Algunas zonas todavía están dolidas por las muertes en el conflicto del año pasado. Eva Copa dice que son ‘pequeños grupos’ los que afectan la situación en la ciudad de El Alto. Los partidos opositores al MAS harán campaña en barrios alteños

8 de marzo de 2020, 3:00 AM
8 de marzo de 2020, 3:00 AM

Por momentos vuelven a El Alto los fantasmas de los conflictos del año pasado. Alberto Colque Patty agarra un cartel en el que expresa su dolor por la pérdida de Joel, su hermano menor. Llora y todavía no tiene paz. Atrás de él, los grupos violentos gritan contra la Policía, las Fuerzas Armadas (FFAA) y el gobierno de Jeanine Áñez. Son ellos quienes muestran a parte de El Alto como un área impenetrable para los adversarios del Movimiento Al Socialismo (MAS).

Es la zona de Senkata donde la política tiene las puertas cerradas. No quieren al MAS ni a otro partido o adversario. Pero tampoco a policías y militares. Ese sector fue el más lastimado de El Alto en los conflictos del año pasado. Diez fallecidos y todavía hay dolor.

El representante del distrito 8 de la ciudad de El Alto, que es donde Senkata pertenece, Freddy Rojas, lamenta que el MAS haya intentado realizar una sesión del Senado en esa zona. Culpa a los masistas de pactar con autoridades del gobierno de transición.

“Repudiamos que recién después de más de tres meses los parlamentarios pretendan acordarse de Senkata y vengan a lavarse las manos. El MAS pactó y dejó solas a las víctimas de Senkata, mientras el gobierno de transición de Jeanine Añez fue el que ordenó la masacre”, reprochó Rojas.

Senkata se rebeló contra el poder político. La presidenta del Senado, Eva Copa, que representa a El Alto, intentó instalar una sesión especial de la Cámara Alta en ese barrio dolido. Empezó, pero no terminó. Los legisladores tuvieron que huir tras las protestas de los vecinos. Salieron y fueron agredidos. Les lanzaron huevos y piedras. Ese 5 de marzo, por la tarde, los actos violentos continuaron por la tarde. Jeanine Áñez llegó a la Ceja de El Alto, a la sesión del Concejo Municipal de esa ciudad. La mandataria tuvo que salir fuertemente escoltada.

Lo mismo pasó con algunos de sus ministros. Incluso el vehículo del titular de Educación, Víctor Hugo Cárdenas, fue afectado por una explosión. Ese día hubo tres aprehendidos y seis liberados.

“Motín”: la palabra de ataque de algunos alteños contra los policías. Dicen que no olvidan los conflictos de octubre y noviembre de 2019. Y los días de festejo no fueron la excepción. Los uniformados solo reaccionaron cuando el problema se descontrolaba. Lanzaron agentes químicos para dispersar a los manifestantes.

La defensa de Copa

Eva Copa sale en defensa de El Alto. La legisladora dice que son “pequeños grupos” los que generan convulsión en la urbe alteña y descarta que sean seguidores del partido de Evo Morales los que generan destrozos, sobre todo cuando llegan partidos de la derecha.

“Quiero que ustedes y los hermanos que me están viendo por estos medios reflexionemos, no entremos a la campaña de desprestigio de la ciudad, en El Alto no somos inadaptados, no somos vándalos, compañeros y compañeras, hermanas y hermanos; no sigamos el juego de algunas personas que quieren hacernos quedar mal, no podemos permitir que El Alto sea calificado con adjetivos que no van con nuestra ciudad”, detalla Copa.

Para Óscar Ortiz, senador de UD, lo que sucede es que aún hay radicales afines a Evo Morales que “quieren sembrar el odio y buscar la confrontación”. Aseguró que quieren que el Alto no se modernice para seguir controlándolo.

Roberto de la Cruz fue uno de los líderes en la denominada guerra del gas el 2003. Era dirigente de la Central Obrera Regional (COR) de El Alto. Ve la actualidad “muy diferente” a lo sucedido hace 17 años. Considera que la región alteña tiene “alma revolucionaria” y que existen “grupos sin control” que están “perjudicando” la imagen de la urbe alteña.

“El Alto es pueblo revolucionario, busca lo mejor para sus habitantes. Ahora se vive problemas que a veces son difíciles de explicar. El MAS está inmerso en grupos terribles. Ellos son los que están detrás de los conflictos. Lo que quiero decir es que no estigmaticen a El Alto. La ciudad de El Alto no es una ciudad problemática, es una ciudad luchadora”, considera De la Cruz.

La Asociación de Víctimas de Senkata sacó un comunicado y expresa que no tienen un partido político afín. En uno de los puntos del documento, que son seis, detalla que la asociación es independiente de “todos los partidos políticos que vinieron a sesionar”. El grupo, además, denunció que fueron abandonados por las organizaciones sociales de El Alto, como la COR y la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve).

Por ahora, los rivales de la dupla Luis Arce-David Choquehuanca, binomio del MAS, no tienen problemas para llegar a El Alto. El partido de Evo Morales prioriza actos de campaña electoral en la urbe alteña.

El Alto celebró

su aniversario con problemas políticos contra la gestión de Áñez.

Tags