Opinión

¿Ya saben que viene después de la cuarentena?

23 de mayo de 2020, 3:00 AM
23 de mayo de 2020, 3:00 AM

Declarar una inmediata cuarentena en el país fue una medida que nadie discute. Era una necesidad y una recomendación a nivel internacional.

Su ejecución presentó dos grandes dificultades: La ignorancia y el bajo nivel de disciplina social de los bolivianos, pesada herencia cultural que debemos superar, y el uso político e irresponsable de la cuarentena por parte del MAS, instruyendo al desacato para crear el caos que justifique el retorno del “huído” .

Pero a esos dos factores se sumó el grave y profundo desconocimiento del gobierno sobre la estructura de clases del país. En su imaginario todos éramos clase media y parece que desconocía que la mitad de la población urbana no es asalariada ni rentista: vive de los ingresos que logra en el día. Ellos siempre nos recuerdan: “día que no salgo a trabajar no como yo ni mis hijos”

Esa visión algo tecnócrata condujo al gobierno a una estrategia basada exclusivamente en la entrega de bonos que implicaban información, posesión de documentos, asistencia a largas colas en los bancos para luego asistir en forma masiva a los mercados para comprar sus víveres. Este eje de acción en situaciones de emergencia se puede considerar como de mediano plazo y para población relativamente informada y comunicada.

Sin embargo, la situación creada con la cuarentena presentaba otros rasgos, de gran dramatismo, con gente que de un día para otro no tenía para comer y esa es precisamente la falla: No hubo la estrategia y la organización complementaria, de urgencia, de corto plazo, participativa, apoyándose en los tres niveles de gobierno y en la población organizada, juntas vecinales, ONG y empresas, que en forma organizada bajo la conducción del gobierno debía poder llegar en el día con comida para toda la población que vive en la economía informal y de subsistencia. Algo se hizo, pero de forma desordenada, voluntarista y hasta injusta por las marcadas preferencias que se hacían. No se debe repetir este error.

Pero bueno, superada esta etapa, porque está claro que 73 días de cuarentena son ya imposibles de sostener, deberíamos estar entrando en forma organizada y planificada a la siguiente etapa, que consiste en permitir las actividades productivas pero bajo protocolos y normas muy precisas, bien estudiadas y concertadas con los interesados, nos preguntamos, ¿se han elaborado ya esas normas, específicas para cada sector? Parece que no.

El transporte necesita normas para ver cuantos pasajeros pueden llevar y en que condiciones, los restaurantes necesitan saber exactamente cuantos metros por cliente y que separación debe haber entre mesas, las fabricas y talleres igualmente necesitan saber como deben modificar sus circuitos productivos para mantener la separación entre personas, los consultorios médicos deben saber que deberán evitar las atiborradas salas de espera y así sucesivamente para cada actividad económica que se autorice.

Si este trabajo no se ha hecho ya es tarde y entraremos a la segunda etapa de nuevo de forma improvisada y en medio de miles de conflictos por la falta de claridad e información. Ojalá no sea así, pero para ello, hay que actuar de inmediato.

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