Opinión

Santa Cruz, ¡ese milagro!

24 de septiembre de 2022, 4:00 AM
24 de septiembre de 2022, 4:00 AM

Es Santa Cruz de Bolivia, aclaro. Milagro no necesariamente ligado a una expresión religiosa o de fe, que celebra cada 24 de septiembre el inicio de las luchas independentistas frente al colonialismo español, en 1810, y honra a sus héroes. Lo logró 15 años después, un 14 de febrero de 1825, antes del 6 de agosto del mismo año, fecha que dio lugar a la República de Bolivia. Hoy extinta y sustituida por un Estado Pluri, que no respeta las múltiples determinaciones de la realidad y acosa la democracia como convivencia entre diferentes.

Este milagro primero fue Santa Cruz de la Sierra, ciudad fundada el 26 de febrero de 1561, por Ñuflo de Chaves en el territorio hoy conocido como Chiquitos o Chiquitania. El ‘encontronazo´ de los pueblos indígenas con los conquistadores españoles fue violatorio y violento, pero de ahí provenimos, paridos del mismo tronco en toda América Latina: ser parte de la primera experiencia colonial burguesa de Europa y del desarrollo del modo de producción capitalista.

Esta Santa Cruz es un milagro de resiliencia pues de aquel ‘encontronazo’, para sobrevivir, los conquistadores se mestizaron con los indígenas. De ahí, nuestra cultura se hizo mestiza. Somos mestizos a contrapelo de quienes insisten en que el mestizaje es una trampa y olvidan que los humanos somos biológicamente iguales, sin preeminencia de pueblo o etnia alguna sobre otra.

Santa Cruz es un milagro resiliente entre su gente y la naturaleza, en sus explosivas tonalidades verdes, ubérrima, que alimenta hoy a 70% de Bolivia. Para lograrlo, pasaron siglos de hombres criollos, indígenas y mestizos “hincados en la tierra para sacarle los frutos que nos dieron y dan sustento”, apunta el historiador Alcides Parejas Moreno, mientras las mujeres administraban la escasa economía familiar.

Santa Cruz es el milagro de la tierra, factor de producción para obtener de ella alimentos. Fue y es el Dorado que los conquistadores no vieron. Tampoco lo vio el “ser minero” de la república, de ahí la postergación de su desarrollo. Éramos descartables.

El milagro Santa Cruz de naturaleza libertaria parió a Ana Barba, a Andrés Ibáñez y el Memorándum de 1904, tesis geopolítica de la elite cruceña que sigue vigente y refuta las inquinas del centralismo andino. También el reclamo del 11% de las regalías petroleras, que beneficiaron a Bolivia toda, hoy en declive por la ineptocracia del Movimiento al Socialismo (MAS). El milagro Santa Cruz generó la fructífera articulación entre su gente, cultura, recursos, instituciones y procedimientos de ‘gobernanza’ para salir con esfuerzos propios del descarte centralista.

Esta Santa Cruz mestiza adoptó el modo de producción capitalista, con todos sus bemoles, pero crea excedentes y riqueza. Por eso la región asume la migración interna desbordante que busca su lugar en el mundo para sobrevivir y vivir mejor.

Santa Cruz es un milagro de resiliencia frente a los incendiarios interculturales del MAS que no saben del manejo de los usos de suelo subtropicales y llegan a perturbar los ciclos de la naturaleza en tierras ya trabajadas o solo de uso forestal.

A la Santa Cruz mestiza le corresponde la iniciativa sobre las Autonomías, hoy mutiladas por el centralismo exacerbado del MAS, que hizo de la demanda autonómica un híper autonomismo: departamentales, municipales, indígenas, universitarias y regionales. Dividir para reinar.

A pesar de los encontronazos políticos y sociales locales, centralismo mediante, el milagro continúa, ‘losetazo’ incluido que doblegó la arrogancia de su alcalde autoritario y populista, para que respete el Centro Histórico.

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