Grupos de choque afines al MAS se movilizaron este viernes para retirar por la fuerza una carpa que se había instalado hace varios días para respaldar a la expresidenta. Un juez autorizó su traslado a un hospital, pero la medida fue revocada con el argumento de "protestas de ambos lados"

18 de febrero de 2022, 19:00 PM
18 de febrero de 2022, 19:00 PM

Carolina Ribera, la hija de la expresidenta Jeanine Áñez, y su abogada Norka Cuéllar acudieron al Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) para ser valoradas tras las agresiones que sufrieron en el penal de Miraflores de La Paz.

Ribera dijo que fue agredida por personal policial del penal donde se encuentra recluida su madre. Un hematoma en la zona próxima al ojo derecho y un arañazo en la mejilla fue el resultado más visible de lo sucedido este viernes en Miraflores.

Afirmó que recibió golpes en todo el cuerpo cuando fue sacada del penal por la fuerza, luego de la negativa de las autoridades del penal de trasladar a su madre a un centro hospitalario. La exmandataria de 54 años sufre de hipertensión y cumplió su décimo día de huelga de hambre.

Cuéllar, por su lado, caminó con dificultad y afirmó haber recibido golpes en el dorso derecho y en la espalda durante una jornada marcada por la violencia.

“La salud de la expresidenta es responsabilidad del Gobierno y del presidente Luis Arce”, dijo la jurista, quien  reclamó porque sus derechos fueron violentados.

Un juzgado de La Paz concedió un recurso de acción de libertad para que Áñez sea trasladada al Hospital de Clínicas de La Paz, pero la autoridad jurisdiccional frenó esa decisión horas después, alegando la imposibilidad de que los médicos puedan ingresar al penal por las protestas

El jueves, durante otra audiencia, la exautoridad se descompensó y sufrió una crisis ansiosa, viéndose muy débil y no dejando de temblar, siendo asistida por personal médico del recinto penitenciario. Ribera afirmó que este viernes su progenitora sufrió tres crisis.

Tanto Ribera como Cuéllar acusaron a la gobernadora del penal, Estefanía Cervantes, de promover las agresiones en momentos en los que unas 300 personas, muchos de ellos funcionarios de entidades públicas, se movilizaron para protestar contra el traslado de la expresidenta.

De hecho, algunos de estos ciudadanos aún tenían en el cuello las credenciales de entidades como de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), según observó EL DEBER.

Gritos, insultos y empujones, todo fue válido para desalojar al grupo de apoyo que estaba al frente del penal de Miraflores en la zona del mismo nombre. Ribera fue sacada por la fuerza del penal y los afines al Gobierno que ya habían llegado en gran cantidad, la hostigaron.

La hija de la expresidenta anunció que se declarará en huelga de hambre para denunciar los atropellos que sufrió la tarde de este viernes.