Opinión

“Narciso cree que es feo, todo lo que no es espejo”

7 de agosto de 2022, 4:00 AM
7 de agosto de 2022, 4:00 AM





Este 6 de agosto volvió el famoso informe dieta o receta de enflaquecimiento, cuya estructura se repite hace 15 años. Antes una economía obesa, depredadora y chupasangre. Es decir, la oscura noche neoliberal. Después de la dieta revolucionaria, un atlético pechito de bronce piropeado por suegra FMI frente al arcoíris de la eterna hermandad. En la gloriosa narrativa del proceso de cambio, la espectacular economía boliviana sólo tuvo un traspié: 11 meses del gobierno de Añez. Una gestión económica de una efectividad brutal, porque en menos de un año destruyó el coloso blindado que se había construido desde el 2006. El Hércules de desarrollo quedó hecho pedazos. Por eso ahora, la nomenclatura de la política económica difunde, a los cuatro vientos, la idea de la reconstrucción económica, y no así de la recuperación como lo hacen en otros países después de la crisis de la pandemia. La pésima gestión económica del gobierno de Añez, que tuvo en casi un año cinco ministros de economía, es la coartada perfecta. Todos los males económicos, sociales, políticos e inclusive el moquillo y el mal de amores se originan en el supuesto golpe de Estado.

En las últimas semanas y en particular en la fecha patria, el narcisismo macroeconómico se acentuó. Frente al espejo de la propaganda y delante un ejército de aduladores afiebrados y fanáticos devotos de la PIBocracia se repiten los resultados/consignas:

La inflación más baja de América Latina, un 1,6% hasta julio. Por supuesto, ni una palabra del costo en subsidios - a los hidrocarburos (más de 1.000 millones de dólares este año) y al pan - que está detrás de este resultado. Silencio absoluto de los más de nueve años consecutivos de déficit público y la inmensa deuda pública interna y externa (60% del producto).

La estabilidad de precios es un patrimonio nacional. Tenemos la inflación controlada desde el año 1986. En el pasado, se mantenían los precios bajos a través de políticas monetarias y fiscales consistentes y un tipo de cambio flexible. Ahora, el centro del control está en subvenciones muy costosas. Asimismo, el nivel de precios bajos se explica por la manutención del tipo de cambio nominal fijo y la apreciación del tipo cambio real que hace que, los productos que importamos lleguen baratos al mercado local, sacrificando al productor doméstico. El costo de la política cambiaria: la caída de reservas internacionales del BCB. Desde 2014, se han perdido más de 10.000 millones de dólares, que, en parte, se fueron a sustentar importaciones legales y el contrabando. Fiesta populista hoy, ajuste de cinturones mañana. Pero, eso sí. Nadie nos quita lo bailado. ! Aguafiestas! Gritan desde los balcones del poder éxtasis.

La tasa de desempleo llega al 4,2 %. Otro hecho económico inédito pregona la propaganda. Por supuesto ni pío sobre qué el 80% de estos trabajos, ocupaciones y estrategias de sobrevivencia están en el sector informal. Todas estas ocupaciones son de muy mala calidad. Por supuesto, este no es un problema de ahora, en los últimos 15 años el Gobierno infló la economía subterránea. La generación de trabajos precarios es el modus operandi del modelo extractivista, rentista y comerciante.

Finalmente, no por ello menos importante, se anuncia una elevada tasa de crecimiento del PIB. Aunque hemos entrado al octavo mes del año y no tenemos todavía los datos del primer semestre sobre esta variable. Este artículo fue escrito el viernes 5 de agosto.

Tomando como referencia el resultado del 2021, 6,1% de crecimiento del PIB; sin embargo, se calla en siete idiomas la desigualdad entre sectores de este resultado. Actividades como minería, construcción y transporte creciendo a doble dígito, pero otros sectores como turismo y gastronomía saliendo muy lentamente del fondo del cráter.

Veamos un ejemplo ícono. La lectura parcial de la realidad económica del oficialismo omite el estrangulamiento de la gallina de los huevos de oro. El gas se está siendo gas. El pilar de sustentación financiera del modelo se corroe. En 2014, la producción de gas natural era de 60 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d), ahora apenas pasan de 42 MMm3/d. En el mismo periodo, las exportaciones de gas natural de Brasil y Argentina superaban los 6.595 millones de dólares. El 2021 fueron de 2.269 millones de dólares. Este año estaremos en una cifra similar. Y tal vez lo que es más preocupante, desde el punto de vista fiscal y de la manutención de los subsidios, es la caída de ingresos en el sector gas natural. En 2014, Bolivia recaudaba más de 5.777 millones de dólares de la actividad hidrocarburífera, ahora este valor no llega a 2.400 millones de dólares.

¿Por qué se utiliza el año 2014 como referencia para la comparación con el 2021? Por la sencilla razón de que tenemos que comparar contextos de precios internacionales similares. En el año de referencia, al igual que hoy, el precio del petróleo (100 dólares el barril) y el gas (más de 8 dólares el millón de BTU) estaban muy altos. Este es apenas uno de los ejemplos de los deterioros estructurales que no se mencionan en la propaganda ni los mensajes. La cita del título es de Caetano Veloso.

Gonzalo Chávez A. es economista

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