Arce, Mesa y Áñez se perfilan con más opciones para disputar la segunda vuelta el 29 de noviembre. Los entendidos en la política ven que Santa Cruz puede definir al candidato que pugnará con el MAS, pero el escenario puede variar en la recta final

25 de agosto de 2020, 8:07 AM
25 de agosto de 2020, 8:07 AM

El escenario electoral en el país, en medio del conflicto social y la emergencia sanitaria por el coronavirus, no arroja a un ganador el próximo 18 de octubre, por lo que anticipan que al nuevo presidente de Bolivia se lo elegirá en una segunda vuelta prevista para el 29 de noviembre y que los acuerdos de los opositores al Movimiento Al Socialismo serán determinantes en los resultados.

EL DEBER buscó a personajes que estuvieron en la política, pero que ahora se mantienen distantes, para que con su experiencia ayuden a entender los escenarios que se presentan.

Creen que, por el momento, los más aventajados para pugnar en la segunda votación son los candidatos del MAS, Luis Arce, y de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa.

La presidenta Jeanine Áñez, que postula por la alianza Juntos, también sale entre las posibilidades, pero consideran que su gestión no la favorece.

En eso coinciden los entendidos de la arena política Carlos Bohrt, Gary Prado Salmón, Jimena Costa, Jorge Richter y Armando de la Parra.

Bohrt, con una larga trayectoria en la arena política y como analista en temas electorales, resalta que la probabilidad de la segunda vuelta es muy grande.

Coincide con los demás en que los resultados del 18 de octubre no permitirán proclamar al nuevo mandatario en el país, porque nadie se acerca a lo que establece la ley electoral de obtener más del 50% de los votos válidos emitidos; o un mínimo del 40% de los votos válidos emitidos, con una diferencia de al menos el 10% en relación a la segunda candidatura más votada.

Bohrt considera que una de las dos fuerzas en la segunda vuelta será el MAS, aunque cree que como consecuencia de los bloqueos y sus secuelas, y si continúan con acciones como la de ley de la impunidad, podría ocupar el segundo podio. “La incógnita radica, en quién sería el otro contendiente: Jeanine Añez o Carlos Mesa”.

Las dudas que tiene para afirmar que será Mesa, se sustentan en que los votantes de Santa Cruz ya no lo respaldarán masivamente, como sucedió en octubre de 2019, porque las corrientes mayoritarias parecen orientarse hacia Jeanine Áñez, de Juntos, y al candidato de Creemos, Luis Fernando Camacho.

De igual manera apunta a que Beni tampoco lo favorecerá como antes, por la misma situación. Y por último, señala que Mesa perdió sus aliados en La Paz, Tarija, Potosí y Pando, departamentos donde podría tener menos votos.

Deben unirse

“Con seguridad ninguno va a llegar a más del 40 por ciento ni a 10 puntos de diferencia, ni a la mayoría absoluta, de manera que va a tener que darse una segunda vuelta”, apunta el general Gary Prado Salmón, el hombre que capturó al Che Guevara y tuvo 11 años de detención domiciliaria hasta lograr la absolución de los acusados en el denominado ‘caso terrorismo’, impulsado en el gobierno del expresidente Evo Morales.

El general considera que es vital la unión de las fuerzas contrarias al MAS, para evitar el regreso del masismo al Gobierno.

A su criterio, el MAS tiene grandes posibilidades de disputar en la segunda vuelta, pese a que también ha perdido espacio con los últimos bloqueos y movilizaciones. “Creo que ha disminuido su votación, pero todavía hay tiempo para ver las cosas, porque todas las encuestas son hechas por encargo de alguien, pero el sentimiento general de la población, lo que uno encuentra, lo que lee en las redes sociales, es que hay un sentimiento de furia y rechazo contra el MAS, con lo que puede variar el panorama”.

Considera que el 18 de septiembre puede ser determinante para perfilar lo que pasará después de las elecciones, partiendo de un compromiso asumido por los candidatos de que faltando un mes declinarían aquellos que no tengan posibilidades y apoyen a otra opción. “Si se da eso, podríamos tener un escenario bastante diferente en el último tramo de las elecciones”.

A criterio del general, con el terreno electoral que se tiene en este momento, Mesa y Áñez tendrían las mejores opciones para enfrentar la segunda vuelta, todo dependerá del apoyo de la votación del departamento cruceño. “Santa Cruz tiene la más importante plaza electoral, va a definir quién va a la segunda vuelta”, indica.

Intencionalidad

Para la exdiputada y analista política, Jimena Costa, las tendencias de apoyo electoral muestran que el candidato del MAS no llega al 30 por ciento y Mesa ha ido en ascenso, mientras que Áñez baja.

“Pareciera que es una tendencia ya definida la segunda vuelta, porque el MAS no va a poder tener más de 40 por ciento con una distancia de 10 puntos, y todo apunta que la segunda vuelta es con Mesa porque en lugar de reponerse Jeanine Áñez, se desgasta más”.

A criterio de Costa, la candidatura le impide a Áñez cumplir su rol de autoridad y como articuladora en el país. Además, señala que en el país hay una tendencia generalizada de que nadie quiere que el MAS retorne al poder.

Advirtió que hay una probabilidad de que el MAS esté preparando el terreno para decir que hay fraude, tomando en cuenta que está acostumbrado a generar ingobernabilidad y violencia con los movimientos que se han gestado en los bloqueos, que querían obligarlo a cambiar fecha, aunque sea por una semana, al Tribunal Supremo Electoral, solo con la intención de debilitarlo.

“Creo que están preparando un terreno para denunciar fraude. Lo que van a querer hacer es acusar de fraude al otro lado, para decir que ellos no lo hicieron, y deslegitimar el resultado electoral”.

