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No te quedes en casa

opinión

9 de octubre de 2020, 5:00 AM
9 de octubre de 2020, 5:00 AM

Considerada por muchos como la pelea más dura de la historia del boxeo, ‘Thrilla in Manila’, como se la denominó, enfrentó el primero de octubre de 1975 en la ciudad del mismo nombre, a Muhammad Alí y Joe Frazier. Ninguno de los dos quería más guerra luego de catorce brutales y extenuantes rounds, pero cuando la campana sonó, marcando el comienzo del último asalto, Alí fue el único que se levantó con lo cual ganó el combate. Lo cierto es que no importa cuán duro hubiesen luchado o quién estuviese liderando la pelea hasta ese momento, lo que determinó en última instancia al ganador de la noche fue quién se puso de pie aquel último asalto.

De igual forma, luego de catorce largos años de haber vivido y sufrido de abusos de poder, despilfarro y la perdida de muchas de nuestras libertades individuales bajo el régimen masista, no podemos darnos el lujo de quedarnos sentados en una esquina. Tenemos que enfrentar esta última parte de la contienda, ponernos de pie e ir a votar, solo así conseguiremos la victoria final, puesto que como bien lo dijo el célebre director Woody Allen “el ochenta por ciento del éxito consiste en estar allí”.

Si observamos detenidamente los resultados de las últimas encuestas de intención de voto, que confiables o no, son la única herramienta a nuestra disposición para analizar, la tendencia es clara y muestra que, incluso considerando sólo los votos válidos, ningún partido tendría el apoyo necesario para ganar en primera vuelta por lo que iremos a un balotaje. 

El MAS lo sabe muy bien, y por lo mismo, cambió su acostumbrado y arrogante discurso por la delincuencial amenaza de no respetar los resultados si éstos no le son favorables. Dentro de este contexto, y mientras algunos llaman al voto útil y otros exhortan al voto inteligente, hay quienes alientan al voto valiente y aquellos que descansan en el voto consciente. 

El caso es que en una sociedad con verdadera vocación democrática y que aspire a recuperar plenamente sus libertades, todas las opciones son válidas menos el voto ausente, especialmente aquel que está motivado por el temor a un enemigo invisible, covid-19. Aunque tal vez nunca haya consenso entre la comunidad científica, economistas y la clase política, sobre cuan larga y rígida debió ser la cuarentena por los efectos adversos que esta tuvo en la actividad económica, el hambre, la salud psicológica de la población y todas las patologías que fueron desatendidas; es indudable que algún grado de aislamiento es útil en retardar la propagación del virus. Por lo tanto, ocultarse de él, al menos por un tiempo, tenía cierto fundamento. 

Sin embargo, no todas las plagas se combaten de la misma manera, ya que existen otras que no desaparecen por el solo hecho de esconder la cabeza cual avestruz, sino que se las debe combatir frontalmente. En este caso, el mejor pesticida que existe contra el flagelo azul que lleva años azotando el país, es nuestro voto.

Por lo tanto, solo cabe una actitud valiente y decidida de parte de todos, incluidos los adultos mayores para que, pensando en el bienestar de las futuras generaciones y guardando todos los protocolos de bioseguridad, vayamos a sufragar, sin temor, recordando las palabras del Señor que nos dice que no temamos, porque Él está con nosotros; y no nos angustiemos, porque Él es nuestro Dios que nos fortalece y ayuda. Por todo lo anterior, solo queda pedirte que este dieciocho de octubre, no te quedes en casa.

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