Wellbeing
En el encierro físico se abrieron varias opciones de aprendizaje digital, muchas gratuitas y muchas de bajo costo. Hace mucho están ahí, solo que las encontramos cuando nos sobra el tiempo y la curiosidad.
Las transnacionales como Google y Facebook ofrecen alternativas de formación y expiden certificados que podrían ser útiles, sobre todo para los jóvenes profesionales que buscan entrar al mercado laboral. Por otra parte, universidades de todo el mundo ofrecen opciones muy interesantes; por ejemplo, podemos diseñar nuestro propio plan de formación personal, elegir los cursos, pagar por cada uno, tomar las clases, aprobar los exámenes y recibir los certificados.
Supongo que nuestras universidades locales ya han tomado nota de esto, no hablo de la digitalización, o de las clases virtuales, esos ya son cuentos viejos; me refiero a la diversificación de las opciones, el conocimiento se empieza a envasar de otra forma, más versátil, más simple, y el estudiante es el protagonista, decidiendo qué colocará y qué no en su mochila de conocimientos. Ofrecer lo convencional y lo no convencional en paralelo se está volviendo una norma.
Se me ocurrió buscar algún curso sobre psicología y encontré uno muy interesante, nada más y nada menos que en Yale, rankeada entre las mejores universidades del mundo. Uno de los módulos que tomé ser refería al Wellbeing, en cristiano, el bienestar o la felicidad.
Muchos ya abordaron este tema, quién no tiene su propia teoría sobre la felicidad. Sin embargo, lo que me llamó la atención es que los tips que voy a resumir se basan en estudios, encuestas, estadísticas y experimentos. Qué otra cosa se podría esperar de una universidad como Yale.
1. Comprar más experiencias y menos cosas produce una mayor sensación de bienestar, e incluir en esas experiencias a las personas que queremos.
2. Plantear objetivos razonables y festejar cada pequeño avance, ilusionarnos con algo. Por otra parte, expectativas absurdamente altas podrían conducir a la frustración.
3. Identificar lo que nos gusta hacer y hacerlo más seguido, pero no tanto como para que pierda su sabor y se convierta en rutina.
4. Alimentarnos con inteligencia y movernos favorece la producción en nuestro cuerpo de químicos que dan la sensación de bienestar.
5. Usar plenamente los sentidos y conectarlos con el universo, meditar un poquito todos los días.
6. Dar produce más bienestar que recibir.
7. La amabilidad y la bondad dan una fuerte sensación de bienestar.
8. Conectarnos con los demás, evitar a toda costa el aislamiento.
9. Enfocarnos en lo que tenemos y agradecer todo el tiempo, si somos detallistas y hacemos bien las cuentas veremos que las cosas buenas le ganan a las malas.
10. Reinterpretar, significa entender que las emociones negativas que vivimos no nacen por arte de magia, las preceden pensamientos exageradamente negativos e irracionales. Entrenarnos para cuestionar y remplazar esos pensamientos por otros más racionales, esto producirá en nosotros más calma, emociones y sensaciones de bienestar.
Con el examen aprobado y el certificado en el bolsillo, el siguiente paso, ese sí es importante: Aplicar.