Tanto el candidato a la Presidencia, Luis Arce, como la presidenta del Senado, Eva Copa, consideran que la denuncia debe tratarse como un caso de orden privado. Aseguran que no debe afectar al MAS como partido

28 de agosto de 2020, 15:54 PM
28 de agosto de 2020, 15:54 PM

Las denuncias de estupro, abuso sexual y trata y tráfico de personas contra Evo Morales complican la figura del expresidente en el interior de su partido. No todos cierran filas por él y proclaman su inocencia. Hay voces de peso que piden tratar el asunto como un hecho particular, intentando que no le afecte a la sigla del Movimiento Al Socialismo. No toda la dirigencia se unió en defensa del exmandatario. Hay quienes no meten sus “manos al fuego” por él, hay otros que ya no lo quieren como jefe de campaña y los leales lo defienden sin importar los efectos políticos.

En el MAS poco se habló públicamente del tema, aunque al interior hay un debate rígido porque la polémica afecta la campaña del binomio a la Presidencia de Luis Arce y David Choquehuanca a la Vicepresidencia. En este partido hay visiones encontradas. Evo, su líder ya no logra unir a todos desde su refugio en Argentina.

 “Un caso particular”

El candidato a la Presidencia por el MAS, Luis Arce, salió a defender al exmandatario y acusar a sus adversarios de “inventar” las supuestas relaciones sentimentales de Evo Morales con menores de edad con el fin de desgastar la carrera política del masismo.

“(Como) en el tema (Gabriela) Zapata, este es un tema similar que quieren hacer escándalos. Va a pasar el tiempo y se va a aclarar, pero ya va a ser tarde y las elecciones ya van a pasar. Conocemos lo que hace la derecha, cuando no tiene propuesta, no tiene nada que discutir y está absolutamente aislada y lo único que tiene es tratar de desprestigiar a la gente”, lamentó Arce.

El candidato presidencial del MAS acotó que la denuncia patrocinada por la abogada Paola Barriga, de que se obligaba a entregar a hijas adolescentes de campesinos a Evo Morales para que él escoja a una de ellas, no es cierta porque él no vio a menores de edad en las reuniones políticas de su partido. 

“Es un tema que no involucra para nada al MAS ni al binomio que está en la candidatura en las elecciones. Este es un tema que corresponde al ámbito privado, el acusador que presente sus pruebas y habrá un acusado que se defienda (…) Luis Arce no ha estado todo el tiempo con el compañero Evo, como ninguno de los ministros creo, en las reuniones que he visto yo no vi ese tipo de situaciones, no sé de dónde sale. Tendrá que probarse, y que las autoridades encargadas tomen cartas en el asunto, no se trata de hacer solo denuncias”, dijo.

Mientras, la presidenta del Senado, Eva Copa, consideró que este tema es un “asunto particular” y que no debe afectar la imagen del MAS. La legisladora señaló que no pone “las manos al fuego” por nadie y que debe ser la justicia la que debe aclarar las denuncias de estupro por las que se acusa a Morales. La dirección nacional del MAS nada tiene que ver, ese es un tema particular que se debe tratar en instancias judiciales”, afirmó.

Similar posición asumió el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Choque, quien dijo que no meterá “las manos al fuego” por el expresidente.

¿Jefe de campaña?

En los sectores afines al MAS también hay división. En el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyo (Conamaq) renació la idea de que Morales deje la jefatura de campaña del MAS. Ese punto lo analizará el Pacto de Unidad, conglomerado de organizaciones que eran leales a Evo.

En cambio, son los cocaleros de Chapare y grupos de Cochabamba quienes cierran filas en torno a Morales. El dirigente Leonardo Loza dijo que sí mete “las manos al fuego” por el expresidente y pidió evitar el debate de la jefatura de campaña. “Es nuestro guía y siempre lo será”, enfatizó.

La voz de Evo

A pesar de que las denuncias se conocieron hace varios días, las únicas expresiones de Evo Morales decían que “no comparte que se use a compañeras para hacer política”.

