La Iglesia exhorta a vivir el ayuno, la oración y la caridad, que son los pilares de la Cuaresma. El arzobispo cruceño insta a trabajar en la solidaridad y la reconciliación para vivir la Pascua. El papa llama a la paz en el conflicto entre Rusia y Ucrania

El Deber logo
3 de marzo de 2022, 7:27 AM
3 de marzo de 2022, 7:27 AM


Pasó el bullicio de la fiesta grande y los fieles acudieron a los templos para recibir la imposición de las cenizas, que marca el inicio de la Cuaresma. Este es un tiempo de reflexión para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la vivir con alegría el misterio pascual, es decir, la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

“Abramos las puertas de nuestra vida al Señor para vivir este tiempo de Cuaresma con la mirada puesta en la Pascua, la fiesta de la vida, del amor y de la paz”, reflexionó el arzobispo de Santa Cruz, Sergio Gualberti, durante la celebración de Miércoles de Ceniza.

El arzobispo recordó que las cenizas, “nos hacen entrar en contacto con el polvo por el que fue creado el ser humano, polvo al cual volveremos al final de nuestra vida. Este signo nos hace tomar conciencia de nuestra finitud y pecados, y nos impulsa a la conversión y a la santidad para que podamos gozar de los beneficios de la muerte y resurrección de Jesús”.

Recordó que con la Cuaresma se inicia el camino hacia la celebración más importante para los católicos: el Domingo de Resurrección, que ocurre después de la pasión y muerte de Jesús.

“Nuestro esfuerzo cuaresmal tiene que sustentarse en la oración, en intensificar momentos y espacios de diálogo con el Señor, para que tengamos una mirada de fe sobre nuestra vida personal y social, para que abramos nuestro corazón y vivamos una experiencia personal de amor auténtico y profundo con Dios”, recordó Gualberti.

Asimismo, el arzobispo reflexionó acerca de la caridad cristiana señalando que es mucho más que dar limosna, porque se tiene que expresar en obras de misericordia, en perdonar las ofensas, trabajar por la reconciliación, ser solidarios con el prójimo, dar atención a los enfermos, compartir los dones materiales y espirituales que Dios nos ha dado, y comprometernos con la construcción de una sociedad justa, fraterna y en paz.

El arzobispo de Cochabamba, Oscar Aparicio, invitó a reconocer la fragilidad humana, que hace que se viva en pecado, con egoísmos, división y guerras. Con ello llamó asumir una conversión sincera, así retornar a Dios en el amor, asumir el cuidado de la casa común y buscar la reconciliación y paz, reconociendo a todos como hermanos; destacando el pedido de paz por Ucrania.

Expresó que, en este tiempo de cuaresma, es importante vivir la caridad, respondiendo al amor de Dios. Destacó además la actitud de la oración, que no sea egoísta. “Somos hermanos entre nosotros, llamados a extender relaciones de amor y de amistad, a rezar los unos por los otros y a solidarizarnos los unos a los otros”.

El papa

Desde el Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, leyó la homilía del papa Francisco que resalta que “la oración, la caridad y el ayuno son las armas del espíritu, y es con ellas que, en esta jornada de oración y ayuno por Ucrania, imploramos a Dios esa paz que los hombres solos no pueden construir”.

Asimismo, explicó que el rito de la ceniza “nos lleva a reflexionar sobre la caducidad de nuestra condición humana”, que cura “la enfermedad de la apariencia”, y aseguró que el ayuno, la oración y la limosna de cara a Dios y no hacia los demás son “las armas del espíritu” que “pueden cambiar la historia”.

Por la pandemia

En muchos templos la imposición de cenizas fue diferente por la pandemia de coronavirus, pues para evitar el contacto físico se la derramó sobre la cabeza de los feligreses, aunque también algunos sacerdotes siguieron la tradición de hacerla en la frente.

En las diferentes celebraciones se cuidan mucho las medidas de bioseguridad, pues el uso del barbijo es obligatorio al igual que la desinfección con alcohol al 70%.