Existen grupos pakistaníes que dominan la comercialización de vehículos en Iquique. Venden motorizados con facturas subvaluadas. El comprador paga menos impuestos en Bolivia. Hay empresas de bolivianos que ingresan al negocio

3 de abril de 2023, 8:00 AM
3 de abril de 2023, 8:00 AM





Umar Siyab dirige la empresa President Line en Iquique

Está sentando al ingreso de la “playa” de autos con su vestimenta tradicional. Umar Siyab es paquistaní y domina el negocio de venta de vehículos en Iquique, en Chile. Mira su teléfono celular todo el tiempo. Mira a quién entra y sale a su importadora, donde la mayoría de los automóviles están llenos de arena mostrando una imagen como si fueran viejos. Pero no, son de última generación y algunos de alta gama.

Él los ofrece como si fueran motorizados cero kilómetros, pero algunas denuncias dicen que son vehículos con recorrido. Siyab no habla mucho, es serio. Te da la bienvenida y solo invita a mirar los coches. De frente está la “playa” de autos. Frente a frente. Sucios, de toda marca, pero su mayoría son Toyota. Al fondo están los lujosos. Sus ayudantes, que son bolivianos, cuentan que son vehículos acondicionados, lo que aumenta el valor.

Es la importadora President Line Chile. Umar Siyab es el dueño y es una de las tantas empresas con dueños pakistaníes que se asentaron en la ciudad chilena. Funcionan legalmente en el vecino país, pero lo ilegal lo hacen directamente o con terceros al introducir los motorizados a Bolivia.

Se puede mirar los vehículos sin problemas. Incluso invitan a subirse a ellos. Se pueden encontrar motorizados de todos los precios. Desde $us 3.000 hasta $us 50.000. Una camioneta Hilux Adventure del año 2022 está en $us 40.000. Está acondicionada con los detalles de lujo. Es negra y está al final de la larga fila de vehículos.

Esta camioneta puede ingresar legalmente a Bolivia por ser un motorizado fabricado en 2022, ya que la norma establece que solo se pueden importar vehículos con dos años de antigüedad, de acuerdo a la gestión correspondiente.

Los ayudantes “asesoran” en la compra. Explican sobre las características y los beneficios. Al final, piden sacar una fotografía del código del motorizado que está pintado en el vidrio delantero. Luego conducen al dueño de la importadora. Siyab sigue sentado en el ingreso de su negocio. Está vestido todo de blanco y con un taqiyah (gorro) del mismo color. No es de muchas palabras y para negociar pide hablar con su mano derecha: un hombre también pakistaní con la misma vestimenta, solo que en color café. Él invita a ingresar a la oficina, un ambiente pequeño con un computador y muchos papeles en un armario.



La ‘playa’ de autos que se ofrecen en las importadoras

Con códigos

El pakistaní pregunta por qué vehículo se decidió. Se le muestra el código y él explica las características. Da el precio ($us 40.000) y dice que se puede hablar de alguna rebaja. Además, ratifica que la modalidad de factura subvaluada sigue usándose para la venta de sus motorizados. Pero también sugiere que el trámite lo puede realizar una empresa terciarizada.

Se le consulta cuánto sería el precio con una factura subvaluada. “Unos $us 10.000 a $us 15.000 menos”, responde. Luego mira al “comprador” y le dice que si está animado a comprar el vehículo.

Se levanta y termina la reunión. Habla con Sayib y dice que en caso de estar decidido en la compra se puede visitar la oficina nuevamente. Se despide y regresa a la “playa” de vehículos.

La subvaluación de una factura consiste en que el vendedor de un motorizado hace un convenio con el comprador para colocar en la factura una cantidad muy inferior al valor de la transacción real, con el propósito de pagar menos impuestos en la Aduana de Bolivia. Esta operación también afecta a Chile porque deja de percibir impuestos como el IVA.

En Iquique se identifican dos formas de consolidar la subvaluación de una factura: la primera es de manera directa con la importadora que vende el automóvil, cuando ésta accede a dar una factura fraudulenta. Y la segunda, que ahora está poco vigente, es por traspaso, que consiste en que otra empresa de trámites se encarga de hacer el documento subvaluado sin la participación del comerciante del vehículo. La factura puede tener un costo aproximado de $us 30.




