Opinión

¡Mi suegra al poder!

8 de diciembre de 2019, 5:05 AM
8 de diciembre de 2019, 5:05 AM

Esta mañana quise pasar al comedor a desayunar pero no pude, porque mi suegra había amarrado una pitita a la puerta, bloqueándola con una vieja llanta y dos ollas. Tuve que ir a dialogar con ella que estaba meciéndose plácidamente en la hamaca fumando, a esa hora, un pucho de sospechosa procedencia pero, sería ya la tuti tener una suegra borracha y “droga”.

Cuando insinué que era yerba la inhalada me dijo que era un cigarrillo Astoria que encontró en un saco de su difundo esposo que la dejó hace 24 años y que estaba fumando nostálgicamente, en honor a su memoria y evocando viejas pasiones “idas y no volvidas”.

Luego me dijo que ha iniciado un bloqueo doméstico porque está muy preocupada por el mañana de nuestro país. El motivo que reveló es que luego de días de respirar paz y alejarnos de la agonía, han aparecido muchos nombres que aspiran la silla presidencial y no han surgido planes de gobierno, como prioritariamente esperábamos todos.

Estoy seguro que estos aprestos preelectorales son producto del entusiasmo que produjo que el que estaba muy acá se haya ido al más allá.

Le dije que la democracia significa un poco eso; que todos tenemos derecho a ser elegidos o tengamos el derecho de elegir.

Montó en cólera y me dijo que precisamente lo de sus pititas era para llamar la atención, que pensándolo bien, ella había decidido ser la futura presidente de la nación, para ser la madre de la democracia, en este caso la suegra de la democracia, porque mi suegra será muy amorosa pero nunca pasó de secretaria de actas en su escuela.

Si vamos a pensar en que tendremos diez binomios para seleccionar, creo que el voto se va a diluir y aunque vuelva el doble aguinaldo, eso no le haría bien al futuro de nuestros hijos.

Ella insiste en postularse haciendo binomio con un apuesto joven que era el que vendía raspadillo en nuestra rotonda y que gritaba ¡carajo! con mucho entusiasmo. Le dije que se serene, que suspenda su bloqueo doméstico. Me dijo que retirará su candidatura con la condición que yo, dé la vuelta el manzano de mi casa gritando ¡Mi suegra al poder! cosa que hice de inmediato. Nadie me dio bola, solo que un perro de pocas pulgas me correteo y me agarró de mi moroco transitoriamente.

Coincidimos en que necesitamos un sentimiento de unidad entre los partidos políticos, no para hacer juntuchas, sino conciencia de lo que se nos viene.

- Tranquila suegra; luego de una tormenta, siempre brotan los hongos, le dije.

- También aparecen los sapos, me respondió.



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