5 de marzo de 2022, 8:06 AM
5 de marzo de 2022, 8:06 AM

¿Todavía creemos que Bolivia es un simple país de tránsito en el millonario e ilegal negocio de la droga? En los últimos años el discurso oficial del largo gobierno de Evo Morales, también presidente permanente de los cocaleros, intentó posicionar el concepto de que el país no producía cocaína y que más bien, casi como víctima, era utilizado como ruta de tránsito de la droga de Perú.

En las últimas semanas las evidencias de la operación de grandes carteles de la droga desde Bolivia, la detención de narcotraficantes extraditables, la mayoría de ellos exjefes policiales bolivianos, están demostrando que hace varios años que el país era un productor y proveedor importante de cocaína para Estados Unidos, Europa y países vecinos.

El más reciente episodio de esta vergonzosa zaga es un operativo multinacional que se realizó en Sudamérica, cuando la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial (Europol) desbarató una organización internacional criminal de narcotraficantes brasileños que tenían su sede de producción en Bolivia.

En las complejas investigaciones y operativo participaron la Policía Federal de Brasil, la Guardia Civil Española, la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) y la policía antidrogas de Paraguay. No participó Bolivia, y eso es llamativo.

La red desbaratada transportaba cocaína en contenedores marítimos desde septiembre de 2020 y las autoridades de Brasil, Bélgica, Italia, España y los Países Bajos lograron incautarle unas 10 toneladas de cocaína y alrededor de 1,85 millones de euros.

Las operaciones detectaron unas 40 ubicaciones en Brasil, Paraguay y España, se hizo unos 30 arrestos y se secuestró drogas, vehículos, armas de fuego, dinero en efectivo y varias cuentas bancarias en Brasil, España y Paraguay.

Los investigadores coordinados por Europol descubrieron una infraestructura de producción con sede en Bolivia, con líneas logísticas y de suministro en Brasil, Paraguay y Uruguay y un centro de comando ubicado en Dubai.

El Gobierno de Bolivia se informó del operativo igual cualquier ciudadano por los medios de comunicación, anunció que pedirá un informe a la Europol y que se hará “una investigación interna” de la poderosa banda criminal que traficaba cocaína boliviana. Es muy probable que las acciones queden en esa declaración y no lleguen a nada.

Bolivia está en la lista de los principales proveedores de cocaína en Europa incluso desde antes de la pandemia del Covid-19, porque desde el año 2017 Europol investigó la ruta de los narcotraficantes bolivianos para colocar la droga en sus países, al otro lado del Atlántico.

Pero no es el único dato de cómo el narcotráfico está en su auge en Bolivia.

Veamos:

En los próximos días será extraditado desde Colombia a Estados Unidos el narcotraficante boliviano Omar Rojas Echeverría, ex mayor de la Policía Nacional, acusado de traficar más de 100 toneladas de cocaína a Nueva York.

La DEA de Estados Unidos ofrece cinco millones de dólares por información que permita condenar al coronel boliviano Maxiliano Dávila, ex jefe antidrogas del país, ahora detenido en Bolivia por otro delito, que es supuesto enriquecimiento ilícito.

El Gobierno de Paraguay afirma que casi la totalidad de la cocaína que incautan en ese país les llega de Bolivia.

Dos capos del narcotráfico que dirigen una facción del Primer Comando de Capital (PCC) de Brasil conducen sus operaciones y planifican sus golpes desde Bolivia. Marcos Roberto de Almeida y Valdeci viven en Santa Cruz desde el 2021 según informes de la prensa de Brasil.

Las evidencias se leen cada día en los medios de comunicación. Algo ha cambiado y muy radicalmente en los últimos años. Bolivia ya es centro productor de la cocaína, proveedor de la droga a Europa, Estados Unidos y países vecinos, y refugio y centro de operaciones de grandes narcotraficantes brasileños.