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11 de diciembre de 2024, 3:00 AM
11 de diciembre de 2024, 3:00 AM

Jhonny Javier Rivera Segovia

En un contexto económico complicado, donde la necesidad de divisas es apremiante, el turismo emerge como un sector con el potencial de ser un pilar estratégico en la economía boliviana. Con su riqueza paisajística y cultural, Bolivia tiene las herramientas para destacarse en un mercado global competitivo. En 2023, el turismo generó aproximadamente 803 millones de dólares, según datos oficiales del viceministerio de turismo, marcando un aumento significativo del 51,4% respecto al año anterior. A pesar de estos avances, aún queda mucho por hacer para alcanzar los niveles de 2019 y aprovechar completamente su potencial turístico.

Fortalezas de Bolivia: Un destino único

Bolivia posee características inigualables que la convierten en un destino turístico excepcional. Lugares icónicos como el Salar de Uyuni, las Misiones Jesuíticas de Chiquitos y el Parque Nacional Madidi ofrecen experiencias únicas que combinan belleza natural y cultura viva. Además, su gastronomía, tradiciones ancestrales y diversidad climática podrían posicionarla como un destino de referencia en la región.

Sin embargo, la oferta turística enfrenta limitaciones. El diseño de productos de alto valor agregado sigue siendo incipiente, y las experiencias ofrecidas, como las del turismo vitivinícola en Tarija, aunque prometedoras, necesitan una consolidación para atraer mercados más sofisticados.

Desafíos persistentes: Conectividad, imagen y planificación

El sector turístico en Bolivia enfrenta barreras críticas que dificultan su competitividad. Entre ellas, destaca la limitada conectividad aérea, exacerbada por la monopolización del mercado y los problemas de puntualidad, que dificultan una planificación de viajes eficiente. Adicionalmente, la percepción internacional sobre Bolivia como destino turístico se ve afectada por la inestabilidad política y social, lo que desalienta la llegada de visitantes extranjeros en busca de destinos más estables y consolidados en la región.

Estrategias para un cambio transformador

Conclusión: Una Bolivia más competitiva y sostenible

Comparado con otros países de la región, Bolivia todavía tiene un camino largo por recorrer. En 2022, el turismo representó un 3,8% del PIB de Bolivia, mientras que en países como Perú o Colombia, la contribución fue de 7% y 8%, respectivamente. Incluso economías más pequeñas, como Ecuador, lograron que el turismo representara cerca del 6% de su PIB (OMT, Banco Mundial). Estas cifras muestran el amplio margen de crecimiento que Bolivia podría alcanzar con estrategias adecuadas.

El turismo puede convertirse en un motor económico fundamental para Bolivia si se implementan estrategias coordinadas y sostenidas. Una verdadera apuesta por este sector no solo generará divisas, sino que también contribuirá a proyectar una imagen renovada y competitiva del país. Con inversión, planificación y compromiso, Bolivia puede construir un futuro más sostenible que respete y enaltezca sus valores culturales. Si el sector alcanzara una contribución del 7% al PIB, como ocurre en países vecinos, los ingresos por turismo podrían superar los 1.500 millones de dólares anuales, inyectando recursos frescos en un momento de crisis.

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