Los casos de trata y tráfico de personas crecieron si se comparan con los datos del año pasado. Hasta el 22 de septiembre se atendieron 976 denuncias relacionadas con estos delitos, 208 más que la misma etapa de 2022

26 de septiembre de 2023, 4:00 AM
26 de septiembre de 2023, 4:00 AM

Son víctimas que sufren en silencio. La mayoría, menores de edad que, con engaños, salieron de su tierra para ser sometidas a distintos tipos de explotación, por lo general sexual. No tienen a nadie, todas están incomunicadas. En Bolivia subieron las cifras de víctimas de trata y tráfico de personas. Hasta la primera quincena de septiembre, se han registrado 976 casos de este delito, marcando un aumento significativo, respecto al año anterior, cuando se reportaron un total de 768 denuncias.

Según un informe policial, la mayoría de las víctimas de trata y tráfico son enviadas a Perú y Chile para ser explotadas sexualmente. En menor cantidad son obligadas a ir a Argentina y Brasil para trabajos forzosos, como en costura. No hay cifras exactas, pero las historias son realmente desgarradoras.

“Los tratantes de personas explotan a víctimas nacionales y extranjeras en Bolivia, y los tratantes explotan a víctimas de Bolivia en el exterior. Los tratantes explotan a adultos y niños bolivianos en trata con fines de explotación sexual y trabajo forzado dentro y fuera del país”, señala el informe policial.

Por otra parte, y según los datos de la Defensoría del Pueblo, el 63% de las víctimas identificadas eran mujeres y el 28% eran varones. En 2021, las autoridades informaron sobre un aumento en el número de víctimas venezolanas y haitianas, en casos de trata sexual y trabajo forzado en Bolivia.

La Fiscalía informó que las denuncias recibidas hasta el 22 de septiembre se desglosan de la siguiente forma: Trata de personas con 728 casos, pornografía 146 casos, proxenetismo 58 casos, tráfico de personas 37 casos y violencia sexual comercial siete.

“Hemos evidenciado un incremento de casos durante la gestión 2023, puesto que en 2022 se registraron 768 casos; es decir, que este año existen 208 casos más del total de 976. Debemos considerar que nuestro Estado debe ser realista de la innovación digital que se ha tenido en todo el mundo, del cual no estamos exentos y en la actualidad tenemos muchos casos se están dando en redes sociales como en medios tecnológicos donde las víctimas son captadas con mayor facilidad”, según detalló la directora de la Fiscalía Especializada en Delitos en Razón de Género y Juvenil, Daniela Cáceres.

La situación es alarmante y preocupante, ya que refleja un alto índice de trata y tráfico de personas que también registra un alto número de desaparecidos en todo el territorio nacional, casos que están sin resolverse.

Según la psicóloga Daniela Téllez, esto facilita la negación del problema y permite que las redes criminales operen impunemente. Las intervenciones policiales suelen detenerse en los “explotadores inmediatos” y no llegan a las cabezas de estas redes delictivas.

“Es un problema que crece año tras años y no hay soluciones concretas. La falta de cifras oficiales hace que este delito sea invisible ante la sociedad. Una madre o padre de familia que padece la desaparición de un hijo o hija sufre terriblemente y ese sufrimiento crece día tras días sin saber dónde está su familiar. Falta avanzar mucho en esta temática tan dolorosa”, consideró Téllez.

Desde la Justicia, las estadísticas de sentencias ejecutadas por estos delitos son mínimas, no superando el 5% del total de los delitos de orden público. “Se requiere una revisión profunda de los procedimientos de investigación y la participación activa de la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) para rastrear el enriquecimiento ilícito y el lavado de activos de estas redes criminales”, dijo Téllez.

Según el abogado y militar en servicio pasivo, Jorge Santistevan, la trata y tráfico de personas es la tercera actividad más rentable del mundo, después del narcotráfico y el tráfico de armas. “La trata y tráfico tiene varias modalidades, entre ellas la modalidad de explotación laboral, la modalidad de explotación sexual y la modalidad de la explotación infantil, de las mismas se desprenden otros delitos conexos, como el delito del chantaje con personas que manejan audios, fotografías, filmaciones, abusos o cualquier otro acto a fin de someter a las víctimas”, explicó.

El experto apuntó que las organizaciones criminales de trata y tráfico de personas van hacia el lugar donde hay más necesidades y mediante engaño inducen a las víctimas a una situación de servidumbre o de esclavitud que puede ser laboral o sexual, el delito más común y que tiene la mayor cantidad de víctimas en el mundo.

Los bolivianos de zonas rurales y pobres, la mayoría de los cuales son indígenas, y los jóvenes LGBT están particularmente en riesgo de sufrir trata sexual y laboral. Mujeres y niñas bolivianas son explotadas en trata sexual dentro de Bolivia y países vecinos como Argentina, Brasil, Chile, Panamá y Perú”, dice el informe policial.

Este documento establece que Perú y Chile son los países vecinos donde más se explota sexualmente a mujeres jóvenes bolivianas y en Argentina y Brasil se explotan laboralmente a los bolivianos. Panamá ingresó a esta lista y en esa nación existe explotación sexual con tendencia turística.

“Hay definitivamente una ineficiencia de la Policía, cuando uno va a reportar la desaparición de alguien debe esperar horas y eso no tiene que ser así, uno debería demandar por incumplimiento de deberes a la autoridad que le dice espere”, lamentó Santistevan.