Analistas y políticos dicen que Bolivia tiene dos problemas: no maneja una política exterior y no tiene la capacidad profesional para llevar adelante un diálogo exitoso. Desde el MAS responden que sí la tienen. La clave es ‘relaciones por mar’

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11 de diciembre de 2022, 4:00 AM
11 de diciembre de 2022, 4:00 AM

Tras su segunda victoria ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que dictaminó que el Silala es un río internacional, el presidente y la canciller de Chile plantearon una nueva relación con Bolivia. Pero, políticos y analistas bolivianos lo ven lejano, no solo por falta de voluntad del Gobierno de Luis Arce, sino también por falta de capacidad. Desde el MAS, dicen que sí hay una política que es “tradicional”: relaciones a cambio de mar.

Chile se impuso en 2018 en la demanda marítima, con la que ganó también en mesa la Guerra del Pacífico. El 1 de diciembre de este año obtuvo el segundo fallo a favor, el del Silala. En la ocasión, el presidente chileno Gabriel Boric señaló que “la voluntad de nuestro país es de aquí en adelante continuar trabajando con la hermana Bolivia, habiendo resuelto este asunto, en un espíritu de buena vecindad, colaboración e integración, en todos los temas que requieren la cooperación entre ambos Estados”.

Tras entregarle el fallo de La Haya a su presidente, la canciller chilena Antonia Urrejola aseguró que buscará profundizar las relaciones con Bolivia. Insistió en el interés que tiene Chile en retomar la hoja de ruta con Bolivia, vinculada a una serie de áreas bilaterales. “Al presidente, como ha dicho desde el inicio de su mandato, lo que le interesa es que podamos profundizar las relaciones con Bolivia a través de una agenda positiva, y en eso vamos a trabajar”, sostuvo la jefa de la diplomacia.

El 30 de abril de 2021, Bolivia y Chile acordaron avanzar en una hoja de ruta, la que se desarrollará en las instancias establecidas bilateralmente y en las que se abordan la complementación económica, libre tránsito, límites, integración física, culturas, medioambiente, turismo. Educación, ciencia, tecnología e innovación, cooperación, temas consulares, cooperación policial, control del comercio ilegal y drogas, y recursos hídricos transfronterizos, detalló entonces la Cancillería boliviana en un comunicado público.

La historiadora y profesora titular de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos de Chile, Loreto Correa, advirtió que tras esa conferencia de prensa, en la última semana la canciller Urrejola se fue a Bruselas para sellar un acuerdo comercial con la Unión Europea. “Inmediatamente después vino la crisis en Perú, que conmocionó a toda la región. Le cuento esto porque Chile ha dado muy rápidamente vuelta la hoja al tema del Silala. Es muy simple, si Bolivia no da señales, el Ministerio de Relaciones Exteriores nuestro no las va a dar. Sin ellas, la relación con Bolivia, que tiene como trasfondo una mala relación binacional por el tema marítimo y el Silala, quedará perdida en la noche de los tiempos. El Gobierno de Bolivia no da señales, lamentablemente”, comentó la experta.

¿Y Bolivia?

Desde la mirada de políticos y analistas, no hay solamente falta de voluntad del Gobierno boliviano, sino que no existe una política exterior que pueda abrir el paso.

El expresidente del país y exagente de Bolivia ante La Haya Eduardo Rodríguez Veltzé sentenció que “el Gobierno debería contar con una política exterior actualizada a los acontecimientos globales, regionales y vecinales. Aparte de los grandes silencios de la Cancillería y votaciones omisas o contradictorias en el ámbito multilateral, todavía no se conocen los rumbos de la diplomacia boliviana del Gobierno de Arce”.

Manifestó que “en relación con Chile quiero recordar que se plantearon, sin éxito, iniciativas para recuperar relaciones diplomáticas e incluso concluir extrajudicialmente el pleito por las aguas del Silala. Este último acercamiento planteado en 2019 no mereció la atención ni la respuesta de los cancilleres Diego Pary (gestión Evo Morales), Karen Longaric (gobierno transitorio de Jeanine Áñez) y Rogelio Mayta (del gabinete de Luis Arce).