Nueva denuncia y amenazas

El temor la obligó a escapar de su tierra. Graciela (nombre ficticio) es la mamá de una de las menores que supuestamente fue obligada a ser pareja de Evo Morales. Ella decidió hablar de lo que sucedió hace años, pero lo hace con miedo. Donde vive, el Movimiento Al Socialismo (MAS) sigue pisando fuerte y ella denuncia que sus dirigentes se encargan de evitar cualquier daño a la imagen de su líder.

Asegura que su vida se volvió un calvario desde que decidió denunciar que su hija y otras menores de edad de su comunidad eran entregadas cuando Evo Morales llegaba a esa zona por cualquier asunto. Graciela relata que las niñas eran ingresadas a las reuniones y que el expresidente supuestamente elegía con quién estar. Esa versión la ratifica la abogada Paola Barriga, quien detalla que se preparó una demanda contra el expresidente por el delito de violación, ya que la presunta víctima en ese tiempo tenía menos de 14 años.

“La señora se contactó conmigo y me contó que en la comunidad donde vivía y cuando llegaba Evo Morales había que entregar a las niñas en las reuniones donde participaba el expresidente. Evo Morales elegía como si tratara de un harem. La mamá y la víctima ahora están siendo amenazadas”, relata la abogada Barriga.

Evo Morales enfrenta por ahora dos denuncias por tener supuestas relaciones con menores de edad. El primer caso es el de Noemí M. 

La ahora joven había ratificado, en una declaración a la Policía, que tiene una relación sentimental con el expresidente desde mayo de este año. Luego, la joven envió una carta a la Defensoría del Pueblo explicando que fue presionada para dar ese tipo de declaraciones.

La segunda demanda la instaló el Ministerio de Justicia. El viceministro de Transparencia, Guido Melgar, explicó ayer que se denunció a Morales por los delitos de estupro y trata y tráfico de personas por el supuesto embarazo de una menor de 15 años, quien habría dado a luz a una bebé cuando cumplió los 16 años.

La presidenta Jeanine Áñez también comentó esta situación. La mandataria calificó como “imperdonables” las acusaciones de pedofilia y aseguró que estas demandas no quedarán en la “impunidad”. La jefa de Estado añadió que estas demandas contra Evo Morales causan “vergüenza” porque dañan la imagen del país.

“Todos esos actos deben ser castigados, nosotros estamos por el respeto a las mujeres, a los niños, pero habíamos tenido un presidente que se guardaba todo eso, no quedará en la impunidad, es una actitud imperdonable e indignante para todos los bolivianos”, lamentó Áñez en un acto público en la ciudad de Tarija.

Un tercer proceso judicial contra Evo Morales está en curso. Es el caso de Graciela (nombre ficticio), quien se animó a denunciar al expresidente por haber mantenido una relación con su hija cuando ella tenía menos de 14 años de edad. En este asunto la demanda va más allá. Se acusa al exmandatario por violación, ya que la menor edad, según la abogada Barriga, tenía menos de 14 años cuando supuestamente Morales estuvo con ella.

“Tengo conocimiento de un caso, de una mamá quien, ante la indignación y el dolor que han tenido que vivir, llega para poder iniciar una demanda contra Evo Morales. Ella relata que cuando Evo Morales llegaba a esta población donde ella habita tenían que entregar a sus hijas entre 12 y 15 años. El día viernes pasado me llama y me dice ya he tomado contacto con nueve mamás más. Están siendo amenazadas ahora de que pueda pasar algo en caso de que exista una denuncia por parte de ellas”, detalló Barriga.

Graciela no se detiene en su caso, ya que lamenta que existen otros que no saldrán a la luz, ya que tuvieron el aval de los padres, quienes aceptaron entregar a sus hijas con el fin de obtener cargos públicos y montos de dinero. Loza negó que en el Chapare existan padres que entregan a sus hijas por cargos. “Esa denuncia la tendrán que demostrar, eso es muy grave”, dijo el dirigente cocalero.

El abogado Joadel Bravo explica que, para acusar de estupro, se necesita la anuencia de la víctima, salvo que hubieran participado por padres en el hecho, en cuyo caso el Ministerio Público debe investigar el hecho.