12 de febrero de 2021, 5:00 AM
12 de febrero de 2021, 5:00 AM


Medio millón de dosis de la vacuna china Shinopharm llegará al país a fin de mes, esto es en solo dos semanas, según anunció el presidente Luis Arce y tras conocida la noticia el Gobierno debe elaborar urgentemente en estas horas un plan serio de vacunación para evitar el traspié en la aplicación de las primeras 20.000 dosis de la vacuna rusa Sputnik V.

También se prevé que el 15 de febrero comenzarán a llegar al país unas 90.000 vacunas Pfizer provenientes del mecanismo Covax, sobre las cuales existe una polémica aparte respecto de la región del país donde se las utilizarán por aquello de la conservación de las condiciones extremas de refrigeración que exige.

Bolivia no tiene un plan de vacunación. Lo ha demostrado en una prueba piloto real con esa pequeña cantidad de 20.000 inmunizaciones que llegaron al país el 29 de enero. Según el reporte oficial del Ministerio de Salud, hasta el 10 de febrero se aplicaron 10.167 vacunas en todo el país, esto es, a un promedio de 1.017 vacunas por día. Siguiendo ese mismo ritmo, la vacunación de siete millones de ciudadanos en Bolivia tomaría 8.950 días, esto es 24 años y medio.

Esa primera experiencia demostró que el país no está listo para la vacuna, o por lo menos no tiene una estrategia planificada para hacer una aplicación eficiente y rápida de un inyectable que es esperado con ansiedad por todos los ciudadanos, porque la segunda ola está demostrando que el virus es más rápido para enfermar y quitar la vida de muchos bolivianos.

En el primer caso, lo preocupante es que esas pocas vacunas inyectadas hasta ahora estuvieron destinadas exclusivamente a un pequeño porcentaje de los trabajadores relacionados con la salud, a quienes se vacunó en sus propios lugares de trabajo. Si bajo esas condiciones favorables se demoró lo que se demoró, habrá que imaginar una complejidad mayor con ciudadanos que tendrán que acudir a determinados lugares, y más aún si pensamos que una buena cantidad de vacunas tendrá que ser trasladada a las provincias y lugares alejados de las ciudades capitales.

Los países europeos y varias naciones latinoamericanas idearon planes con una anticipación de hasta tres meses antes de recibir la primera vacuna. Y aun así, varios de ellos experimentaron dificultades.

Bolivia ya comenzó tarde, pero aún así es preciso planificar la logística del traslado, la organización de los primeros grupos humanos que accederán a la vacuna, la selección de los puntos de vacunación, la asignación de un número considerable de profesionales que tendrán que colocar la inyección y el establecimiento de un cronograma razonable pero acelerado para competir con cierta expectativa de éxito frente a la mayor rapidez de expansión del virus.

No sería concebible repetir la experiencia de las primeras vacunas Sputnik V. Y para evitarlo, el Gobierno nacional tiene que trabajar urgentemente en una tarea de coordinación con los gobiernos departamentales y las alcaldías de todas las regiones.

Bolivia recibirá alrededor de 5,2 millones de dosis de la vacuna Sputnik V, cinco millones de la vacuna AstraZeneca/Oxford que llegarán desde marzo, además de un millón de Pfizer y AstraZeneca que son la donación del mecanismo Covax.

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