Opinión

Unidad Por La Vida y La Democracia

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9 de agosto de 2020, 3:00 AM
9 de agosto de 2020, 3:00 AM

Por Andrés Torrez y Virginio Lema

Luego de escuchar a diversos actores estamos muy preocupados por que la sensación certera es que el MAS no está interesado en las elecciones, no le conviene someterse al voto popular y evidenciar lo que todos y las encuentras claramente muestran: Hay una mayoría que no quiere al MAS y el riesgo de unas elecciones adversas es muy peligroso para los intereses de la cúpula del partido de Evo Morales.

Necesitan caos, desastre y violencia para justificar una salida catastrófica que permita la vuelta de Evo. Apuestan a un escenario de octubre similar al del 2019, pero al revés. Eva Copa asumiendo el poder, y conduciendo un nuevo proceso electoral con control sobre un nuevo TSE. Necesitan el caos para viabilizar su única oportunidad de ascenso al poder.

Asumir lo contrario es entrar en una inocente lectura de una realidad que ha sobrepasado todos los límites institucionales, políticos y económicos. La tormenta perfecta que necesitaba el MAS para incendiar el país está en marcha y no la van a desaprovechar. Incluye incendios forestales, bloqueos, marchas, muertos, etc. Y todo tipo de manifestaciones que lleguen a desestabilizar al gobierno.

Perdonen que sea tan franco y directo, pero esta es la realidad a la que nos enfrentamos. El gobierno “solo” no podrá vencer esta amenaza y los candidatos “aislados” tampoco. Urge un acuerdo por la vida y la democracia más allá de las elecciones o intereses particulares. Esto implica un acuerdo con los grupos democráticos del MAS, autocríticos, pragmáticos que saben que la estrategia del odio y la muerte, ordenada desde Argentina, son un mal negocio para la democracia y la vida del país. Es urgente sumar a “todos” en una estrategia nacional de supervivencia y convivencia pacífica más allá de las diferencias políticas e intereses particulares.

En el gobierno surgirá la tentación de utilizar esta crisis para levantar la imagen electoral de la presidenta para unir al país contra el MAS detrás de ella. Seguir ese instinto utilitarista sería repetir los errores cometidos hasta la fecha y replicar los costos políticos de esas malas decisiones. En Comunidad Ciudadana y otros candidatos surgirán también las tentaciones de aprovechar el caos para atacar al gobierno y capitalizar políticamente de la crisis. Esa es también una obtusa manera de obrar ante la crisis. A eso apuesta el MAS, a que el caos desnude las miserias de una clase política que sólo le interesa su interés particular. Ejercer sobre esas tentaciones sería el peor error posible y lograría agudizar aún más la crisis estructural.

Debemos exigir un acuerdo por la vida y un pronunciamiento claro de los candidatos y líderes ante la amenaza. Hacer frente a la tormenta con inteligencia y unidad. Sabiduría y grandeza ante la miseria y la violencia del MAS. Sumar una estrategia de comunicación efectiva que ponga en evidencia el peligro, una estrategia económica efectiva de reactivación y un calendario electoral inmediato de certidumbre institucional. Ya no hay tiempo el momento es ahora.

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