Al menos 34 patologías se concentran en los centros penitenciarios del país. El caso más dramático es el de San Pedro, donde el que no tiene dinero puede morir por una enfermedad. En Villa Busch hay un médico. Tampoco hay ambulancias

6 de marzo de 2023, 7:31 AM
6 de marzo de 2023, 7:31 AM

San Pedro es un gigante de adobe construido hace más de un siglo y es conocida por ser una de las cárceles más pobladas de Bolivia y porque al interior de esos muros la ley que impera es la de los presos.

El hacinamiento es crítico y el acceso a la salud es nulo. Eso pasa en casi todas las cárceles del país, donde los reos están prohibidos a enfermarse porque si lo hacen deben sobrevivir sin medicamentos y sin cuidado médico.

En San Pedro, la cárcel de La Paz, existen muchos récords, todos tristes. Uno de ellos es que registra la mayor cantidad de presos muertos por problemas de salud en el país. Mientras en América Latina los presos mueren sobre todo por enfrentamientos, agresiones y motines, en las cárceles de Bolivia mueren por falta de atención médica.

Ese extremo lo comprobó el defensor del pueblo, Pedro Callisaya, quien encontró deficiencias y limitaciones en la atención médica en diez centros penitenciarios del país, confirmó los datos de hacinamiento y verificó la falta de personal policial, factores indirectos —dijo— para que ocurran fallecimientos en cárceles.

“Hemos encontrado que, de los diez centros penitenciarios que hemos visitado, sólo en dos hay personal médico y en ninguno de los centros penitenciarios existen ambulancias. En uno hemos hallado medicamentos vencidos. En estas condiciones, estamos poniendo en situación de vulnerabilidad a las personas privadas de libertad”, resaltó Callisaya.

Muertes

En 2022, 12 personas murieron en las cárceles del país, de las cuales nueve fueron por causa natural, dos por suicidio y uno por homicidio. “Es decir, que la principal causa de muerte es la causa natural y por ello tenemos que analizar principalmente la efectividad de los servicios de salud”, dijo Callisaya.

El drama de acceso a la salud para los privados de libertad es en todas las cárceles del país. El penal de Villa Busch, en la ciudad de Cobija, es uno de los dos centros donde hay un médico que atiende a los reos. Sin embargo, en esta cárcel no hay enfermeras y tampoco existe una ambulancia.

La directora de Régimen Penitenciario en Pando, Perla Galindo, informó a este medio que en la cárcel de Villa Busch hay atención médica para los privados de libertad los días lunes, miércoles y viernes, y confirmó que en ese penal solo hay un médico que atiende a los 527 reclusos.

“Acá contamos con un médico, pero no con enfermeras. Hicimos gestiones con el Ministerio de Salud, con la Gobernación de Pando y la Alcaldía de Cobija para acceder a las enfermeras”, detalló Galindo.

Según la Ley 2298, promulgada en 2001 en la gestión de Jorge Quiroga, establece que “la dotación de médicos en los centros penitenciarios debe ser realizada por el Ministerio de Salud. En el artículo 90 de esta norma se establece que “en cada establecimiento penitenciario funcionará un Servicio de Asistencia Médica, encargado de otorgar a los internos atención básica y de urgencia en medicina general y odontológica”.

El artículo continua que “este servicio, funcionará las veinticuatro horas. El Servicio de Asistencia Médica estará a cargo de funcionarios públicos dependientes del Ministerio de Salud y Previsión Social y funcionalmente de la Administración Penitenciaria”.

En Villa Busch se registró el 26 de febrero la muerte de un interno. Según las investigaciones fue un reo quien asesinó a la víctima con la complicidad de un policía. El efectivo, que trabaja en esa cárcel, pero que estaba de vacaciones, ingresó el arma con la que se mató al reo. Tanto el recluso como el policía ahora están detenidos en la cárcel de Villa Busch.

Al respecto, Galindo lamentó que este hecho haya perjudicado la imagen del penal de Villa Busch, puesto que en 2022 la cárcel fue calificada como un panóptico modelo en el país por las labores educativas y laborales que realizan los reclusos con el fin de consolidar su reinserción en la sociedad civil. La funcionaria detalló que se tomaron nuevas medidas de seguridad para evitar más asesinatos en Villa Busch.

Crisis de hacinamiento

En Bolivia existe sobrepoblación de privados de libertad de aproximadamente un 168% y solo existen 1.500 funcionarios policiales que resguardan las cárceles donde hay al menos 25.000 privados de libertad. Son datos alarmantes que van de la mano con el casi nulo acceso a la salud para reclusos.

“Esta verificación lo que está haciendo es ratificar la información que teníamos de la gestión pasada. Se ratifica el hacinamiento para una infraestructura que esta adecuada para unas 7.500 personas aproximadamente, entonces existe una sobrepoblación aproximada de 168%”, remarcó el defensor del pueblo.

Sobre el tema, el director del Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, indicó que existen 25.000 privados de libertad y cuestionó la falta de equilibrio en los centros penitenciarios de los reos que ingresaban y salían en libertad.

“Son elementos en que la justicia tiene que entrar en un análisis profundo porque no sé hasta cuando se tenía un cierto equilibrio entre los que entraban y salían. De los 25.000 (privados de libertad), 16.000 están en una condición incierta de detención preventiva, todavía no se ha resuelto su estado jurídico, si es culpable o inocente, todavía sigue siendo el 65% (con detención preventiva) y el 35% tiene sentencia condenatoria”, remarcó Limpias.

El caso de la cárcel de San Pedro en La Paz es aterrador. Hoy, el derecho a la salud —y a todo lo demás— se paga: alquiler de celdas en mejores condiciones, medicamentos y hasta deben entregar a los custodios entre 50 y 100 bolivianos por el traslado al hospital cuando se presenta un cuadro grave. Ahora, esta situación es mejor controlada después del intento de fuga de un reo brasileño en un hospital de la sede de Gobierno.

“San Pedro es una bomba de tiempo, un coctel de enfermedades, ya que una infección no controlada puede expandirse rápido en el penal por el hacinamiento que existe”, lamentó Ramiro Llanos, exdirector de Régimen Penitenciario.

Los números le dan la razón: hay al menos 34 patologías que van desde infecciones respiratorias hasta meningitis. Las de mayor incidencia son las infecciones gastrointestinales, respiratorias y urinarias, diarreas agudas, hipertensión arterial y diabetes.

Y esas afecciones están en todas las cárceles. Un recluso puede morir sin ver un médico. Las condiciones son pésimas en los penales y, si no se paga, pueden ser paupérrimas. El que paga, vive mejor y recibe los tratamientos que en la cárcel no están garantizados. El que no, puede morir.