El viceministro de Autonomías está preocupado porque aún no hay despliegue en las áreas rurales y alejadas. El Ministerio de Planificación identificó cuatro factores de riesgo que podrían incidir en el cronograma inicial. Legisladores piden soluciones

26 de junio de 2022, 4:00 AM
26 de junio de 2022, 4:00 AM

Los temores de un posible aplazamiento del censo se incrementan debido a las recientes revelaciones de falencias en la planificación del proceso y demoras en el avance de la actualización cartográfica. El Gobierno confirmó que hay retrasos en los trabajos precensales que están intentando subsanar para llegar al 16 de noviembre de este año, fecha en que está previsto el Censo Nacional de Población y Vivienda.

El viceministro de Autonomías, Álvaro Ruiz, informó que el Instituto Nacional de Estadística (INE) aún no dispone de los dispositivos móviles (tablets) para realizar la cartografía y enfatizó que lo más preocupante es que los actualizadores aún no se desplazaron a las áreas rurales y regiones alejadas del país.

“Hay algunos retrasos en los temas tecnológicos. Estamos con corto de tiempo para que lleguen algunos equipos tecnológicos, pero se está trabajando en eso para tratar de llegar al 16 de noviembre. La cartografía más avanzada que tenemos es en las ciudades, donde tenemos mayor retraso es en las áreas rurales”, aseguró Ruiz.

Al respecto de una posible postergación de la encuesta nacional, el ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui, identificó cuatro factores de riesgo contemplados durante la planificación del proyecto censal “que pudieran incidir en un incumplimiento del cronograma inicial”, decía parte de la pregunta número uno de la interpelación en la Asamblea Legislativa.

Cusicanqui respondió que la “restricción de producción y comercialización de equipos tecnológicos iniciado por la pandemia, se ha producido una crisis de transporte y comercio en el mundo que afecta a los países del mundo porque se han encarecido los precios y esto se agudizó con la guerra entre Rusia y Ucrania”.

El ministro también dijo que existe un “alto nivel de politización” del censo, conflictos de límites y la nueva ola del coronavirus que podrían modificar el normal avance del proceso censal. Aseveró que se trabaja en la reducción de riesgo de estos cuatro factores, pero no especificó cómo o con qué medidas.

Al respecto, el director de la Fundación Jubileo, Juan Carlos Núñez, recordó que el INE prometió agilidad en el trabajo de campo ya que se contaba con la tecnología avanzada para garantizar un trabajo de calidad. Sin embargo, la falta de equipos o la demora de su llegada no permitiría cumplir los plazos.

“(La falta de equipos) es un tema más preocupante aún porque si no tenían estos avances tecnológicos no podían haber cumplido con la temporalidad porque varios expertos en estadística dijeron que se tardaría un año en la actualización cartográfica y se había esperado que estos avances tecnológicos permitan recortar el tiempo sin perder la calidad”, manifestó.

Pidió a las autoridades “no solo expresar preocupación ante esta demora” sino dar claridad a la población de cómo se están planificando y resolviendo estas dificultades.

Núñez enlistó tres problemas: la poca información con una boleta censal desconocida y no debatida; demoras en la cartografía y la falta de capacitación a los empadronadores (estudiantes, universitarios, maestros y voluntarios).

“Hay que velar la calidad del censo que debe ayudar a tomar decisiones y a concertar con la sociedad y todos los actores. Si garantizar la capacidad de calidad de la realización del censo tiene que llevar a una postergación, pues que lo digan, pero de forma planificada y no puede quedar sin fecha y debe haber compromisos”, remarcó.

Deficiencias y “fracaso”

Las propuestas de postergación del censo empezaron a surgir en Chuquisaca, Potosí y Tarija, inicialmente preocupados por los conflictos de límites, pero también por la desconfianza de cómo se realiza la actualización.

El gobernador de Tarija, Óscar Montes, señaló que el censo debería ser un proceso técnico administrativo, contrariamente a como está siendo tratado, “un acto político”, por lo que ha indicado que “no hay ninguna posibilidad de que salga bien”.

“Está claro, a estas alturas, que el censo será un fracaso porque no se hizo la cartografía para el trabajo de los censadores; además, hay una enorme cantidad de conflictos de límites que no se han resuelto entre municipios y departamentos, entonces a esa gente dónde se la va a llevar. Estas cuestiones previas debieron haberse resuelto antes”, cuestionó.

Mientras tanto, el alcalde paceño, Iván Arias, volvió a pedir una reunión con el INE para tratar la actualización cartográfica recientemente entrega por el municipio. Aunque Cusicanqui adelantó que solo servirá como referencia y dijo que se trata de un catastro.

Las instituciones de Chuquisaca anunciaron una reunión con Tarija y Potosí para llevar de manera oficial el planteamiento del aplazamiento del censo al Gobierno.

De acuerdo a la última información proporcionada por el INE, la actualización se efectúa en Potosí, Oruro, Beni y Pando. El trabajo de campo empezó en mayo y deberá concluir en agosto, según el cronograma.

Desde el 20 de junio, el INE a través de sus redes sociales comenzó a difundir las fechas y zonas de desplazamiento de las brigadas de técnicos. La información confirma que aún no se culminó el trabajo en las ciudades capitales.

Sobre el llenado del formulario en físico F4A y que requiere transcripción, el viceministro Ruiz confirmó que su aplicación en las ciudades capitales sí tomará tiempo, aunque le preocupan más las áreas alejadas.

“No vería con tanta preocupación la cartografía de las áreas urbanas, me preocupa mucho más la cartografía de las áreas rurales”, declaró.

La boleta censal tiene un avance del 98%, se desconoce la fecha de su difusión. El censo experimental se prevé realizar en septiembre.

Encuestadores

Los nuevos datos entregados por el Ministerio de Planificación corresponden a quiénes serán los encuestadores. Están considerados los estudiantes de 5to y 6to de secundaria; los universitarios de casas de estudios públicos, privados y de convenio; maestros y voluntarios.

Los profesores que participen como censistas serán reconocidos con un año de servicio docente para el ascenso de categoría.

Se tiene previsto capacitar a 322.000 personas aproximadamente y será dos meses antes del censo.