En la Semana Mundial del Refugiado, la Iglesia pide no caer en la indiferencia con quienes han tenido que abandonar su país
La pandemia ha empeorado la situación de los migrantes que por diversas razones han abandonado todo para luchar por su vida
Tener una conducta solidaria, conciliadora y de respeto durante la pandemia y y no optar por la indiferencia y la sospecha, es el pedido de la Iglesia en la Semana Mundial del Refugiado. Hace el llamado para tener un comportamiento inclusivo con las personas que se vieron obligadas a dejar su país.
Esas fueron las reflexiones del monseñor, Sergio Gualberti, quien remarcó que "es tiempo de pensar en el drama de miles de hermanos y hermanas que han tenido que dejar su país, su familia y sus pertenencias, huyendo de la persecución política, religiosa, racial o de otra clase para salvar sus vidas".
Varios de ellos están en Bolivia, agregó el prelado. "Piden seguridad, acogida y trabajo para el sustento de cada día, en espera que se den las condiciones para volver a su tierra natal”, sostuvo , a tiempo de recordar que "todos podemos ser buenos samaritanos y crear un mundo más justo, integrador y fraterno, conforme al sueño de Dios, Padre de todos".
El religioso precisó que la situación de los refugiados ha empeorado por la pandemia y por ello pidió no caer en la indiferencia y sospecha, sino por el contrario, optar por una conducta de respeto y cariño.
Gualberti hizo notar que la sociedad actual carece de los valores humanos y cristianos, y que en su lugar se preocupa por los intereses económicos y políticos, que son buscados con cualquier medio, lícito o ilícito, como la sumisión de la justicia
Durante su homilía, Gualberti subrayó que Dios ha dado dones para ponerlos al servicio del prójimo y del bien común y no para guardarlos.
A tiempo de agregar que el plan de salvación, en su dimensión temporal e histórica, necesariamente implica un compromiso para que el mundo se vaya levantando sobre los valores evangélicos de la fraternidad universal, la libertad, la verdad, la justicia y la paz.