El Gobierno descarta prestar ayuda a la exministra de Salud
La ministra de la Presidencia dijo que la decisión compete a la justicia. Para la hija de Eidy Roca, es como sentenciarla a muerte
Se la ve deteriorada, apenas puede articular palabras, está muy enferma. Así, la exministra de Salud Eidy Roca le pidió el miércoles en un video al presidente Luis Arce que la ayude a salir del país para recibir atención médica en el exterior. Ayer, el Gobierno se lo negó, con el argumento que es una competencia del Órgano Judicial. La hija de la exministra, Alejandra Sangüeza, calificó esa decisión como una sentencia de muerte.
La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, sostuvo que no corresponde “en lo absoluto” al mandatario ni a ningún ministro o miembro del Ejecutivo autorizar la salida de Roca. “Su solicitud y descargos médicos deben ser presentados ante el Órgano Judicial, que debe valorar para determinar su salida”, respondió Prada.
La ministra explicó que el pedido de Roca “provocó la solidaridad del Gobierno, como lo haría con cualquier otra persona que pase por un mal momento de salud. Pero, se deja en manos de la Justicia la decisión de permitir su salida”.
El ministro de Justicia, Iván Lima, fue más duro. “Ella está mal asesorada porque en un Gobierno democrático no existe salvoconductos, pues esto se otorga en un Gobierno de facto o cuando hay una situación de asilo político otorgado de otro país, pero ella no es refugiada, ella vive en un país democrático donde se la investiga por los respiradores chinos y nunca ha presentado un certificado médico que acredite su estado de salud”, explicó Lima.
Alejandra Sangüeza Roca, hija de la exministra, señaló que “lo único que están haciendo es sentenciar a muerte a mi madre al negar que pueda salir del país”, lamentó la mañana de este jueves, 20 de abril, en el programa Influyentes de EL DEBER Radio.
La joven dijo, además, que la salud de Roca se deteriora cada semana. Es visible la pérdida gradual de ciertos movimientos (voluntarios e involuntarios del cuerpo) debido al deterioro de la parte neurológica a nivel cerebral.
Luis Arce salió del país el 6 de diciembre de 2019 rumbo a México, luego de que el gobierno interino de Jeanine Áñez le otorgó un salvoconducto. Arce permaneció en México en calidad de asilado y desde allí, viajó a Brasil para sus controles médicos.
Tras salir, el entonces exministro de Economía, hoy presidente, publicó una carta en sus redes sociales en la que se quejó por el retraso, pero confirmó que se le otorgó la autorización.
“Lamentablemente el actual gobierno de facto tardó en otorgarme un salvoconducto que fue solicitado por el gobierno mexicano con mucha anticipación”, señalaba la misiva.
La última semana de noviembre de 2019, la entonces canciller Karen Longaric anunció que tanto Arce como su esposa, recibirían el salvoconducto para viajar. La autorización de este tipo de documentos no depende de Cancillería, sino que es una decisión gubernamental que requiere previa realización de un análisis judicial y policial a los posibles beneficiarios, indicó la excanciller.
El expresidente Carlos Mesa, a través de Twitter, recordó a Arce sobre el salvoconducto otorgado por Áñez y exigió “reciprocidad”.
Prada le respondió a Mesa que el salvoconducto de Áñez fue tramitado con México, amparado por el derecho internacional, mientras que Roca está en el país sometida a un proceso judicial y, por lo tanto, será la Justicia la que determine si puede salir o no. Aclaró que el Gobierno de Arce no obstaculizará su salida si así se dictara.
La exministra de Jeanine Áñez guarda detención domiciliaria desde hace más de dos años, dictada dentro del proceso judicial por la compra de respiradores chinos en el inicio de la pandemia de Covid-19 durante la gestión de Áñez. Al respecto, Sangüeza manifestó que su madre es inocente y que su salud empezó a deteriorarse poco antes de terminar con su mandato. Presentó dificultades para poder hablar, después enfermó dos veces de Covid-19 y quedó con secuelas.
Finalmente, fue diagnosticada con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), que es una enfermedad progresiva del sistema nervioso que afecta las neuronas en el cerebro y la médula espinal, y causa pérdida del control muscular.
Los médicos generalmente no saben por qué ocurre. Algunos casos son hereditarios. A menudo comienza con fasciculaciones musculares y debilidad en una extremidad o dificultad para hablar. Llega un momento en que la ELA afecta el control de los músculos necesarios para moverse, hablar, comer y respirar. No hay cura para esta enfermedad mortal.
