27 de marzo de 2022, 4:00 AM
27 de marzo de 2022, 4:00 AM

Bolivia, más allá de la ideología y los afectos o desapegos políticos que puedan existir a nivel de gobiernos, debe ser cuidadosa en cuanto a sus relaciones diplomáticas y comerciales con todos los países, ya que del buen relacionamiento diplomático que exista pueden surgir virtuosas complementariedades y cooperación en el campo económico, de inversión, tecnología, cultura, etc. -sin olvidar la enorme cantidad de ciudadanos bolivianos que hay en todo el mundo- de ahí que mantener las mejores relaciones con todas las naciones, es algo saludable.

Paraguay y Bolivia forman parte del llamado “Acuerdo de Libre Comercio Bolivia-Mercosur”, forjado a través del Acuerdo de Complementación Económica No. 36 (AAP.CE 36) suscrito a fines de 1996 y puesto en vigencia en febrero de 1997, habiéndose perfeccionado el programa de liberalización del comercio hasta fines del 2013, por lo cual, desde la gestión 2014 todos los productos que Bolivia exporte al mercado paraguayo pueden ingresar sin pagar aranceles y, de igual manera, los empresarios paraguayos pueden entrar libremente con sus productos a nuestro país, al amparo de la zona de libre comercio con el bloque mercosuriano.

Lamentablemente, hay que decirlo, el mencionado Acuerdo, al igual que con los restantes países con quienes firmamos el mismo -Argentina, Brasil y Uruguay- no ha redituado los beneficios esperados para nuestro país, porque el comercio bilateral con Paraguay se ha tornado estructuralmente deficitario, con un nivel de exportaciones que en el mejor de los casos bordeó los 60 millones de dólares (con una fuerte presencia del GLP), mientras que desde dicho país hemos llegado a importar por encima de los 90 millones, una razón más para mantener las relaciones bilaterales expeditas a fin de intentar promover mayores exportaciones al mercado paraguayo a fin de equilibrar la deficitaria balanza bilateral, en función de lo cual, contar con operadores diplomáticos y comerciales capacitados, resulta imprescindible.

Bolivia exporta poco más de 150 productos al Paraguay cada año, siendo los 10 más destacados: GLP, maíz amarillo, cemento, acumuladores eléctricos, preparaciones tensoactivas, cueros, madera aserrada, papel higiénico, productos veterinarios y bolsas de polipropileno. Del Paraguay compramos más de 300 productos, principalmente: medicamentos para uso humano, insumos agrícolas, tapas de metal, botellas de plástico, semillas de chía, fécula de mandioca, conductores eléctricos, antibióticos, quesos y preparaciones tensoactivas.

Paraguay, pese a no ser un país de gran extensión territorial -con poco más de 400.000 km2- le saca una enorme ventaja a Bolivia, ya que nuestro país con 1.098.581 km2 debería mostrar mejores resultados. ¿Sabía Ud. que el PIB del Paraguay, generado por 7,3 millones de ciudadanos paraguayos es casi igual que el producido por 11,7 millones de bolivianos?

De otra parte, el volumen de producción de la soya paraguaya es tres veces mayor que la boliviana (gracias a la biotecnología) mientras que en lo que respecta al cultivo del maíz, ellos producen casi cinco veces más que nosotros (gracias a la biotecnología). En el primer caso, nos sacan un 50% de ventaja en rendimiento, y en el segundo, su productividad resulta ser el doble, por tanto, en ambos casos son mucho más competitivos que nosotros.

Si bien en cuanto a exportaciones estamos casi iguales, el 75% de las ventas bolivianas son extractivas y no renovables (minerales y gas), mientras que las de Paraguay son, más bien, renovables y diversas implicando una menor vulnerabilidad externa, apuntaladas por la soya con más de 4.000 millones de dólares en 2021, mientras que Bolivia logró la tercera parte de ese monto; y, si comparamos nuestro nuevo orgullo y producto estrella de exportación -la carne bovina, que en 2021 alcanzó un récord por 98 millones de dólares- Paraguay exportó casi 1.500 millones de dólares solamente en carne, el año pasado.

Tags