Existen al menos 13 comunidades en la provincia Nor Yungas de La Paz que ahora se dedican a la minería. Esa migración se debe a tres factores: descenso del precio de la coca, contrabando de coca peruana y venta libre de la hoja de coca

31 de julio de 2023, 4:00 AM
31 de julio de 2023, 4:00 AM

La hoja de coca dejó de ser el producto de subsistencia en los Yungas de La Paz. Muchos cocaleros dejaron atrás los cocales para pasar a otro sector: la minería aluvial. Son al menos 13 comunidades de la provincia Nor Yungas que ahora tienen a la extracción de oro como principal actividad económica. Los dirigentes ponen en la mesa tres razones por lo que cocaleros ahora prefieren dedicarse a la minería: la baja del precio de la hoja de la coca, venta libre y el ingreso de contrabando de coca peruana.

Rosendo Canqui es un cocalero que tiene sus plantaciones en el municipio de Coripata. Sigue con su actividad a pesar de que los ingresos por la venta de coca no son los mismos de hace diez años. El trabajador relata que este fenómeno de la migración a la minería ilegal viene desde inicios de 2010, pero que a partir de 2014 —dijo— cobró más fuerza. Rosendo recuerda que ese año hubo conflictos por la tenencia de minas y en esas peleas había cocaleros.

“En la comunidad de El Choro (en Nor Yungas de La Paz) hubo enfrentamientos por una mina.

Ahí varios cocaleros dejaron sus cocales por meterse a la mina. En esa época se pagaba bien por el oro, pero también se pagaba bien por la coca. Ahora ya no es lo mismo. La coca bajó mucho su precio, ya no es lo mismo. Es por eso que varios productores (de coca) decidieron irse al río (a extraer oro) y dejaron a sus esposas o hijos sus cocales, pero ya no producen lo mismo”, relató Canqui.

El productor de hoja de coca recuerda que antes el trabajo de extracción de oro era artesanal, pero ahora existe —reveló— maquinaria en varios ríos de los Yungas de La Paz. Rosendo dijo que son al menos 13 comunidades de esa zona que están afectadas por la minería a gran escala y desconoce si las empresas tienen permisos para explotar.

Rumbo a cooperativas

En el municipio de Coripata nació la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca). Fue el 20 de julio de 1983 y su actividad principal era producir la coca de mayor calidad. Ahora sus propios comunarios admiten que la realidad económica cambió la matriz productiva. En la actualidad, las comunidades incluso se organizan en cooperativas mineras debido a que no mejora el precio de la hoja de coca.

El dirigente Sergio Pampa, quien fue presidente de Adepcoca en tiempos de conflictos por la sede de esta organización, explicó que en un principio se realizaba un trabajo artesanal para extraer oro. Es decir, se trabajaba en “cuadros” que se excavan en la orilla de los ríos. Ahora, cuando la corriente es menor —dijo— realizan excavaciones hasta al fondo del afluente y ahí realizan los recortes que son los socavones subterráneos.

En los ríos de los Yungas y en la Amazonía de Bolivia cuando un minero encuentra “el tope” o la veta de oro, se analiza la dimensión. Si es grande, se abandona la denominada cuadrícula y se contrata a un inversor, que es una empresa constructora o una empresa minera. Acá ingresan los inversores chinos y colombianos, por lo general. Estos son los que ponen la maquinaria y el acuerdo ronda a mitades en la distribución de dividendos y puede llegar al 70%-30% en algunos casos.

“Nosotros hemos visto nuestra necesidad, ha bajado el precio de la hoja de coca, muchos tienen deudas en esta época, va a bajar un poco más y eso es lo que nos ha llevado a dedicarnos a la minería”, admitió Julio Vitaliano, un exproductor de coca que ahora es socio de una cooperativa que explota oro en una de las comunidades de Coripata.

Lino Villca fue fundador y senador del Movimiento Al Socialismo (MAS) y dirigente cocalero de los Yungas de La Paz. El exlegislador también reveló que la coca ya no es un negocio estable en los Yungas y que muchos de los productores decidieron migrar sus actividades a la minería, ya sea ilegal o con cooperativas.

“Esto pasa sobre todo en la provincia Nor Yungas. Muchos de los compañeros (cocaleros) decidieron irse a los ríos para sacar oro. Algunos lo hacen de manera ilegal, otros están con cooperativas, pero lo cierto es que sacan más dinero que la coca”, dijo Villca.

El exsenador, ahora desencantado del MAS, ve tres factores por lo que los cocaleros decidieron dejar sus plantaciones y dedicarse a la minería: el bajo precio de la coca, el cultivo de coca en zonas no tradicionales y el contrabando de coca peruana que llega a Bolivia, sobre todo para el narcotráfico.

En 2020, el precio del taque de coca (bolsa de 50 libras) era de 2.500 bolivianos. Ahora cuesta en promedio unos 1.500 bolivianos. En tres años, el valor se redujo en 1.000 bolivianos.

Ante esos precios, que son los legales en el mercado de Adepcoca, muchos de los productores dejaron sus cocales y se fueron a los ríos a sacar oro. “El precio de la coca bajó muchísimo y eso es culpa del Gobierno. La baja del precio se debe a la apertura de mercados no legales, es por eso que la coca bajó de precio porque hay mercados paralelos avalados por el Gobierno”, afirmó.

Mientras, el gerente de Adepcoca, Edwin Cornejo, ratificó que la venta libre de la coca hace bajar el precio de la hoja, pero también apuntó a que se está cultivando coca en zonas no tradicionales del país, que incluso albergan a áreas protegidas. “Eso también hace que la hoja de coca baje su precio”, afirmó el dirigente.

Sin embargo, para Villca el principal motivo de que los productores migren a la minería es el ingreso de coca peruana al país vía contrabando. “Esa coca es barata, es mala. Con la venta libre ya cualquier coca venden, pero así están olvidando los beneficios de la coca de Yungas. Además, compran la coca de Perú también para narcotráfico”, dijo.

La hoja de coca peruana tiene un costo más bajo que la boliviana y se convirtió en la materia prima preferida para la elaboración de cocaína. Esta hoja ingresa al país por al menos diez rutas y son siete municipios de los departamentos de La Paz y Pando que la reciben para luego trasladarla a otras regiones, principalmente al trópico de Cochabamba y Beni. En la capital cochabambina y en la sede de Gobierno ahora también se encuentra coca peruana para acullico.

El precio de la coca peruana está por lo menos a la mitad de lo que cuesta la boliviana. A finales de 2021, un taque (50 libras) de la peruana llegó a costar hasta en 800 bolivianos y un taque de coca yungueña se comercializaba en 1.800 bolivianos.

Según datos de la Dirección General de la Hoja de Coca e Industrialización, en mayo de 2022 el taque de coca de primera en La Paz llegó a costar Bs 1.500, el de segunda Bs 450 y el de tercera Bs 350. En Santa Cruz, el mismo mes, un taque con coca de primera llegó a costar Bs 2.200, de segunda Bs 2.000 y de tercera 1.700. En la actualidad se mantienen esos precios.