Añadió que “tampoco parece haber mayor interés en actualizar nuevos lineamientos con el gobierno de Boric. Las escuetas declaraciones de Cancillería dan cuenta que siguen con una agenda que se convino con el canciller del gobierno de Piñera, hace más de dos años, y que no contempla temas estratégicos, como el marítimo o el del Silala. Este desinterés se revela también en la ausencia de un cónsul General en Santiago desde entonces”.

Rodríguez Veltzé se manifiesta partidario de una relación constructiva entre ambos países. “Siempre lo he sostenido, con relaciones diplomáticas plenas para abordar y construir una nutrida agenda de asuntos pendientes, urgentes y posibles después de la experiencia de La Haya. También para sanar los sentimientos de injusticia y la desconfianza residual que nos acompaña por generaciones, no podemos seguir de espaldas siendo vecinos”.

El excanciller y exalcalde de La Paz Ronald Maclean sostuvo que “hoy, ante la realidad post-La Haya, el desafío de Bolivia es rescatar la diplomacia y abandonar la beligerancia, ya casi cómica a estas alturas. El gobierno de Gabriel Boric será más proclive a dar un mejor trato a Bolivia y estará más llano a abrir oportunidades de integración entre ambos países”.

Para reanudar relaciones, se debe buscar acuerdos de integración de dos economías que se complementan. “Lo trágico de esto es que Bolivia no tiene servicio exterior. Estamos yendo a una ‘guerra diplomática’ sin ejército”, sentenció.

Manifestó que la muestra de ello es el mismo caso Silala. “Se lo ha dejado absolutamente desde la caída de Evo Morales. No se ha vuelto a convocar a Eduardo Rodríguez Veltzé. Ni siquiera respondieron la correspondencia, y me refiero a la oferta de un acuerdo extrajudicial para evitar la humillación de otra derrota en La Haya. No se le contestó ni la carta al Canciller chileno. A ese nivel estamos. Con esta gente, mejor no, porque la verdad es que la asimetría es tan grande, que no pasará de beber un cóctel. El gobierno de Arce no tiene ninguna capacidad, el de Evo era malo, pero este es peor. Así que ir a negociar ahora es como poner a pelear a Cassius Clay con un aficionado cualquiera”, manifestó.

Destacó que Chile tiene un servicio exterior vigoroso, “gente profesional, por eso es que nos sacan la mugre”, expresó.

El internacionalista y exministro de Autonomías Hugo Siles defendió al Gobierno de Luis Arce. Señaló que esta gestión ha asumido una política exterior “tradicional, pero que es muy coherente. Nosotros no vamos a reanudar relaciones diplomáticas con Chile si no es que se llega a un acuerdo en el tema del mar”, ratificó.

Aseguró que el país asumió el diálogo y apertura en los 12 puntos que quedan y tienen que ver con comercio, libre tránsito, problemas lacustres e hidrográficos, entre otros.

“Entiendo que el vicecanciller Freddy Mamani tiene línea abierta con su par en Santiago, lo que viene es un encuentro de los dos cancilleres o mandatarios, para avanzar en la integración”, manifestó.

Por su parte, la chilena Loreto Correa criticó que Bolivia tiene una Cancillería desprovista de “conocimiento, investigación, método y control de política exterior. Es lamentable que el único país que se pronunció de la manera más ambigua con relación al conflicto Rusia-Ucrania, haya sido Bolivia”,

Por su lado, Maclean propuso tres ideas que deberían llevarse adelante con proyectos serios de integración. “Que el vínculo entre el Pacífico y el Atlántico pasen por Bolivia y lleguen al puerto de Mejillones. Segundo, integremos Antofagasta con Potosí, porque tenemos el agua y esa región chilena las minas, busquemos la forma de industrializar el agua de forma sostenible. Tercero, vuelvo hablar de Mejillones, el puerto más moderno de la región. No podemos pedir soberanía, que sea un leasing por integración, un enclave allá por 99 años, sin soberanía y darle a Chile un enclave similar en Puerto Suárez”, sugirió.

Correa respondió que “más del 60% de nuestro comercio va hacia el Asia Pacífico, el resto se reparte entre China y EEUU. Chile no necesita el acceso al Atlántico, por lo que no interesaría dos de las propuestas de Maclean”. En el caso del agua, “está dentro de la hoja de ruta, hay que crear una comisión mixta para el uso de las 21 cuencas que dicen que hay y no solo en Potosí, sino también en Oruro y en La Paz”, añadió.