La mayoría de los casos atendidos por la policía ambiental corresponden a tráfico de fauna silvestre. Siguen los delitos de biocidio y de maltrato animal. Expertos exigen más control y sanciones más duras

16 de octubre de 2022, 4:00 AM
16 de octubre de 2022, 4:00 AM

Bolivia es el país de la región que más noticias tiene sobre tráfico da fauna silvestre. De 703 casos atendidos entre enero y agosto de esta gestión por la Policía Forestal y de Protección al Medio Ambiente (Pofoma), el 46% son por rescate por tenencia y comercialización de animales silvestres y domésticos. También existen denuncias de biocidio y maltrato animal. Expertos piden más atención para evitar el tráfico de animales.

La Policía Boliviana emitió información sobre los resultados de Pofoma. Entre enero y agosto de este año se atendieron 703 casos. El mes de julio fue el mes que más denuncias se trató: 141. En febrero hubo menos denuncias llegando solo a 48. La mayoría de estos son por rescate por tenencia y comercialización de animales silvestres y domésticos. Son 324, lo que representa un 46% de los casos atendidos.

Le sigue las denuncias de maltrato animal, biocidio silvestre y doméstico y contaminación ambiental con 130 casos. Luego estas los casos atendidos de lesiones ocasionadas por animales con 86 denuncias, 67 por recepción de animales silvestres, 41 por decomiso de animales silvestres y domésticos, 16 por tráfico ilícito forestal y mineral y 39 por otros.

Un reporte realizado por Wildlife Conservation Society (WCS) reveló que 5.368 animales silvestres vivos, víctimas de tráfico, fueron decomisados en Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil. Bolivia es el país con más noticias sobre este tipo de delitos: de 269 en el país 104 fueron difundidas.

Ana Serrano, miembro de la organización Amor Por Los Animales Bolivia (Aplab), lamentó que en el país continúen los casos de tráfico de fauna silvestre y que no exista un “control riguroso” por parte de las autoridades, a pesar -dijo- de existir normativas para evitar este tipo de delitos.

“Por ejemplo, nos hemos anoticiado que funcionarios del zoológico andino de Oruro, en el mes de julio, han comprado animales silvestres de tierras bajas, entre ellos caimanes, lagartos, gallinas guineas. En las fichas de recepción del zoológico andino se señala que estas especies deberían haber sido trasladadas a un centro de custodia que reciba animales de tierras bajas. Esto no ha existido, no hubo tal traslado”, denunció Serrano.




Un tucán en un refugio natural en Santa Cruz

Tráfico de animales

Erick Magno, jefe operativo de Pofoma en Santa Cruz, informó que en lo que va del año han denunciado ante el Ministerio Público 25 casos, de los cuales la mayoría están relacionados con maltrato y crueldad de animales domésticos. En cuanto a los animales silvestres se han decomisado más de 50 especies, tales como monos (ardilla y araña), tortugas, parabas y loros; además de carne de jochi, urina y tatú, producto de la cacería ilegal.

Cinco personas fueron sentenciadas a tres años de prisión, pero se beneficiaron con la suspensión de la pena. “Ya tienen antecedentes y una sentencia por atentar contra la fauna silvestre”, explicó Magno, que reiteró a la población que no se inmiscuya en la comercialización de animales silvestres, ya que es un delito.

Dentro de la conservación de las especies de animales silvestres, la ley 1333 de Medio Ambiente sanciona a personas que cometen ilícitos en contra del medio ambiente. Pofoma establece sanciones de acuerdo al artículo 111, que estipula sanciones de hasta dos años a la persona que incite, promueva, capture o comercialice productos de la cacería; al igual que tenencia, acopio o transporte de especie de animales silvestres. La Constitución Política del Estado dice que la destrucción de bienes del estado y riqueza natural tiene una sanción de hasta cinco años.

El reciente caso en el que se halló ocho armadillos (tatús) muertos y a la venta en un puesto ilegal del mercado del Arco, en la ciudad de Cochabamba, puso la alerta más alta sobre este tipo de delitos.

Funcionarios de la Alcaldía de Cochabamba hallaron una enorme bolsa rosada y al abrirla encontraron a ocho armadillos listos para ser comercializados. De inmediato se procedió al decomiso, porque la caza y venta de animales silvestres está prohibida.

La carne del armadillo se utiliza para consumo humano, mientras que su caparazón y la cola son utilizados para prácticas medicinales tradicionales. Estos se dejan tostar y se muelen hasta quedar en polvo, según algunas noticias.

Para el biólogo y director del Centro de Biodiversidad y Genética de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Luis Aguirre, el caso de los armadillos encontrados en un mercado de Cochabamba revela el tráfico interno que existe de vida silvestre a pesar de la vigencia de la Ley 12301 de “Vida Silvestre, Parques Nacionales, Caza y Pesca” y otras normativas nacionales y locales.

“La comercialización de este tipo de animales normalmente suele ser en el oriente, pero llama la atención que ahora se vea en Cochabamba. Si está pasando esto qué más habrá detrás de bambalinas”, cuestionó Aguirre.

La misma percepción la tiene el biólogo y ornitólogo José Balderrama. El experto pidió penas fuertes para quienes comercializan fauna silvestre y animales que están en peligro de extinción.

Casos de biocidio

En el primer semestre de esta gestión, Pofoma abrió 26 casos de biocidio, los cuales se encuentran en curso de indagación para su sanción. Sin embargo, existen muchas denuncias en redes sociales sobre maltrato animal que termina con la muerte de algunos.

Hace una semana se publicaron videos en los que se veía como un hombre golpeaba a un gato en el municipio de La Guardia hasta matarlo. Toda esa acción aterradora sucedió en frente de un menor de edad, que pedía al adulto que pare con la violencia.

Los testigos del crimen, que grabaron el hecho con teléfonos celulares, intentaron persuadir al agresor para que pusiera freno al crimen. El niño lanzó un grito de impotencia y le exclamó: “¡Suéltelo, no lo ahorque!, ¡suéltelo!”, Tras implorar por la vida del felino, el menor de edad lloró.

Solo en el primer cuatrimestre de 2022, las estadísticas oficiales señalaron que 47 seres vivos (perros, gatos y otros) han sido asesinados de manera cruel e ingresaron a la lista de seres víctimas de biocidio en Bolivia.

Uno de los más recientes casos es de la muerte de seis cóndores el pasado 23 de julio, en la comunidad Cororo del municipio de Tarabuco, en Chuquisaca. Según Pofoma, las aves consumieron los restos de un can envenenado, por lo que se trabaja en identificar a la persona que mató al perro.

Otro caso que indignó a la población fue el de la muerte de un perro de raza chow chow. En sujeto, en la ciudad de Cochabamba, mató al can a martillazos. El agresor guarda detención tras ser aprehendido.