Fue el fundador de la Sociedad Boliviana del Charango y un ícono del folclore nacional

7 de agosto de 2022, 8:41 AM
7 de agosto de 2022, 8:41 AM

Bolivia llora hoy a uno de sus hijos más ilustres. Ernesto Cavour Aramayo fue un músico, investigador y compositor especialista en interpretación de charango, nació en la ciudad de La Paz el 9 de abril de 1940 y falleció este 7 de agosto, a sus 82 años de edad. 

La noticia de su muerte se difundió a primeras hora de este domingo y las redes sociales se llenaron de expresiones de pesar, entre ellas las del también charanguista Alfredo Coca que dijo: "Lamentamos comunicar la partida al infinito del Gran Maestro Decano del Charango, Ernesto Cavour Aramayo, hoy 7 de agosto en la madrugada a sus 82 años, un digno representante del charango en Bolivia y el mundo. Gracias Maestro por todo tu legado. Nos dejas sumidos en una inmensa tristeza, descansa en paz querido maestro y amigo"

La carrera musical de Cavour como solista empieza el año 1957. En 1962, creó el Primer Museo del Charango, que en 1984 amplió la variedad de instrumentos y fue refundado como Museo de Instrumentos Musicales de Bolivia.

Recibió muchas distinciones y condecoraciones entre ellas el Cóndor  de los Andes, como músico da una serie de conciertos y grabó más de 37 discos en distintos países, tiene más de 100 composiciones para charango, Desde 1964 realiza conciertos en todo el mundo, siendo el músico boliviano que más aportó al estudio del charango. 

Además de músico e investigador de instrumentos musicales, se dedicó a crearlos. Fue director del Museo de Instrumentos Musicales de Bolivia, donde se exponen más de 2.500 instrumentos musicales recolectados en más de 50 años.

Cavour nunca pensó en abandonar la música, y en la Peña Naira, el pequeño escenario dentro de su museo, se presentaba todos los sábados con su conjunto. “Se llenaba de gringos todos los fines de semana”, contó un familiar de Cavour.

Fue un empírico desde sus inicios, nunca estudió música, se dejó guiar por su oído, su instinto y la pasión que le dio el charango.