Hay cuatro aeropuertos que están en el olvido y que no pueden levantar vuelos comerciales. Fueron construidos estadios que ahora están vacíos

1 de marzo de 2022, 7:34 AM
1 de marzo de 2022, 7:34 AM

Solo se escucha al viento fuerte y uno que otro vehículo que transita a la frontera con Perú. Una puerta de malla metálica con un candado es la muestra del abandono en el que está el aeropuerto Tito Yupanqui de Copacabana, en La Paz. La pista de aterrizaje, que casi llega a las orillas del lago Titicaca, está intacta, es que ningún vuelo comercial aterrizó en el aeródromo que fue inaugurado en julio de 2018. En ese municipio turístico piden que opere su aeródromo.

Así están otras 20 obras dispersas en territorio nacional: abandonadas y sin planes de operación. En este paquete de construcciones, que fueron entregadas en las diferentes gestiones de Evo Morales, se invirtieron Bs 3.613.308.199, lo que equivale a $us 519.153.476.

En Copacabana nadie se explica el por qué no opera su aeropuerto. Evo Morales lo entregó el 11 de julio de 2018 y desde esa fecha solo recibió un avión militar. Luego, ninguna empresa aérea -incluida la estatal Boliviana de Aviación (BoA)- se animó operar en el municipio turístico.

El alcalde de Copacabana, Teófilo Choquevillca, desconoce si esta gestión las operaciones aéreas se consolidarán en su municipio. El burgomaestre afirmó que existía un proyecto para beneficiar el turismo y consolidar un puente aéreo entre Copacabana y Cusco, ciudad turística peruana.

Ahora, el aeropuerto está cerrado. En la torre de control y la central de pasajeros no hay trabajadores de limpieza y la pista se la ve intacta. A los alrededores del aeródromo hay sembradíos que los vecinos de la zona insertaron.

“No hay ningún vuelo. Dijeron que iba a ver conexión con Perú y Santa Cruz, pero no hay nada. Inauguraron y luego cerraron el aeropuerto”, afirmó Walter Choque, quien vive cerca al aeropuerto de Copacabana. Esta obra está cerca de la frontera con Perú y costó Bs 45.300.000.

En el norte de La Paz

Lo mismo sucede con otros aeropuertos. En La Paz está el del municipio de Ixiamas, que se llama Evo Morales. No hay intención de operar en la zona y la obra, que costó Bs 43.500.000, está abandonada y deteriorada. Este aeródromo se inauguró en mayo de 2015 y hasta ahora no logró recibir operaciones comerciales.

Otro aeropuerto que está abandonado es el Apiaguaiki Tumpa de Monteagudo, en Chuquisaca. La obra costó Bs 55 millones y en 2017 dejó de operar tras un año de recibir vuelos de BoA. Ahora, no hay fecha de reanudación de las operaciones.

El caso del aeropuerto de Chimoré es complejo. Esta obra, que se llama Soberanía y que costó Bs 244 millones, tampoco tiene vuelos comerciales, pero se lo alquila para que escuelas de aviación -especialmente de Santa Cruz- puedan realizar prácticas.

El ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño, no tiene la intención de cerrar ningún aeropuerto y dijo que cada uno de los aeródromos abandonados pueden cumplir una función social.

“No voy a cerrar ningún aeropuerto, porque cumplen con su función social, hay varios aeropuertos que no son rentables y uno de ellos es el de Cobija, que no es rentable y si dicen que son elefantes blancos, con seguridad todo el pueblo de Pando se nos va a volcar”, detalló Montaño en una interpelación en el Senado.

EL DEBER solicitó más información sobre el estado de las obras y sus proyecciones al Ministerio de Obras Públicas, pero este medio no tuvo respuesta.

Por su parte, el senador Henry Montero, de la alianza Creemos, lamentó que existan obras abandonadas y que hayan sido construidas en las gestiones de Evo Morales sin ninguna proyección.

“No quiero que se cierren los aeropuertos u otras obras, pero que el Gobierno les de utilidad, les dé una función social. Son varios elefantes blancos que nos costó mucho y muchas de estas obras fueron por caprichos del expresidente (Morales), como ese museo en Orinoca”, dijo Montero.

Existen otras obras construidas que ahora están deshabitadas. El Parlamento de Unasur, en San Benito, Cochabamba, costó Bs 501.120.000 y ahora se lo usa para reuniones de militantes del Movimiento Al Socialismo (MAS). En Cochabamba también están los escenarios deportivos que fueron construidos para los juegos Odesur. Todos suman Bs 1.500 millones y pocos son utilizados ahora.

El diputado Héctor Arce (MAS) no está de acuerdo en que las obras construidas en las gestiones de Morales no cumplan una función social. Aseguró que hará gestiones para que los escenarios, sobre todo en Cochabamba, sean utilizados por la población.

La construcción de las 21 obras que están abandonadas costaron Bs 3.613.308.199.