Opinión

Venta de gas a Argentina, condiciones y perspectivas

5 de enero de 2021, 5:00 AM
5 de enero de 2021, 5:00 AM

El cierre del año 2020 y la llegada del 2021 trae grandes expectativas en muchas áreas, entre las que destaca la política, la salud y la economía. Ocupan el imaginario colectivo preguntas como: ¿Quiénes serán las próximas autoridades subnacionales?, ¿Cómo evolucionará la pandemia del Covid-19?, ¿la vacuna será efectiva?, ¿se logrará reactivar la economía?, ¿habrá más trabajo?... y así otras cuestiones no menos importantes para el país y sus ciudadanos.

En medio de temas muy relevantes, se realiza la negociación de una nueva adenda al Contrato de Venta de Gas Natural con Argentina. Proceso que reviste vital importancia para la economía boliviana en general y para el sector de hidrocarburos en particular, considerando que la venta de gas constituye el principal ingreso para el estado boliviano y depende (en gran medida) de este negocio la sostenibilidad de las exportaciones con su correspondiente efecto en la generación de divisas que registra la balanza de pagos.

El Contrato de Venta de Gas a Argentina fue firmado el 19 de octubre del año 2006, con un horizonte de vigencia comercial por 20 años. En el lapso transcurrido se han suscrito cuatro adendas que han tratado mejorar y contextualizar las condiciones operativas del contrato. La cuarta adenda se firmó (entre YPFB e IEASA) en febrero de 2019, fijando las condiciones de compra-venta de gas hasta el 31 de diciembre de 2020. Dicho acuerdo estuvo enfocado a equilibrar condiciones que generaban tensión entre el comprador y el vendedor. Por una parte, Argentina enfrenta un problema de estacionalidad, con una demanda que presenta picos de tendencia alcista durante el invierno, muy diferentes a los requerimientos del energético durante el resto del año. Mientras que a Bolivia le viene mejor, tanto por condiciones de producción, como por flujos financieros, realizar ventas en volúmenes que tiendan a ser estables y seguras.

Dado que los recursos contractuales clásicos de premio y penalidad no eran suficientes ni convenientes para las partes, se negoció un esquema que modifique los volúmenes, tomando como referencia la estacionalidad del comprador y se compense las menores cantidades con premios complementarios establecidos en el precio. Es así que, por el lado del volumen se acuerda vender 18 MMm3/D (millones de metros cúbicos por día) durante los meses del invierno (junio, julio y agosto) 16 MMm3/D en el mes de pre y post invierno (mayo y septiembre) y 11 MMm3/D durante los otros (siete) meses. En cuanto al precio, hasta un volumen de 10 MMm3/D se aplica el normal establecido en la fórmula original, cuando se supera este volumen durante el invierno, el remanente se cotiza al precio de GNL + 0,80 $us. El resto de los meses se cotiza con un plus del 15% del precio original.

La negociación presente no se puede abordar sin considerar de manera integral la oferta exportable de Bolivia y los mercados que configuran la demanda del gas boliviano. Es así que, cuando YPFB (durante el gobierno de facto) acordó con PETROBRAS vender volúmenes dentro de una banda entre 14 MMm3/D y 20 MMm3/D, inmovilizo nuestra molécula de Gas Natural hasta 6 MMm3/D. sin la posibilidad de monetizarlo y tampoco asumir compromisos con otros clientes con volúmenes garantizados. Como el país no se puede dar el lujo de prescindir de la venta de dichas cantidades, este es un factor de ineludible incorporación a la negociación con Argentina. Es decir, Bolivia puede ofrecer un volumen en una banda inferior de hasta 14 MMm3/D en firme, más volúmenes interrumpibles de hasta 6 MMm3/D.

La otra variable relevante es el precio, en un nuevo contexto, resultado de la crisis económica internacional que ha afectado contrayendo la demanda de fuentes de energía con reflejo directo en el precio, de tal modo que el mercado Argentino ha podido y ha complementado su abastecimiento de gas el 2020 con GNL a precios récord. Esto, ineludiblemente, incidirá en la posición negociadora de las partes.

Considerando estos aspectos, se puede afirmar que hay condiciones de negociación diferentes que se deben tomar con la máxima prudencia y racionalidad bajo la perspectiva de ganar, ganar. Es decir, se debe hacer el esfuerzo de escuchar y estudiar la posición de la otra parte en la perspectiva de continuar con una relación de largo plazo sustentada en la complementariedad energética que la situación demanda. Bolivia requiere continuar con su política de aseguramiento de mercado que brinde perspectivas positivas para promover inversiones en el sector de hidrocarburos.



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