Roberto Calzadilla abrirá hoy la defensa y pedirá a la CIJ que deseche la demanda chilena. Presentará al equipo jurídico que mostrará las pruebas legales e históricas que anulen la pretensión sobre la todas las aguas del reservorio potosino

4 de abril de 2022, 4:00 AM
4 de abril de 2022, 4:00 AM

El equipo jurídico que tomará la palabra en la fase oral del juicio sobre la naturaleza de las aguas del Silala llegará con evidencias de que Chile negoció y aceptó pagar por “una parte” de esos recursos. Eso sí, las pruebas también reflejan la intención de ambos de hacer “estudios compartidos” sobre esa reserva y otras que están en la frontera.

La documentación es abundante y será presentada entre hoy y mañana. Bolivia partirá con un pedido formal para que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) desestime la demanda de Chile y el martes planteará los argumentos que tienen que ver con las compensaciones que debería pagar Chile por el uso de esas aguas, en caso de que, finalmente, los jueces le den la razón al país.

Sobre la base de esos alegatos y sus respaldos documentales, Sebastián Michel, el embajador boliviano en Venezuela que fue designado como portavoz del país para este proceso internacional, anticipó ayer los criterios de  esos pagos o  las compensaciones.

“Si el flujo natural hubiera sido de 100 litros por segundo, y con esas canalizaciones hemos llegado a 200 litros por segundo, esos 100 adicionales tienen que ser entregados a Chile a través de un tratado. Ahora bien, lo único que está en duda es, qué porcentaje de esas aguas son de curso natural, y qué porcentaje han sido producto de una canalización” explicó.

Entre los documentos que Bolivia llevó a la Corte figura, precisamente, una copia del “Acuerdo Inicial sobre el Silala (preacuerdo)  que fue consensuado en Santiago el 13 de noviembre de 2009 por el Grupo de Trabajo de las Aguas del Silala y Recursos Hídricos que se creó en  2004 con miras a la resolución de esta controversia. Allí, Chile acepta pagar por el 50% de las aguas y abre una puerta para una negociación futura sobre la base de estudios conjuntos.

La negociación de estas compensaciones, que Chile endosaría a las empresas privadas para abastecimiento humano e industrial, se ven reflejados en otras ocho actas, pero especialmente en el borrador final que se acordó el 28 de julio de 2009. Era el tiempo de las “confianzas mutuas y la Agenda de 13 puntos” que Evo Morales y Michel Bachelet Desarrollaron entre 2006 y 2011.

Pero las conversaciones sobre el pago por las aguas del Silala se activaron el 17 de junio de 2008, tras la reunión del Mecanismo de Consultas Políticas que dio luz verde a la negociación sobre el uso de esas aguas.

“Después de un amplio intercambio de ideas, en el cual se constató la coincidencia en darle a esta materia una dimensión real, las Delegaciones acordaron que en los próximos 60 días se intercambiaran esquemas con los contenidos para un acuerdo básico inmediato, que tenga en cuenta el recurso hídrico en sus usos existentes, los derechos de cada país, y las formas y mecanismos para su aprovechamiento de manera de generar beneficios económicos para Bolivia, considerando la sostenibilidad del recurso. En este periodo se constituirá una comisión bilateral que estudiará los elementos antes indicados para la conclusión de dicho acuerdo”, señala esta decisión bilateral que se plasmaría en noviembre de 2009.

El pacto no prosperó por  el rechazo de Potosí que demandó el pago del 100% de las aguas y el total de la “deuda histórica” que corresponde al usufructo que comenzó en 1908, cuando se firmó el acuerdo entre la Prefectura de Potosí y la empresa ferroviaria anglo chilena Bolivian-Antofagasta Railway para abastecer a las antiguas locomotoras a vapor.

En la documentación figuran las cartas de Bolivia que envió, entre 2011 y 2012, a la Cancillería de Chile para retomar una negociación por “la deuda histórica”. La Moneda calló hasta 2016, cuando anunció el juicio para que la CIJ declare al Silala un río internacional y reconozca derechos un uso “equitativo y razonable”.

En la apertura de la fase oral, la vicencanciller de Chile, Ximena Fuentes, informó a los jueces que el agua del Silala es empleada en su país para consumo humano e industrial porque llega “una de las zonas más áridas del planeta”.

Además, Fuentes confirmó en la Corte que su país decidió iniciar el juicio “sin demoras” por efecto de la amenaza de Evo Morales de llevar a su país a la Corte.

Daniel Oropeza, un ingeniero civil que fue Prefecto de Potosí, señaló que durante su gestión, en la década de los años 90, “varias empresas chilenas” lo contactaron “para explorar la posibilidad de contar con aguas de Bolivia”, pero precisó que eso no prosperó.

“Muchos empresarios perforan en el norte de Chile en busca de agua y se acercan a la frontera con Potosí para poder obtenerla, pero rara vez tienen éxito”, afirmó Oropeza a esta redacción.

Actuados

Bolivia pedirá a la CIJ que desestime la demanda de Chile porque percibe que ésta vulnera sus derechos sobre esos recursos hídricos. El país “considera que las presentaciones de Chile deben ser desestimadas ya que pretenden aplicarse a todas las aguas de Silala, incluidas las que fluyen artificialmente. Además, este pedido debe ser desestimado en la medida en que sólo conciernen a los derechos de Chile y desconocen los derechos de Bolivia”, señala la respuesta escrita remitida a la CIJ.

En apego a la documentación presentada por el país, el agente de Bolivia ante la CIJ, Roberto Calzadilla, terminó por revelar el reconocimiento de que “una parte de las aguas” del Silala trasvasan la frontera gracias a un flujo “artificialmente mejorado” por unos canales que se construyeron a principios del siglo pasado.

Cuando Bolivia respondió a la demanda de Chile en 2018, planteó una contrademanda con la que reclamó la soberanía plena  sobre las aguas del Silala, incluidas las que corresponden a ese “flujo artificialmente mejorado” y demandó una compensación  por el uso de estos recursos hídricos.

“Bolivia considera que tanto Chile y Bolivia tienen derecho a un uso equitativo y razonable, pero sólo en relación con las aguas que fluyen naturalmente del Silala. En cambio, Bolivia tiene plena soberanía sobre el curso artificial de las aguas del Silala por considerar que, a falta de drenaje y mecanismos de canalización, esas aguas son mecánicamente inducidas al territorio de Chile. (Por tanto),el principio de uso equitativo y razonable, bajo el derecho internacional consuetudinario, no se aplica al flujo artificial de las aguas del Silala”, señala la contramemoria que se desarrollará hoy.

Calzadilla presentará a los jueces al equipo que lo acompañará en las sucesivas presentaciones que se desarrollarán hasta el próximo 14 de abril. Luego intervendrán los abogados franceses Alain Pellet y Mathias Forteu, además de Rodman Bundy (EEUU).

Contraofensiva
Bolivia reclama soberanía sobre el Silala y rechaza que Chile tenga “derechos adquiridos” sobre los flujos “mejorados”.

Confianza mutua
Entre 2006 y 2011, además del Silala, Bolivia y Chile avanzaron en el acceso “soberano” al mar.  Se presentaron varias opciones.

Propuestas
En medio del juicio por el Silala, en  2019, Chile envió a Bolivia una propuesta para paralizar el juicio y no tuvo respuesta.

Acuíferos
Especialistas y juristas señalan que el proceso repercutirá en la legislación vigente respecto a las aguas internacionales.