Las empresas de bolivianos ofrecen distintos trámites en Iquique

EL DEBER visitó dos de estas empresas. Están ubicadas en la avenida Circunvalación en el barrio Industrial, muy cerca de la Zona Franca de Iquique (Zofri). Ambas son dirigidas por ciudadanos bolivianos. Los dueños son muy cuidadosos al momento de hablar. Hacen una especie de análisis del comprador. Una de las empresas hace un trabajo especializado de transporte de autos de chutos hacia Bolivia. La otra puede hacer el trabajo de subvaluación de factura, aunque aseguran que lo hacen muy poco.

Son oficinas muy pequeñas las que tienen estas empresas. Ambas manejan la misma escala de precios. Realizan traspasos, que son el registro de vehículos; manifiestos, que es un documento en que los transportes de carga internacional terrestre, deben consignar la carga que llevan; y el transporte hasta Arica y Colchane. Hasta ahí todo legal en Chile, pero adicionan el trabajo de transporte a Bolivia por pasos no autorizados y, una de las empresas, puede hacer el trabajo de subfacturación.

“Lo están haciendo (subvaluación de facturas) las empresas (importadoras) directamente. Ya no vienen por acá. Nosotros te podemos llevar tu auto con los chutos”, dijo uno de los administradores de esas empresas.

Multas posteriores

En el Gobierno explican que la Aduana Nacional tiene lista de precios referenciales a los cuales se debe apelar cuando se tramita la nacionalización, en este caso de vehículos con dos años de antigüedad. El Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando explicó que esa lista se actualiza de manera permanente y que en la Aduana existe un sistema informático que lanza los precios actualizados de los vehículos.

Además, existe la normativa para poder sancionar con multas a las personas que ingresen sus vehículos con facturas sobrevaluadas en Chile. Se trata del decreto 2295, que establece el procedimiento de nacionalización a través de dos conductos: canales verdes. que es lo más expedito; y rojos, que implica un “reconocimiento físico y documental” de la mercancía importada.

En este decreto también se establece el control diferido y el posterior. Eso significa que en el caso de autos subfacturados puede existir un “control posterior” con multas acumuladas a partir del año que se internó el motorizado.

Un experto en despacho aduanero, que prefirió no dar su nombre porque trabaja en una agencia aduanera, explicó a este medio que en la actualidad existe mucho riesgo al momento de ingresar vehículos con doble factura. La fuente detalló que ese procedimiento bajó de intensidad hace tres años. “Primero, las agencias despachantes son privadas, pero existe un código de ética establecido con la Aduana justamente para evitar estos hechos, como la internación de vehículos que en Chile fueron vendidos con una factura muy por debajo del precio real”, remarcó el especialista.

El punto de inicio es Iquique. En esa ciudad todavía sigue la venta con facturas subvaluadas, pero entregadas por la misma importadora. En Iquique la mayoría de empresas que realizan trámites, traspasos, manifiestos, cambios de volante, reexpediciones y otros trámites pertenecen o son dirigidas por bolivianos.

Las pocas empresas que todavía se animan a realizar este trámite califican como un “traspaso” la venta o compra de un vehículo con factura subvaluada. “¿Ya tienes tu vehículo?”, pregunta el empleado. Se le responde que sí. “Acá entonces podemos hacer el traspaso, aunque ya no sale mucho por los controles”, sigue el empleado. “Me han cotizado a 20.000 (dólares) un minibús Toyota”, lanza el comprador. “Por 10.000 a 12.000 (dólares) se puede hacer una factura”, remata.

Enseguida, el tramitador ofrece el transporte hasta la frontera Chile-Bolivia para que luego el vehículo pase por Aduana. “Ahí con la factura pasa tranquilo, pero primero debemos hacer el traspaso”, dice. Después pregunta de qué importadora se compró el motorizado y admite que existe un trabajo coordinado con vendedores pakistaníes.