La Defensoría del Pueblo apoyó el “intercambio” de las personas retenidas por los bloqueadores con 14 campesinos que habían sido arrestados. Tres enviados de la prensa fueron agredidos y hostigados por los manifestantes leales al expresidente

30 de octubre de 2024, 8:31 AM
30 de octubre de 2024, 8:31 AM

Infierno en Mairana. La violencia que estalló el lunes con la toma de las instalaciones policiales, se agravó ayer cuando manifestantes afines al expresidente Evo Morales respondieron con dinamita, pedradas y palazos al operativo de las fuerzas del orden que intentaron liberar la vía que fue bloqueada en el contexto de la pugna por timón del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS).

Pero fue más grave aún. Los seguidores del exmandatario retuvieron a tres periodistas y 14 policías, entre ellos un coronel a cargo de la dirección fronteriza. En un primer momento, los efectivos policiales habían capturado a 14 manifestantes que fueron sorprendidos con cartuchos de dinamita. Este hecho acentuó la violencia y los evistas retuvieron, con amenazas, a los agentes policiales junto a comunicadores.

Ante este escenario, la Defensoría del Pueblo gestionó “intercambio de rehenes”, según informó el titular de esta institución, Pedro Calisaya, quien exhortó al cese de los enfrentamientos. “Hoy hemos sido testigos de una serie de hechos de violencia en la zona de Mairana, ha habido una serie de situaciones violentas y la Defensoría del Pueblo se ha sumado a las negociaciones junto al Comando Departamental de la Policía de Santa Cruz y se ha logrado la liberación de 14 policías retenidos y también la liberación de 14 personas, que inicialmente se encontraban en los bloqueos”, detalló la autoridad a la prensa.

Posteriormente, el poblador de Mairana, Luis Ángel C., entregó tres rifles lanza gases al comandante de la provincia Florida, Luis Solares Sembler, los cuales fueron arrebatados por los bloqueadores.

“Me pidieron que trajera las armas que pretendía usar contra los mismos policías, una pena cómo golpearon a los policías. Los bloqueadores no son personas que viven en Mairana, son gente de otro lado”, dijo Luis Ángel.

Tras el intercambio de rehenes y la recuperación de las armas, los policías se replegaron y los bloqueadores se quedaron en Mairana, un municipio ubicado a 135 kilómetros de Santa Cruz de la Sierra. El corte de la ruta que une Santa Cruz y Cochabamba afecta al aprovisionamiento de productos agrícolas en la capital.

Los bloqueadores se comprometieron a dejar pasar ambulancias y a los vehículos que transportan alimentos. A pesar del compromiso, la ruta está cerrada.

Rehenes

Durante cuatro horas y media, tres enviados de prensa a la localidad de Mairana permanecieron retenidos contra su voluntad. Sufrieron torturas, agresiones verbales, despojo de sus equipos y amenazas de quemarlos vivos. Estaban junto con los 14 policías capturados por seguidores del expresidente Morales, que bloquean la carretera a Cochabamba.

“Me duele todo el cuerpo. Nos apedrearon y patearon, al igual que a los policías”, relató el periodista de la red de televisión privada Unitel, Josué Chubé, a la Unidad de Monitoreo de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), mientras ingresaba al hospital en Santa Cruz de la Sierra.

Chubé, junto con policías heridos, fue evacuado en un helicóptero militar desde Mairana hasta el aeropuerto El Trompillo, acompañado de su camarógrafo que también sufrió una golpiza de parte de campesinos que sostienen el bloqueo de rutas.

Los equipos de prensa acudieron desde las 06:30 de ayer para cubrir las acciones policiales en Mairana. En este lugar se instaló un bloqueo y los policías intentaron despejar la vía. Los policías antimotines usaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes y al inicio de las operaciones consiguieron su objetivo, pero los bloqueadores lograron reagruparse y atacaron.

Romer Castedo, periodista de la privada Red Uno de televisión y su camarógrafo, Ricardo Pedraza, cayeron en una emboscada, una táctica similar a la empleada por otros campesinos el viernes 25 de octubre, en el puente de Parotani, en el departamento de Cochabamba. Ese día, la violencia también provocó lesiones en los uniformados tras la intervención.

Ambos fueron despojados de la cámara de video, de sus chalecos y cascos, y fueron golpeados. El equipo de protección (cascos y chalecos) y un micrófono fueron incinerados por los enardecidos manifestantes que lanzaban insultos, calificaban a la prensa de “vendida” y estaban resueltos a quemar a los corresponsales y a los policías capturados.

Durante la retención, los periodistas y policías fueron trasladados a un domicilio en Mairana, donde sufrieron amenazas y agresiones físicas. Además, imágenes de redes sociales mostraron a un subteniente de policía en estado de inconsciencia. El uniformado fue evacuado a Santa Cruz para su atención.

“Tuve temor por mi vida. Nos encomendamos a Dios”, dijo Castedo en una entrevista para el canal de televisión DTV. El periodista afirmó que estuvieron cautivos junto a otro enviado de prensa del cual no proporcionó su identidad.

“Me patearon en la cara, en el oído, en la espalda. Me golpearon con palo y con piedras, ¿qué hacen ustedes aquí —decían— y nos querían quemar”, describió.

La retención forzada de periodistas, la tortura y las amenazas verbales se repiten exactamente tres años después del secuestro de seis periodistas, en la provincia Guarayos. El caso está impune.

Lesionados

“Los heridos son 29, de los cuales 27 son efectivos policiales; uno es un bloqueador, que ha sido atendido en Mairana y un periodista, que también está policontuso, que está siendo evaluado en este momento en Prosalud, en Santa Cruz”, detalló ayer la ministra de Salud, María Renée Castro.

Un agente de la policía ha sufrido un impacto muy grave en la cabeza y fue diagnosticado con “un traumatismo cráneo encefálico (TEC) con riesgo vital”, según el diagnóstico del personal Médico desplegado a Mairana. Estos profesionales fueron hostigados y las ambulancias fueron impedidas de circular, de acuerdo con la ministra Castro.

Los bloqueos en Mairana forman parte de una serie de protestas que se repiten en varias zonas del país. Las movilizaciones son impulsadas por sectores evistas que exigen mejoras económicas y el cese de procesos judiciales contra Evo Morales.

Según el dirigente campesino Humberto Claros se activó “una fase mucho más conflictiva, de mucha bronca, de mucha rabia”. Dijo que “fue a raíz de la provocación de la policía grosera que la población ha reaccionado” y advirtió que si el presidente Arce declara un estado de sitio “será como ponerse la soga al cuello”.

Según el dirigente, lo que sucedió en Mairana también provocó lesiones en los campesinos que están protagonizando la protesta, pero reclamó que no fueron atendidos. “Los policías pueden ingresar libremente a cualquier recinto de salud. En cambio, el campesino, el bloqueador herido no puede por temor a la Fiscalía”, apostilló Claros.

DAÑOS
Para evitar mayor costo humano, la Policía tuvo que replegarse hasta Samaipata. Los evistas aseguran que tienen 45 puntos de bloqueo.

ACUSACIONES
El expresidente Evo Morales, quien es investigado por abuso sexual a menores, acusó al gobierno de Arce de proteger al narcotráfico. El lunes, el ministro de Gobierno acusó a Morales de disparar a la Policía.

APRESTOS
El ministro de Defensa, Edmundo Novillo, dejó abierta la posibilidad de la declaratoria de un   estado de sitio, pero desde el evismo le advirtieron que esa determinación requiere la validación por parte del Legislativo.