Opinión

Se llama Patriarcado

22 de junio de 2021, 5:00 AM
22 de junio de 2021, 5:00 AM

Raúl Peñaranda U, en su columna (Página Siete y Los Tiempos, 16/06/19), habla de la violencia contra la mujer y describe la brutalidad de algunos de estos asesinatos. Y otros, que sin ser brutales son igual de macabros.
Asume que es algún problema de la psiquis de los varones bolivianos. Dice que “algún problema los convierte en personas inseguras”.

No es ningún problema de la psiquis de los bolivianos, es un problema de la estructura de poder y esa estructura, que no se la quiere admitir como la causante de la violencia contra la mujer, es el patriarcado.

Es la estructura macha de un sistema que esta distribuido por toda la tierra. El mismo tipo de macabras escenas adornan la prensa británica, española, holandesa, e incluso la sueca.

Tan universal es el crimen contra la mujer y tan universal es la falta de consciencia de este fenómeno que ahora somos capaces de justificar con un tema de inseguridad.

No Raúl, no es inseguridad ni frustración, es simplemente violencia gratuita, ejercida por un sin número de vándalos sueltos. Vándalos porque hacen carne de sus virtudes de macho tribal, en todas las manifestaciones posibles de ejercicio de esta brutalidad.

El fútbol manifiesta su misoginia en gritos tan justificados como, mujercita, maricón afeminado. Todo eso en el lenguaje de la calle es mantener la misoginia justificada por una estructura que identifica claramente con el macho.

El ejercito, en su lenguaje educador, hace lo propio. ¡Maricón, en mi escuadra no hay maricones! Si mi sargento, ya mi sargento, a sus ordenes mi sargento. Tu fusil es tu chola. Pareces una mujer.

Cuando se habla que el lenguaje es uno de los elementos que utiliza el patriarcado y la misoginia, para perseverarse en su espirál de odio a la mujer. Los colegios no lo hacen mejor. Las escuelas, si tiene uniforme, el de ellas es faldita y tacones, cuanto mas altos mejor. El uniforme de las policías, incómodo, pero al ser mujeres, se diferenciarán de sus colegas hombres y harán cosas menos igualitarias. Ellas serán secretarias, serán cuidadoras, serán limpiadoras.

La sociedad misma justifica. Al ver con ojos de desigualdad a ellos y ellas. Arregláte que pares un chico sin pintura, no te cortes el cabello como hombre, pues.

Los sindicatos no son mejores lugares en la lucha por la igualdad. Ellas son las que participando, si demandan, se las acusa de comportamientos poco dignos de mujer.

Esa es la psiquis que está matando a las mujeres, no otra. La psiquis que justifica el abuso sexual, la maternidad adolescente, la falta de educación igualitaria, eso está matando a las mujeres. La diferencia salarial, las calles llenas de peligros, los toques, los manoseos, los piropos. Autoridades que manosean y pegan son de alguna manera ejemplos a ser o escondidos y si reprimendados, solo en lo privado.

Jueces que siguen acusando a la mujer por tentar al apetito sexual masculino. ¿Cómo se le ocurre salir vestida así? Es provocar.

Cualquier referencia a la mujer es desde el punto de vista patriarcal, el de ELLAS, y no inclusivo, por supuesto que las universidades no se libran; hay acoso y abuso que se mantiene escondido, el “te subo la nota”, por favores extra curriculares.

Pregunto, ¿Hay estadísticas de cuantas mujeres universitarias han sido ofertadas mejores puntos a cambio de sexo? ¿Hay un teléfono con número gratuito para denunciar casos de violencia tanto doméstica como de acoso?
Si todos dejáramos de ver algo psíquico y viéramos mas que la única manera de hacer iguales a ellas y ellos es a partir de verlas como seres humanos. ¡Nada mas!


*Carlos Toranzos SOria es escritor y analista

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