En el transporte pesado, la construcción, plomería, electricidad y la conformación de asociaciones o sindicatos, las mujeres demuestran que tienen el poder y pisan fuerte

15 de octubre de 2023, 4:00 AM
15 de octubre de 2023, 4:00 AM

“Si no puedo hacerlo, no me paguen”. Esa es una de las estratégicas frases que emplea Eliodora Zárate para conseguir que la tomen en serio, cada vez que ofrece sus servicios como ‘plomera’.

Cuando se plantea en femenino, la palabra parece taladrar los oídos poco acostumbrados a que este oficio también sea un asunto de mujeres.

Pero Eliodora no se rinde. Ya superó mil pruebas pasadas desde que era una niña, y ofrecer su talento en diez lugares, para que uno le diga que sí, es lo de menos.

Eliodora era ama de casa en La Paz, tuvo que cambiar su residencia a Santa Cruz por el grave estado de salud de su esposo.

De la noche a la mañana, a la fuerza, se convirtió en el sostén económico de la familia. Apenas hacía unos Bs 40 al día; hoy, trabajando tres a cuatro horas, puede sacar 100.

Esto fue posible gracias a la capacitación del Proyecto “Fortaleciendo las capacidades técnicas, sembrando semillas para la empleabilidad”, de Hábitat para la Humanidad, con financiamiento de BancoSol.

El año pasado, en octubre, se graduó en plomería, y hoy está finalizando electricidad. En ambos casos, gracias a un convenio con IRFA y Fe y Alegría, tendrá certificación del Ministerio de Educación.

Para Eliodora, no solo se trató de capacitaciones técnicas, también recibió formación en emprendedurismo, derechos femeninos y oratoria.

“Desde que me capacité soy otra mujer. Antes mi esposo ejercía violencia, mucha; cuando llegué a Santa Cruz ni siquiera hablaba con la gente, no me salían las palabras, me resultaba difícil comunicarme, era muda. Quizás hoy no me exprese bien, pero voy avanzando bastante y detuve la violencia en mi hogar”, compartió con orgullo.

Incluso asistía a las clases a escondidas, y con ayuda de su hija. A diferencia de la antigua Eliodora, ahora ya no se preocupa por pagar las facturas de luz, agua y gas; también puede ayudar con la mensualidad de la universidad de su hija. Sin embargo, le pesa mucho que no pudo ayudar económicamente a su hijo mayor para que siga una carrera profesional.

Eliodora Zárate, alumna de plomería
Eliodora Zárate, alumna de plomería

Eliodora nació en el área rural, es de la comunidad Gualberto Villarroel, entre La Paz y Oruro, solo estudió hasta tercero de primaria porque sus abuelos la impulsaron. Se casó a los 17 años porque su suegro la eligió, “en el campo tienen la costumbre de que uno no enamora ni escoge, los padres deciden. Fue muy difícil mi vida. Mi suegro no me preguntó, solo le gusté para su nuera”, recordó.

Con los talleres aprendió que no es la sirvienta de nadie, que vale mucho como mujer, y que puede levantarse económicamente. Ahora ya piensa en montar su propia empresa, e involucrar a otras compañeras de curso.

“Las mujeres cuidamos más la estética y dejamos más limpio el lugar donde trabajamos”, invitó a dejar de pensar que plomería y electricidad son ‘cosas de hombres’, como le suelen decir.

Edith Torrico, del proyecto de plomería y electricidad, dijo que este tipo de cursos despierta en las mujeres el deseo de ejercer sus derechos. “Antes yo no sabía que tenía derechos”, confesó Eliodora.

El padre de Mayra Garrido quería tener un hijo varón para heredarle su camión. El sueño se le cumplió, pero cuando el niño tenía poco más de un año, sufrió un accidente y quedó con retraso mental.

Quedaba Mayra, la segunda hija del transportista, que desde pequeña aprendió todos los secretos del negocio en la comunidad de Poco Poco. Durante varios años condujo un camión para ganarse la vida, y también maniobraba un tractor; viajaba acompañada de su hijo, Emanuel, y llegó a liderar una asociación de transportistas.

“Quiero que sea profesional, pero que también conozca sobre el oficio de su madre”, dijo.

Como los fletes de camión fueron bajando en intensidad y en ganancia, fue desplazando este servicio por otro de transporte “menos pesado” al aeropuerto. De hambre no morirá, Mayra sabe conducir todo tipo de vehículos.

Mujeres capacitándose en plomería y electricidad
Mujeres capacitándose en plomería y electricidad

Desde hace dos décadas, María Rodríguez Ramírez acude a su puesto de reparación de zapatos en el viejo mercado Abasto.

Aprendió el oficio de su esposo, y le tocó ejercerlo por necesidad cuando este falleció.

Su familia le pide que no trabaje, pero María está acostumbrada a recibir su propio dinero, además siente que debe ayudar en casa. “Aunque sea para el pan, pero ya es una ayuda, compro cosas para mis nietitos”, se justificó.

Alguna vez quiso tirar la toalla, especialmente al ver que la gente es descorazonada. “Me han robado mis herramientas, los zapatos cuando he dejado el puesto para comprar clefa o hilo”, contó.

Para su buena fortuna, ha encontrado amigas en esa zona, que le cuidan el puesto cuando tiene que ir al baño o a comprarse algo para comer.

Otro sector que era tradicionalmente masculino, y que desde hace más de una década se nutre de talento femenino, es el de la construcción.

Este 2023, con el apoyo de la Embajada Suiza en Bolivia, la Red Hábitat, Cámara de la Construcción, Colegio de Arquitectos de Santa Cruz y la empresa Coral, el Centro de Estudios para el Desarrollo Urbano y Regional (Cedure) graduó en Santa Cruz a 35 mujeres en albañilería, pintura, y también en derechos laborales femeninos, liderazgo y emprendedurismo.

Isabella Prado, del Cedure, dijo que el sector de la construcción crece cada día y en Santa Cruz tiene poca visibilidad de la mano de obra femenina.

Organizadas es mejor

Dominga Mamani
Dominga Mamani

Dominga Mamani era trabajadora del hogar y se graduó como abogada. Fascinada con la labor de Mujeres Creando, empezó a asistir como activista, hasta ser la responsable de la Agencia de Empleos de Mujeres Creando, e integrante del Sindicato de Trabajadoras del Hogar San Pedro, de la ciudad de La Paz.

“La necesidad me hizo estudiar Derecho, la injusticia con las trabajadoras es lo que me dio fuerzas”, dijo sobre su lucha personal.

Dominga se cansó de ver los abusos, sobre todo con las mujeres del campo, por eso hoy su trabajo es dar a conocer derechos y obligaciones laborales.