A diferencia de la demanda marítima, este pleito internacional termina sin campaña mediática ni movilizaciones ciudadanas

29 de noviembre de 2022, 9:19 AM
29 de noviembre de 2022, 9:19 AM

La comitiva será pequeña y estará al mando del canciller Rogelio Mayta. Este jueves se leerá el fallo definitivo sobre el estatus y uso de las aguas del Silala, el segundo pleito internacional que, en los últimos seis años, enfrentó a Bolivia y Chile en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que está en Países Bajos.

La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, hizo el anuncio sin mayores comentarios. “Va ir una delegación de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores para hacer seguimiento y conocer lo que va a determinar la Corte”, indicó la autoridad ayer en La Paz.

El fallo será leído por la presidenta de la CIJ, la jueza estadounidense Joan Donoghe, en una sesión prevista para las 15:00 en los Países Bajos; a las 10:00 en territorio boliviano. “Estamos expectantes de lo que vaya a suceder y una vez se conozca (el fallo) vamos a emitir nuestra posición”, agregó.

Chile acudió el 6 de junio de 2016 a la CIJ para que ese tribunal declare que el Silala es un curso de agua internacional y que tiene derecho al uso de sus aguas. Bolivia, además de responder al petitorio chileno, presentó demandas reconvencionales (contrademanda), incluyendo un estudio encargado a la consultora internacional Danish Hydraulic Institute (DHI) sobre los flujos de agua superficial y subterránea del Silala. Según el estudio, entre el 11% y 35% de las aguas que trasvasan la frontera lo hacen gracias al “flujo mejorado” de esa agua por un sistema de canales artificiales.

Por eso, Bolivia pide a la Corte que reconozca que las aguas de los manantiales del Silala son parte de un curso de agua artificialmente mejorado y que su flujo natural es regido por el derecho internacional consuetudinario.

En ese contexto solicita a la Corte que declare que existe la necesidad de una compensación a merced de una negociación bilateral.

El juicio internacional por las aguas del Silala es el último que enfrentaron Bolivia y Chile en los estrados de la CIJ. Primero fue la demanda marítima, cuyo fallo fue contrario para el país, y luego llegó el pleito por las aguas del Silala.

Para el primer juicio, Bolivia erogó $us 14,8 millones y trasladó numerosas delegaciones a la sede de la Corte para acompañar las audiencias orales. En esta ocasión, “la reacción es mucho más discreta”, recordó el diplomático boliviano Andrés Guzmán.

Pero, en ambos casos, Morales jugó un papel protagónico. Es más, desde Chile reconocieron, este año, que la demanda fue activada como una reacción a un anuncio emitido por Morales.

De hecho, en abril, en la apertura del juicio oral por la naturaleza de las aguas manantiales del Silala, la vicecanciller de Chile, Ximena Fuentes, admitió esa reacción.

“Evo Morales anunció la intención que tenía Bolivia de llevar a Chile ante la Corte para detener lo que él llamaba un uso ilegal de las aguas del Silala por parte de Chile. Más adelante, Bolivia anunció que tardaría dos años para iniciar los procedimientos legales contra Chile”, afirmó Fuentes ante los altos magistrados del tribunal.

En 2016, Morales aceptó el juicio planteado por Chile y aseguró que será una oportunidad frenar “el robo” de esos recursos. Luego, los estudios subsidiados por el propio país, establecieron un flujo natural de las aguas del Silala.

Guzmán considera que tras este pleito las relaciones entre Bolivia y Chile tendrían que retornar al escenario político, pues los procesos judiciales han marcado el trato directo de una agenda bilateral.