¿Santa Cruz con síndrome amnésico?
.
Rafael López Mercado
El llamado “anillazo” realizado en la ciudad de Santa Cruz plantea el adelanto de las elecciones generales como una salida a la crisis económica que golpea a Bolivia. Si bien es cierto que al presidente Luis Arce le falta un año de gobierno, el país está entrando en una miseria nunca ante vista, antes veíamos a algunos Ayoreos pidiendo limosnas, hoy vemos en las colas de los surtidores a personas de diferentes clases sociales pidiendo limosna para llevar que comer a sus hogares, lo que demuestra que la pobreza y miseria en el país se ha incrementado, por la mala política y fracaso del modelo económico estatista del MAS.
El pretender que el presidente adelante las elecciones, con el discurso de que “no queremos que renuncie”, es una muestra que algunos cruceños que nos quieren liderar en política, están todavía en pañales, o buscan salir a la palestra y proponen cualquier medida, sin un análisis profundo previo, sin analizar las causas y efectos que pueda llevar esta medida, parece que tenemos el síndrome amnésico que nos olvidamos de los errores del pasado como cuando se le corto el mandato a Evo Morales en el año 2009.
No vamos a discutir que Bolivia afronta una crisis económica por la escasez de dólares, la falta de carburantes, debido a la caída de la producción y exportación de hidrocarburos, y el excesivo gasto fiscal.
Como ex Diputado Nacional, tengo la responsabilidad de orientar a la población, manifestando que es fundamental abordar con responsabilidad y claridad la discusión sobre la posibilidad de adelantar las elecciones nacionales en Bolivia.
A continuación, presento algunos argumentos que respaldan mi posición en contra de esta medida:
1. Respeto a los plazos legales: La convocatoria a elecciones nacionales se rige por un marco normativo establecido, el cual debe ser respetado para garantizar la estabilidad y la legitimidad del proceso democrático. Adelantar las elecciones sin justificación sólida y legal podría socavar la confianza en las instituciones y generar incertidumbre en el país.
2. Necesidad de estabilidad política: En un contexto de crisis económica y social como el que atraviesa Bolivia, es fundamental mantener la estabilidad política para brindar certidumbre a la ciudadanía y a los sectores productivos del país. Alterar el calendario electoral sin un consenso amplio y sólido podría generar tensiones innecesarias y afectar la gobernabilidad.
3. Diálogo y consenso como vías para superar la crisis: Ante los desafíos económicos y sociales actuales, es imperativo promover el diálogo constructivo entre los distintos actores políticos y sociales para buscar soluciones sostenibles y consensuadas. Adelantar las elecciones de manera precipitada podría obstaculizar este proceso de concertación y generar divisiones adicionales en la sociedad boliviana, rompiendo de esta manera el tejido social en el país.
4. Enfoque en medidas efectivas para enfrentar la crisis: En lugar de centrarse en cambios drásticos en el calendario electoral, es prioritario que el Gobierno y las fuerzas políticas trabajen en la implementación de políticas públicas efectivas para mitigar los efectos de la crisis económica, promover la recuperación y proteger el bienestar de la población.
En conclusión, considero que, en este momento, la prioridad debe ser fortalecer la institucionalidad democrática, fomentar el diálogo y buscar soluciones consensuadas entre todos los actores (gobiernos, empresarios, sociedad civil organizada) para superar los desafíos que enfrenta Bolivia. Caso contrario debemos aguantar todos los bolivianos la crisis económica, social y política que nos está queriendo ahogar este gobierno hasta el final de su mandato para que así nunca más la población vuelva a confiar y mucho menos apoyar al MAS. Adelantar las elecciones nacionales sin un sustento sólido y sin un amplio respaldo de la sociedad no contribuiría a la estabilidad y al desarrollo del país, sino más al contrario es darle un respiro al MAS, es hacerle un favor.
Es necesario actuar con sensatez y responsabilidad en la toma de decisiones que afectan el rumbo de nuestra nación. Los cruceños tenemos que estar a la altura que espera todo el país para asumir el liderazgo político, con responsabilidad y claridad, dando certidumbre, esperanza confianza y certeza a todos los bolivianos.