El Chaco, compartido por Bolivia, Argentina y Paraguay, se convirtió en zona roja del narco. Ahí se asentaron mafias peruanas, brasileñas, argentinas y paraguayas que operan con clanes familiares de Bolivia. La droga sale a otros continentes

1 de abril de 2024, 4:00 AM
1 de abril de 2024, 4:00 AM

El Chaco compartido por Bolivia, Argentina y Paraguay se convirtió en zona roja del narcotráfico. En el lado boliviano se asentaron grupos criminales extranjeros que operan con clanes familiares nacionales y policías. Mientras que los bandos paraguayo y argentino son las zonas donde la droga llega para luego enviarla a Europa o África. El Gobierno de Bolivia insiste con regionalizar la lucha contra el narcotráfico para cruzar información sobre las operaciones ilícitas de estas mafias.

El Chaco boliviano está loteado por mafias extranjeras que coordinan con clanes familiares. Uno de ellos tiene a uno de sus miembros detenido en Brasil. En el Ministerio Público Fiscal de la Provincia de Salta, en Argentina, vinculan a este clan con grupos poderosos de narcos argentinos y paraguayos.

Según el organigrama de la investigación, esta organización es la que todavía cristaliza la cocaína y quien “brinda” sus avionetas para llevar la droga al Chaco de  Argentina o Paraguay. “Meten cargamentos millonarios de cocaína en Brasil, Argentina y Uruguay usando avionetas propias que hacen pasar como robadas, para evitar complicaciones”, dice un informe argentino. 

En el documento se muestra que el clan mencionado es uno de los más “peligrosos” de Bolivia y de la región.

Los municipios de Yacuiba, Villamontes y Bermejo se convirtieron en zonas rojas por el narcotráfico. En algunas comunidades las mafias extranjeras se asentaron y operan en coordinación con clanes familiares bolivianos de alcance nacional y también local.

En un informe de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) se detalla que en la zona chaqueña se asentaron las mafias debido a que en el lado paraguayo y argentino hay haciendas donde dejan la droga. El transporte de las sustancias no solo es por aire, sino también por tierra. La semana pasada, según la Fiscalía salteña, un ciudadano boliviano fue detenido tras hallar cocaína en el camión que manejaba. Eran 100 kilos de clorhidrato de cocaína.

“En plena pandemia de Covid-19, la Gendarmería (de Argentina) comenzó a trabajar con las autoridades bolivianas la línea de uno de los clanes más poderosos en un expediente que quedó a cargo de la jueza federal de Chaco Zunilda Niremperger”, detalla el documento de la Fiscalía de Salta.

En Bolivia, la Policía antidroga sentó presencia en zonas del Chaco. En varios operativos se detectaron pistas clandestinas, laboratorios de cocaína y zonas de almacenaje de sustancias químicas ilegales y de droga.  

Haciendas del Chaco

“En las zonas del Chaco paraguayo y argentino existen haciendas y depósitos donde llega la droga desde nuestro país. Bolivia, en este caso, es un país de tránsito de esa droga, pero también se detectó clorhidrato de cocaína procesado en suelo nacional, ya sea en Beni, Santa Cruz o el propio Chaco boliviano”, relató una fuente policial. 

El senador Rodrigo Paz Pereira, de filas de Comunidad Ciudadana (CC), consideró que falta políticas claras para la lucha contra el narcotráfico, el contrabando y otras actividades ilícitas que crecen en el Chaco boliviano.

“La solución a esta problemática pasa por la voluntad para la aplicación de políticas claras contra el crimen organizado, mismas que deben estar alejadas de todo interés, sectorial, partidario o político. La situación en el Chaco boliviano es preocupante. Ya murieron cinco militares, cada vez detienen a narcotraficantes en el lado argentino con droga boliviana. Esto es muy preocupante”, dijo Paz.

En el informe policial boliviano también se muestra que mafias argentinas, paraguayas y hasta peruanas están en el Chaco. Sobre las primeras establecen que son grupos que están en ambos lados y que pasan las fronteras constantemente. “Las mafias organizadas están en suelos de los tres países. En Bolivia tienen emisarios”, dice.

Mientras que en el documento argentino -de la Fiscalía de Salta- expresan que en Bolivia están las mafias extranjeras y hacen referencias a “ciudadanos peruanos” que estarían operando en el Chaco boliviano con identidad falsa. Además, establecen que en Bolivia -no solo en el Chaco- existen puntos de abastecimiento de combustible para que las narcoavionetas puedan cargar gasolina de aviación o para cargar los paquetes de cocaína.

Se hace referencia a un operativo realizado en febrero de este año en la zona de Pablo Lagerenza, en Chaco paraguayo, región fronteriza con Bolivia, donde se aprehendió a diez personas: seis brasileños y cuatro bolivianos.

Los aprehendidos portaban armas de grueso calibre y municiones. La Policía paraguaya, que actuó en coordinación con sus pares bolivianos y argentinos, incautó una avioneta con matrícula boliviana clonada.

“El operativo genera indicios que hacen sospechar que se trataba de una pista clandestina para el tráfico de sustancias controladas. La zona no cuenta con buena señal para la comunicación, lo que fue tomado en cuenta por esta organización para la instalación de la base clandestina”, dice el informe sobre este operativo.

En la actualidad, Paraguay se convirtió en el eslabón esencial para la cocaína que es cristalizada en Bolivia. Un informe pasado, al que accedió EL DEBER, revela que las redes criminales se abastecen de cocaína cristalizada en nuestro país

Luego llevan la droga a Paraguay y de allí se introduce las sustancias controladas a Brasil en camiones por medio de la población fronteriza de Ponta Porã, en el estado de Mato Grosso do Sul.

Una vez en Brasil, el clorhidrato de cocaína producido en Bolivia se lleva por vía terrestre hacia los estados de Rio Grande do Sul y Santa Catarina, donde los traficantes acopian el producto antes de esconderlo en contenedores de carga y despacharlo en barco hacia países de Europa, África y Asia.

También hay otra ruta que conecta con Argentina. La droga llega al puerto de Rosario y de ahí se la distribuye a otros continentes. En Brasil hay varios puertos por donde se exporta la droga.

El envío de cocaína producida en Bolivia y Perú va hacia Paraguay por tierra, por aire y también por vía fluvial. En Brasil el puerto más utilizado por las mafias es el de Santos. La cocaína también sale de Paraguay en barco por la vía fluvial Paraná-Paraguay, que desembarca aguas abajo en Montevideo, Uruguay, y Buenos Aires, Argentina, antes de su envío a Europa.

La Policía paraguaya confirmó que el Primer Comando de la Capital (PCC), la principal mafia brasileña, está bien asentado en la ciudad de Pedro Juan Caballero.

Para saber

Corredores de la droga

La cocaína refinada en Bolivia tiene cinco corredores de salida, los mismos que en 2022. Antes era Brasil el destino más utilizado, pero ahora la vía a Paraguay es la favorita por el negocio con las mafias de Medio Oriente. Argentina y Chile se mantienen como rutas tradicionales, pero con menos trajín. El Chaco tarijeño se consolidó en una zona roja del narcotráfico.