10 de junio de 2022, 4:00 AM
10 de junio de 2022, 4:00 AM


Está escrito en las sagradas escrituras que cuando en la última cena mientras los doce apóstoles cenaban Jesús dijo afligido: “De cierto os digo que uno de vosotros que come conmigo me va a entregar”, lo cual trajo una exclamación de todos ¿seré yo señor? Y hasta el mismo Judas Iscariote, que ya había convenido vender a su Maestro por dinero, temiendo que su silencio en ese momento pudiera dar motivo para que se sospechara de él, preguntó con descarada audacia: “Soy yo Maestro”, y con punzante brevedad el Señor le respondió: “Tú lo has dicho”.

Y tal como fueron los diálogos y episodios de la última cena podemos hacer una analogía a la actual rencilla de lealtades o traiciones entre el presidente Luis Arce Catacora y el jefe del MAS, el cocalero Evo Morales, cuando de manera sorprendente esta semana ha salido declarando que el Gobierno de su exministro de Economía, su pupilo y su sucesor político, es un gobierno corrupto y que no ha hecho nada por la economía.

Lo interesante de este anuncio es que como siempre, cuando Evo Morales reclama algo, todas las organizaciones de Chapare cercanas a su liderazgo no solo que son las voceras del pensamiento unitario y destructivo del cocalero, sino que las usa para “pedir sangre”, esta vez están pidiendo la cabeza de los ministros de Gobierno, Eduardo del Castillo por su política antidroga, y de Obras Públicas, Edgar Montaño, por la falta de obras. Además, apuntan a varios viceministros y directores.
Arce Catacora (el presidente del Estado Plurinacional) aún no se ha pronunciado, pero muy condescendiente ha mandado a decir a sus voceros que en el Gobierno hay la disposición de recibir a los dirigentes de esa región del país aunque con firmeza (de dudoso tono) aseguran que la decisión de cambiar ministros la tomará únicamente el presidente Arce.

Pero esto no acaba aquí, Evo Morales ha acusado al Gobierno de corrupto apuntando al ministro de Obras Públicas, asegurando que tiene pruebas y documentos y que no se trata de chismes, que hay molestias en el sector cocalero y que se ha quedado sorprendido con el tono de las denuncias, y como si fuera poco veladamente está anunciando bloqueo de carreteras si es que no se destituye a los referidos ministros. Finalmente, espetó Morales, que la gestión económica del Gobierno no se siente, porque falta dinero, faltan obras y no hay movimiento económico.

Lo cierto es que claramente el maestro está intentando manipular a su pupilo, lo triste de esta situación es que la ciudadanía recuerda muy bien los excesos, la corrupción y el despilfarro que reinó durante los 15 años del Gobierno de Evo Morales. Las obras con sobreprecios, las empresas fallidas como Papelbol, la planta de urea, la construcción de un aeropuerto internacional en Chapare y más de una veintena de ejemplos de corrupción abierta, explícita y hasta ahora nunca investigada por las instancias de ley que corresponden.

Entonces como dijo el presidente al asumir su mandato: “Dijimos que teníamos que tener renovación en el MAS, para la gente joven. Si Evo Morales quiere ayudarnos, será muy bienvenido. Pero no significa que Morales estará en el Gobierno. Será mi Gobierno. Si quiere volver a Bolivia y ayudarnos, no hay ningún problema”. Mientras Arce no asuma un rol de liderazgo y de comprometimiento con Bolivia, sus productores, sus obreros, transportistas y todos los sectores económicos sufran los bloqueos y el chantaje de Evo Morales y sus amigos, terminaremos todos crucificados y esta vez no bastarán las 30 monedas que recibió Judas para acomodar el país que está destruyendo el MAS y sus federaciones de cocaleros, y lógicamente el primero de la lista de subir a la cruz será el bisoño Arce Catacora.

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