Opinión

Medidas de política tributaria en la dirección correcta

23 de julio de 2021, 5:00 AM
23 de julio de 2021, 5:00 AM

Al igual que somos críticos constructivos con las medidas de política económica, fiscal o tributaria, que se toman o dejan de tomar, que afectan el desarrollo económico y social del país, también valoramos y alentamos las medidas de corto y mediano plazo que se adoptan en la dirección correcta para reactivar la inversión, producción y el empleo en la pospandemia. Nos referimos al último Decreto Supremo que establece una serie de incentivos fiscales al mayor uso de energía eléctrica para mejorar la eficiencia de la matriz energética y a su vez reducir la contaminación ambiental.

El Decreto Supremo 4539 aprobado la primera semana de julio, establece medidas de incentivo a la fabricación, ensamblaje e importación de vehículos y maquinaria agrícola, eléctricos e híbridos, se aprueban también incentivos financieros y tributarios a las inversiones destinadas a la instalación de estaciones de suministro de energía eléctrica, además de exenciones arancelarias a la importación de equipos y accesorios para los sistemas de generación y distribución de energía. Las medidas en concreto difieren el Gravamen Arancelario (GA) y el Impuesto al Consumo Específico (ICE) al cero por ciento para la mayoría de los productos mencionados.

Según lo anunciado por el Ministerio de Economía y Finanzas Publicas, la medida del Poder Ejecutivo se debe complementar con una Ley de la Asamblea cuyo proyecto ya está en tratamiento de las Comisiones, y tiene por finalidad diferir a cero la tasa del Arancel Aduanero y el IVA para la importación y comercialización de bienes de capital, plantas industriales, vehículos de transporte de carga y maquinaria pesada destinada al sector agropecuario e industrial. Esta será una medida de gran impacto en la inversión privada nacional y extranjera, considerando que los costos de nacionalización pueden llegar a representar hasta un 20% del costo de la inversión en la compra de plantas de origen extranjero.

Si bien en el corto plazo las medidas constituyen un sacrificio fiscal para el Gobierno debido a los impuestos que se dejan de recaudar, esto puede representar una importante inversión a mediano plazo en la reactivación del aparato productivo y el comercio, potenciando la recuperación económica producto del efecto rebote que ya está teniendo la economía con el crecimiento del PIB al 5,4% en el primer cuatrimestre. Este impulso sumado a los crecientes precios de materias primas e hidrocarburos puede marcar el inicio de la restauración de la economía, en la medida en que adoptemos otras medidas que completen un plan integral de reactivación.

La reactivación del sector agropecuario exportador se puede consolidar si estas medidas se complementan con la eliminación de las actuales restricciones a la exportación de oleaginosas y carne bovina, lo cual permitirá a su vez incrementar el uso de la capacidad industrial instalada de molienda de oleaginosas que actualmente en promedio alcanza al 60%, permitir mayor inversión y fomento a la producción agrícola del grano de soya y girasol, lo que a su vez podría potenciarse si se autorizaran de forma urgente los nuevos usos de semilla genéticamente modificada resistente al estrés hídrico y las nuevas plagas. De igual manera se podría incrementar la producción y exportación de carne bovina con mejoras en los cultivos de pasturas más resistentes a las sequías y con la fabricación de suplementos alimenticios que mejoren aún más la buena calidad del ganado boliviano.

En el campo energético las medidas adoptadas no pueden ser más oportunas, primero por que están direccionadas a mejorar la eficiencia de la matriz energética, a través del mayor uso de la electricidad donde el país tiene una sobre capacidad instalada tanto en la generación termoeléctrica, como en el uso de las energías renovables (eólica, hidroeléctrica y solar), lo que nos direcciona de forma correcta hacia la electromovilidad donde se espera que hasta el año 2030 al menos un 40% de la producción de nuevos vehículos serán eléctricos o híbridos. En segundo término el uso de más energía eléctrica en el transporte favorecerá la preservación del medio ambiente e implica un considerable ahorro en el subsidio a la importación de los combustibles fósiles, especialmente diésel que es el de mayor contaminación.

Por otra parte, el incremento de la producción de Etanol a partir de caña de azúcar y sorgo, además de las perspectivas de producción de biodiesel a partir del grano de soya pueden completar esa transformación de la matriz energética que el país requiere para acabar en el mediano plazo con la dependencia de las importaciones de combustibles subsidiados. Las nuevas medidas tributarias de exención pueden acelerar las inversiones nacionales y extranjeras tanto en la producción agrícola como en nuevas plantas destiladoras y de molienda, únicamente destinadas a la producción de nuevos combustibles verdes.

Es muy importante que en la visión de reactivación económica que tiene el Gobierno se tenga en cuenta la integralidad de las medidas, pues no solo las medidas tributarias y financieras reactivan la economía, sino que juegan combinadas con las medidas de política sectorial (agropecuaria, industrial, hidrocarburos, minera), monetaria, laboral y comercial.

Antonio Rocha Gallardo - Presidente CNDA.

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