Costa indica que normalmente, siguiendo la historia del comportamiento del MAS, éste acusa al otro de lo que ellos mismos hacen. En ese sentido recuerda que Juan Ramón Quintana decía que la oposición contrataba delincuentes y drogadictos para la movilización de las pititas, cuando en realidad ellos lo hacían para la movilización de octubre.

También señala que los ciudadanos se organizan en las pititas bajo el nombre de los autoconvocados, y ahora el MAS asume ese nombre para su movilización. “Lo que hacen es vaciar el discurso del adversario apropiándose de él”.

Observa que en este momento en el MAS hay al menos cinco facciones y varios movimientos sociales que actúan por su cuenta.

Señala que la facción de Evo sigue controlando el movimiento social de los cocaleros y tiene todavía operadores políticos que son expertos en generar violencia.

Indica que esa es la facción más peligrosa, y es la que ha generado bloqueos y ha mostrado que la base social orgánica que mantiene Morales en el país son los cocaleros. Sin embargo, hay otras facciones del MAS que han tenido la apertura, incluso de aprobar la ley del 18 de octubre y sentarse en una mesa de negociación con mediación internacional, de pedir la desmovilización y el desbloqueo.

Está convencida de que a la facción de Evo Morales le importa el poder y no le importa el país, ni siquiera su propio partido, y son estos los que observarán el resultado electoral si es que el MAS no gana en primera vuelta, como ya se puede anticipar.

¿Se realizará el proceso?

El exparlamentario Armando de la Parra plantea que primero hay que ver si habrá elecciones el 18 de octubre, pero bajo la hipótesis de que estas se realicen, todo apunta que se irá a una segunda vuelta, porque ninguno alcanzará la mayoría.

“Lo que no se podría pronosticar es entre quiénes será la segunda vuelta”, apunta.

De todas formas ve que hay dos candidatos que van a la cabeza, tomando en cuenta las últimas encuestas que se han hecho públicas, donde muestran a Arce y a Mesa llevando la delantera, pero también le preocupa que en la intención de votos hay una gran cantidad de blancos, nulos e indecisos, que suman más del 30 por ciento que están fuera del balance, con lo que puede ocurrir cualquier cosa.

De la misma manera hace notar que el país todavía está en una curva pronunciada de la pandemia y que la mayoría de los que expresan su preferencia por un candidato podrían no ir a votar si la pandemia azota.

A eso se suma que hay una gran cantidad de ciudadanos que no están dispuestos a ser jurados y menos a ser delegados políticos.

Considera que el único grupo que está decidido a todo, es el constituido por los posibles votantes del MAS, que señalan que pueden ser delegados, jurados electorales y están dispuestos a emitir su voto en cualquier circunstancia.

A su criterio el Órgano Electoral no está midiendo lo que está pensando la gente, por eso será muy difícil reclutar los jurados electorales, que eso es básico y fundamental para la realización del proceso electoral. “Sin jurados no hay elección, por lo menos no debería haber”, apuntó.

En la nueva normalidad

Aún no ha arrancado la campaña electoral con la nueva realidad que vive el país impuesta por la pandemia, entonces todavía es muy difícil pronosticar lo que va a suceder en el escenario electoral, advierte el analista Jorge Richter.

Considera que las encuestas, por sus características, no permiten tener una apreciación de carácter más científico, por eso no se puede decir mucho. Pero se puede ver que la fuerza de Mesa se va instalando como una tendencia para ocupar el segundo lugar, porque aparece con las mejores posibilidades en esa disputa con los sectores que se ubican del centro hacia la derecha.

En esa línea de análisis, indica que todo apunta que el país tendría que dirimir entre Arce y Mesa.

Respecto a Jeanine Áñez considera que otros estudios de opinión privados que se han dado a conocer, muestran que sus posibilidades son menores. Pero también cree que hay que mirar los elementos que han caracterizado a su gestión de gobierno y un fraccionamiento muy claro en el mismo eje del escenario político (del centro hacia la derecha), esa disputa con los otros sectores, como pueden ser Creemos, Libre 21 y CC.

Subraya que lo único que tiene a su favor la presidenta es el aparato logístico del Estado y eso le permite tener algún margen de intención de votos que supera el 10 por ciento, pero no existen elementos en el escenario político que hagan prever que pueda tener una expectativa favorable. Adicionalmente, la estructura partidaria a la que pertenece tiene fuertes divergencias y en las anteriores elecciones la representación ha sido menor.

Con la experiencia que tiene en la docencia de Marketing Político, indica que las construcciones de imagen y de potencialidades electorales se las realiza previo a los momentos electorales y Áñez no ha tenido un liderazgo reconocido con anterioridad.

Explica que los partidos grandes tienen diferentes facciones internas, y el MAS es una alianza con la corporatividad popular y social del país. Indica que ese es un detalle que poco se ha analizado. Al ser una alianza hay una estructura política partidaria, una cúpula e inclusive una élite partidaria, que en momentos electorales se articula y eso tiene un potencial electoral muy grande.

El MAS tiene fuertes divergencias, porque la corporatividad es plural y diversa, pero se moviliza con muchísima fuerza, por eso es que después de la crisis que vivió el país y se dio la renuncia de Morales, este partido nuevamente encabeza las encuestas.

El analista hace notar que la derecha en el país es multipolar y la izquierda es unipolar.

En ese contexto la izquierda en el país está articulada con el MAS, y si hay alguna otra que no simpatiza con esta sigla, no participa en política, porque no tiene fuerza. En cambio, la derecha es multipolar y eso estratégicamente, para el proceso electoral, dificulta profundamente, y el enorme riesgo que tiene es el fraccionamiento que se presenta.