La Gobernación cruceña clama por la contratación de personal para empezar a atender con las unidades disponibles en tres centros de salud de tercer nivel. Los intensivistas están en emergencia. Solo en Tarija la situación es menos crítica y hay espacios

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15 de enero de 2021, 11:07 AM
15 de enero de 2021, 11:07 AM

El rumor que corría en los últimos días se confirma. No hay camas en las unidades de terapia intensiva (UTI) de los hospitales públicos para atender a pacientes graves  con Covid-19 en Bolivia. El lamento no es solo del sector de salud, sino también de las familias que tienen que peregrinar por los centros de salud y se encuentran con las puertas cerradas ante la falta de estos espacios para atender a los enfermos en estado grave.

En un contacto con EL DEBER, el presidente de la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva, Joel Gutiérrez, manifestó que no solo faltan camas, sino también insumos para atender a los enfermos y esto acentúa el drama de las familias.

"Solo Tarija tiene espacios disponibles en el sistema público, pero después todo está colapsado. Sumando a la seguridad social y la parte privada, el 95% de las camas de UTI del país están ocupadas con pacientes críticos. En Sucre no hay un solo lugar disponible", señaló Gutiérrez.

Desde Tarija, el gobernador Adrián Oliva señaló que hay al menos 24 camas disponibles en el sistema público y la cifra se podría ampliar con otras 20 UTIs, pero todo depende de la disponibilidad de recursos humanos que operen en estos espacios. Incluso se puede habilitar hasta 16 respiradores en otros centros de salud.

"En el Hospital San Juan de Dios de Tarija hay nueve pacientes con Covid-19 internados. Necesitamos médicos especialistas por el número de pacientes. Nos estamos preparando para cualquier eventualidad", sostuvo Oliva, quien expuso que en el departamento tarijeño se registran una media de 80 nuevos infectados cada día. 

Por otro lado, los intensivistas manifestaron estar abiertos para reunirse y coordinar la mejor salida de este escenario con el Gobierno central, así como con las autoridades de cada departamento para encarar de la mejor manera esta situación que ponga freno a la muerte de pacientes infectados.

Con la saturación de pacientes, según Gutiérrez, también falla la provisión de insumos y fármacos. No hay abastecimiento de medicamentos esenciales para pacientes en cuidados intensivos, principalmente en las ciudades capitales. Estos medicamentos complementan el trabajo que realizan los ventiladores mecánicos.

Entretanto, el expresidente de la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva, Adrián Ávila, declaró a Los Tiempos que cerca del 90% de pacientes que llegan a las unidades de terapia intensiva presenta riesgo de muerte debido a que son personas de la tercera edad o con enfermedades de base.

Ávila cree que debe declararse cuarentena rígida de forma inmediata en el país.

Desde la Gobernación de Santa Cruz, el secretario departamental de Salud, Joaquín Monasterio, confirmó a EL DEBER que en los hospitales de tercer nivel de Santa Cruz tampoco hay camas disponibles para los pacientes que requieren de los cuidados intensivos. "Los intensivistas están llorando y el Gobierno no nos da un ítem", lamentó. 

Actualmente, el sistema público cruceño tiene 24 camas de UTI que están ocupadas. A decir de Monasterio, podrían haber 72 camas si es que hubiera recursos para contratar recursos humanos. Hay espacios, pero están a la espera de personal para iniciar labores en el Hospital Japonés (30 camas), el hospital San Juan de Dios (13 camas) y también habilitar otras en el Oncológico.

"El Gobierno habla de pruebas rápidas y vacunas anticovid, pero no de recursos humanos ni de terapias intensivas. Quieren que los gobiernos departamentales se hagan cargo del problema, pero no tenemos nada. Podríamos usar recursos remanentes del SUS, pero necesitamos una normativa del Estado", remarcó Monasterio.

En las últimas horas, en Bolivia se registraron 2.198 nuevos contagios de Covid-19, con incidencia en Santa Cruz y La Paz. Los casos activos son 29.750, mientras que los sospechosos hacen un total de 4.592.