La imagen del político aparece deteriorada por efecto del bloqueo de los 24 días, así como las evidencias de abuso a menores que llegan, incluso, desde el exterior. Estuvo en el poder por algo más de 13 años y tuvo que dejarlo tras ser acusado de fraude.

10 de noviembre de 2024, 4:00 AM
10 de noviembre de 2024, 4:00 AM

El gobierno de Evo Morales duró tres gestiones consecutivas; 13 años, nueve meses y 18 días. Todo terminó el 10 de noviembre de 2019; ese año era domingo, igual que hoy. Han pasado cinco años.

Pero, desde el día que dejó el poder, Evo Morales intentó volver, incluso vulnerando la regla “de la rotación natural” que aplican las autoridades indígenas, según actores políticos que atestiguaron el fin de su mandato. Consultados por EL DEBER, ellos identificaron al menos tres aspectos que surgieron como consecuencia, no solo de la renuncia, sino de otras acciones políticas vinculadas con el poder.

Por una parte —dicen— Evo acentuó la división del MAS cuando aplicó una estrategia frontal para volver a la Presidencia. Este “esfuerzo”, a su vez, dañó su propia imagen, primero, al interior del partido y, luego, en el resto de la sociedad por efecto de la más reciente protesta que se materializó en 24 días de bloqueos. El tercer elemento impactó directamente en la gestión política de la Asamblea Legislativa, calificada como “la peor” de la historia contemporánea, por la falta de acuerdos, los escándalos y el deterioro de la institucionalidad de ese Órgano del Estado.

El exsenador del MAS Omar Aguilar, quien era parte del grupo de parlamentarios pacificadores de los conflictos de 2019, recordó que el objetivo tras controlar la crisis política era lograr conciliar y unificar al país. Lamentó que nada de aquello se logró.

“Lamentablemente no ha cambiado nada, más bien se ha profundizado la crisis entre bolivianos, seguimos enfrentados por defender liderazgos. No hay un líder que hable de unificar y pacificar el país. Desayuno almuerzo y cena es confrontación política. Tanto así que en la Asamblea Legislativa se ha llegado a niveles de confrontación desmedida, sin respeto a la prensa ni a la población. No hemos escarmentado ni reflexionado”, afirmó Aguilar.

El exdiputado opositor Amilcar Barral ve que en este quinquenio no hubo avances políticos, solo retrocesos y que la renuncia de Morales en medio de denuncias de fraude fue producto de la protesta ciudadana y no de una gestión de la oposición de manera que pueda haber propuesto al país un proyecto que, por ejemplo, recupere la institucionalidad del Estado en todos sus niveles.

“Después de cinco años llegamos muy complicados con un gobierno y un partido gobernante peleados entre sí y, en estos cinco años, la oposición no ha logrado construir un frente único y es muy poco probable que lo logre En este periodo constitucional tenemos la peor Asamblea Legislativa, incluidos por el oficialismo y la oposición”, señaló Barral, quien también observó los resultados de la gestión del gobierno transitorio de Jeanine Añez que en un año tuvo varias denuncias de corrupción.

El quinquenio sin poder

Morales, el dirigente cocalero y expresidente de 65 años que tiene más de 30 años de una intensa actividad política, vivió los últimos cinco sin saborear las mieles del poder que tuvo por casi una década y media, y en el último tiempo se convirtió en el opositor más radical del presidente Luis Arce, quien fue su ministro.

Para entender la dimensión de las causas y efectos de los hechos de 2019, el exsenador Aguilar optó por retroceder hasta 2005, cuando se produjo el primer triunfo electoral de Evo Morales. El exsenador identificó cuatro grandes etapas en este periodo.

La primera va desde 2005 hasta 2014, la época en la que ganó tres procesos electorales con un liderazgo “indiscutible”. La segunda faceta está marcada por el final de su mandato y el proyecto de prorrogarse en el poder. La tercera etapa es cuando Luis Arce asume la presidencia y Morales se muestra como el líder que, aunque está fuera del poder, no se resigna. “Es un hombre que no entiende que ha dejado de ser presidente”, una actitud que termina enfrentando a masistas contra masistas, afirmó Aguilar.

