La oposición ratifica con matices que el camino solamente tiene una vía, otra elección. La Iglesia se ofrece como facilitadora y dice que pedir renuncia es radical

7 de noviembre de 2019, 3:00 AM
7 de noviembre de 2019, 3:00 AM

El oficialismo se aferra a que el resultado de la auditoría a las elecciones del 20 de octubre será la llave para conseguir la pacificación del país, aunque algunos sectores se abren a un diálogo con actores políticos para conseguir al menos una tregua. Mientras, los opositores insisten en que las salidas son la renuncia del TSE y nuevas elecciones.

El candidato presidencial Carlos Mesa, consideró ayer que es fundamental, para lograr una salida en paz para esta crisis, establecer “una línea de unidad de la oposición boliviana, independientemente de cualquier circunstancia”, no mencionó la palabra diálogo.

Acotó que el presidente Evo Morales debe dejar el poder, “pero por la vía del voto”. Los cívicos del país, encabezados por Luis Fernando Camacho son más radicales, y exigen la renuncia del mandatario que lleva ya 14 años en el cargo presidencial.

Los presidentes de la cámara de Senadores, Adriana Salvatierra, y la de Diputados, Víctor Borda coincidieron en que la salida no violenta a este conflicto es que “si alguien denunció fraude, lo primero que se tiene que confirmar o descartar es si éste existió o no. Si la OEA, que realiza este trabajo, o un segundo trabajo encargado a una empresa internacional lo confirman, entonces se tomen las decisiones pertinentes”, aseveró Salvatierra.

Sin embargo, Borda admitió tras lo ocurrido con enfrentamientos en Cochabamba y La Paz, que “estamos pasando un momento muy complicado. “Hay posiciones totalmente cerradas para un diálogo, pero no se descarta, tal vez con representantes políticos y de los comités cívicos, una salida democrática o al menos una tregua para que no se derrame sangre de bolivianos”. Pero, insistió en que se debe esperar los resultados de l trabajo de la OEA.

Con respecto a esa auditoría, Mesa puntualizó que Comunidad Ciudadana pidió que se interrumpa el cómputo de votos, pero eso “nunca ocurrió. Por eso no estamos con esa auditoría, es una posición que no cambió”.

Lamentó la violencia, y sentenció que “está claro que la promueve el MAS. El presidente tiene doble discurso, el público en el que llama a la paz y al desarme y la evidencia de las órdenes que da su partido y su gobierno para que la confrontación sea promovida por grupos organizados del MAS”.

La diputada oficialista Valeria Silva, le recordó a Mesa que tiene la responsabilidad que le dieron más de dos millones de votos, y lamentó que haya ido a darle el espaldarazo a Camacho, que a su criterio tiene un comportamiento “sedicioso”, apuntó.

El alcalde de La Paz y líder de Sol.bo, Luis Revilla, pidió que renuncien los integrantes TribunalSupremo Electoral (TSE) y se realicen nuevas elecciones, para que pueda abrirse un mínimo espacio de diálogo y pacificación del país.

“No queremos más muertos en nuestro país, de ninguna manera, pero esto pasa porque inmediatamente se tomen decisiones”, consideró y acotó que es imprescindible que los vocales den un paso al costado para pacificar el país.

El arzobispo de Sucre, monseñor Jesús Juárez, dijo ayer que pedir la renuncia del presidente Evo Morales es una “medida radical”, e indicó que ese tipo de demandas no se pueden plantear a la “ligera”.
“Yo creo que estas son medidas radicales que en tiempos de democracia no se pueden tomar así, a la ligera; si uno quiere una solución, quiere otro estilo de vida, de democracia, pero tiene que buscar los métodos, los medios y ofrecerlo al pueblo”, señaló en entrevista con Bolivisión.

Juárez manifestó que la Iglesia católica está dispuesta a “facilitar” el diálogo, que es diferente a desempeñar un rol de mediador, reportó la agencia ABI

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