva del Colegio de Politólogos de Santa Cruz esta la ordenación del ejercicio profesional de los politólogos, la representación exclusiva de las mismas y la defensa de sus intereses como gremio.  El Colegio deberá velar por el cumplimiento de una buena labor profesional de los politólogos, donde el respeto a sus competencias y experticias profesionales frente a otras disciplinas, coadyuvar en la difusión de la producción intelectual en Ciencia Política,  así realzar el oficio del politólogo en la producción del conocimiento desde las diferentes instituciones públicas y privadas donde trabajan los politólogos, a eso se debe añadir la tan añorada aprobación de la Ley del ejercicio Profesional del Politólogo en Bolivia que regularía además de otorgar sustento legal al ejercicio y el oficio de las y los politólogos en el país.

A lo mencionado anteriormente se debe mencionar que la Ciencia Política tiene una breve historia en el sistema universitario boliviano, que se remonta a las ultimas décadas del siglo XX cuando se fundan las carreras en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) de La Paz en 1983, la Universidad Autónoma Gabriel Rene Moreno (UAGRM) de Santa Cruz en 1992 y la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) de Cochabamba en 1997. Posteriormente se creará en la universidad Nuestra Señora de La Paz en 1992 y la Universidad Católica Boliviana el 2003 en la sede de gobierno.

 

La aparición y desarrollo de la Politología en el mundo, como disciplina autónoma es también reciente se produce en mayor medida cuando el Estado liberal avanza hacia formas liberal democráticas. Como menciona Caminal (1996) la razón es muy simple: la política, y su análisis como objeto de estudio, tiene un carácter radicalmente distinto cuando la inmensa mayoría de sus miembros están formalmente excluidos de toda acción política y, por supuesto, no se les reconoce opinión en reacción al gobierno. En tal sentido, en la medida en que el ejercicio de la política se amplía al conjunto de la sociedad civil en el ejercicio de la ciudadanía política; la ampliación de la democracia, la incursión de nuevos actores en el campo político, crean las condiciones materiales para la delimitación de un campo de investigación que desborda el mundo del Estado para introducirse en la sociedad civil.

Sin embargo, se debe mencionar que la producción intelectual en Ciencia Política no necesariamente fue producida por politólogos, como lo demuestra la Antología de ciencia política boliviana (2019) coordinada por Fernando Mayorga donde no todos los 24 textos seleccionados fueron escritos por politólogos, como consecuencia lógica del incipiente desarrollo de la ciencia política en el país, puesto que su objeto de estudio se encaró desde otras perspectivas disciplinarias, como el derecho, la filosofía, la psicología y la sociología.   

En este contexto el desafío del Colegio de Politólogos Santa Cruz es titánico, en un departamento que da poca importancia al desarrollo de las ciencias sociales, como la ciencia política, sociología, historia, antropología; disciplinas a las que no se les otorgó la importancia necesaria. Lo cual es inaceptable para un departamento, que busca disputar, la capital política y cultural del país a la sede de gobierno; peor aún para una sociedad plural y cosmopolita en cuanto a su población y cultura, que está destinada a dirigir los destinos del país en los próximos años.

 (*) El autor es politólogo y sociólogo por la UAGRM

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