La cuarta faceta de Morales surge este año, cuando se ve a un político envuelto en una serie de denuncias de abuso contra menores de edad. No obstante, pese a ello, Aguilar cree que aún tiene una carta ganadora con su pupilo Andrónico Rodríguez. “Ya se habla de la posibilidad de que el sustituto natural sea Andrónico Rodríguez. En mi criterio puede ser el actor que puede unir a arcistas y evistas y si eso se da y gana las elecciones está claro que durante sus cinco años de Gobierno trabajaría en la posibilidad de habilitar a Evo Morales el 2030”, vaticina el político.

Para el activista y diputado opositor Alberto Astorga (CC), desde su renuncia a la presidencia por las acusaciones de fraude, su salida de Bolivia y sus últimas actuaciones con un bloqueo de caminos por casi un mes, Morales solo ha cosechado derrotas políticas. “Es el peor momento de Evo Morales; enfrenta denuncias nacionales e internacionales por trata, tráfico y estupro. Está en su etapa crítica, además que se ha confirmado su inhabilitación y no volverá a ser candidato y menos presidente. Por todo eso, Morales está totalmente devaluado, desgastado y obsoleto”, afirmó.

El exdiputado Barral agregó que la imagen de Evo se ha venido abajo desde el año 2019 por las denuncias de fraude en su contra y, ahora, por efecto de los bloqueos y tomas de cuarteles, entre otras irregularidades, que impactaron negativamente en el país. “Evo Morales con lo que está pasando ahora no se levanta más, ya no va a volver a ser nunca más el líder político que fue en su momento, y nunca más volverá a ser el presidente del Estado. Se va y deja la imagen de un expresidente pedófilo que ha cometido delitos contra menores de edad”, dijo Barral al hacer la evaluación.

¿Y el fraude electoral?

Ese 10 de noviembre de 2019, poco antes de anunciar su renuncia, Evo Morales decidió anular las elecciones del 20 de octubre por las denuncias de fraude; incluso convocó a nuevos comicios para “renovar la totalidad del Tribunal Supremo Electoral”, es decir, sin ser su atribución despidió a todos los vocales del TSE, quienes luego fueron perseguidos y encarcelados por la Justicia.

Tras la renuncia y su salida del país, en el gobierno de transición de Jeanine Añez, el entonces fiscal general Juan Lanchipa abrió procesos penales en contra de todos los vocales. Luego los cerró, pero sobre la base de un informe elaborado por, Juan Manuel Corchado, un catedrático español de la Universidad de Salamanca que fue investigado por “manipulación académica”. El fallo final, presentado en septiembre, ya estableció que el profesional cometió “fraude científico” en varios de sus informes que elaboró.

Denuncias fallidas

En febrero de 2020, Carlos Mesa, excandidato a la Presidencia por CC, presentó una denuncia contra Evo por el fraude electoral de 2019 y lo identificó como autor intelectual y el “beneficiario directo” junto a Álvaro García.

En diciembre de ese mismo año la jueza Claudia Castro desestimó la denuncia y dispuso la nulidad de actuados” y dejó sin efecto todas las investigaciones en contra de ellos. En octubre de 2021, el entonces fiscal de La Paz, William Alave emitió requerimiento conclusivo de sobreseimiento de todos los procesos que se activaron en ese tiempo.

El 10 de noviembre de 2019, Evo Morales, anuncia la anulación de las elecciones. Horas más tarde renuncia a la presidencia y abandona Bolivia.

ANÁLISIS

"El ciclo histórico del masismo terminó en 2019"

Pedro Portugal /Analista e historiador

De acuerdo a los ciclos políticos históricos que tenemos en nuestro país, el 2019 terminó el ciclo del MAS. En Bolivia existen periodos largos de hegemonía de una tendencia política que no siempre logra resolver los problemas profundos y se sustituye por un nuevo ciclo.

Pero en este caso no hubo una fuerza capaz de inaugurar un nuevo proceso y el gobierno de transición fue muy ambiguo y paradójicamente sirvió para fortalecer al MAS que ganó las elecciones 2020-2025.

En esa ocasión, el MAS tenía la oportunidad de inaugurar un nuevo ciclo y desprenderse de los aspectos fundacionales con una nueva visión de país, pero el presidente Luis Arce no lo pudo hacer por la interferencia de Evo Morales.

Arce por su lado no pudo inaugurar su propio ciclo sino que estuvo obligado a seguir el ciclo anterior para que Morales no diga que se está derechizando, todo esto se fue agudizando.

Él consideró a Luis Arce como un verdadero tilín o monigote porque detrás iba a mandar él, pero como es normal, el presidente Arce por hacer su propia gestión entró en contradicciones cada vez mas agudas con Evo Morales.

Resultado de eso son las marchas y bloqueos además de una constante amenaza de desestabilización. Tenemos un deseo de sobrevivencia de una persona que ya cumplió su ciclo y está comprometiendo la vigencia de su organización. El papel de Morales es bastante negativo.

Y tomando en cuenta la última sentencia judicial que lo invalida de por vida a cualquier reelección, significa que es el fin de la vida política de Evo Morales pero ha comprometido la renovación de su partido, el MAS y ha entorpecido la emergencia de nuevas fuerzas políticas. Se abre en Bolivia un periodo incierto y no se sabe cómo va a terminar.

Luis Arce no pudo inaugurar un nuevo ciclo en el MAS por la constante interferencia de Evo”


Los hechos antes y después de 2019 que marcaron un nuevo rumbo en la historia del país



El 12 de noviembre de 2019. Jeanine Áñez, asumía la presidencia.

20 de octubre de 2019. Es el día de las elecciones que se realizan en medio de tensión. A las 19:40 el TSE paraliza Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) con el 83,85% de actas procesadas y con segunda vuelta a bordo entre Morales y Mesa.

21 de octubre de 2019. Los datos de la TREP cambian a favor de Morales descartando una segunda vuelta, Mesa denuncia un “fraude escandaloso” y comienzan las protestas de la población.

23 de octubre de 2019. Comienza un paro indefinido a nivel nacional en protesta por el cambio de tendencia en el resultado. La OEA y la UE expresan su preocupación por el manejo de los resultados.

24 al 30 de octubre. Crecen las movilizaciones en medio de enfrentamientos con la Policía, la muerte de dos personas en Montero y amenazas de Evo de cercar a las ciudades.

8 de noviembre de 2019. Policías de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) se amotinan en Cochabamba. En cuestión de horas, la medida repercute en todo el país.

10 de noviembre de 2019. La OEA emite un informe previo de la auditoria electoral y recomienda a Bolivia celebrar otras elecciones porque se encontraron “serias” irregularidades en el sistema de votación.

10 de noviembre de 2019. En la mañana, Evo Morales anuncia que resolvió “convocar a nuevas elecciones” y dejar sin efecto el proceso del 20 de octubre, además determinó cambiar a todos los vocales del TSE.

10 de noviembre de 2019. En la tarde, desde Lauca Ñ (Chapare) Evo Morales junto a Álvaro García renuncia a la presidencia del Estado para pacificar el país. Un día después se va a México

12 de noviembre de 2019. Tras un vacío de poder por casi 48 horas, la senadora Jeanine Áñez que era segunda vicepresidenta asume la presidencia de Bolivia por sucesión constitucional ya que la presidenta del Senado y su primer vicepresidente renunciaron.

24 de noviembre de 2019. Tras la aprobación de la ley en el Legislativo, la presidenta Jeanine Áñez promulga la norma para convocar a elecciones en 2020. En el acto participa, Eva Copa (MAS) y presidenta del Senado.

18 de octubre de 2020. Se celebran las nuevas elecciones generales, proceso en el que gana con 51% el binomio del MAS, Luis Arce y David Choquehuanca. El 9 de noviembre Evo Morales vuelve a Bolivia de su refugio en Argentina.