Médico y artista que resaltó por su compromiso y autoexigencia profesional. Le cantaba al amor, a la juventud y a la vida. Su voz no calló cuando vio injusticias sociales. Su música marcó un hito en Bolivia

27 de diciembre de 2023, 4:00 AM
27 de diciembre de 2023, 4:00 AM


Aún retengo tu mirada, Anselmo. De interrogante en sufrimiento, Anselmo. Y es que no bastan unas monedas para comprarte el mañana, Anselmo. La canción es de Adrián Barrenechea. La grabó en 1984 y se convirtió en un hito que reflejaba el compromiso de este artista con la sociedad y con la música; con las nuevas generaciones y con Bolivia. Ahora, 39 años después, es el inicio de este homenaje a un músico de lujo que ha tenido el país y que ayer cerró los ojos por última vez, tras una inclaudicable lucha contra las secuelas del coronavirus.

Adrián dejó este mundo a los 69 años y su legado está compuesto de infinitas notas y letras de canciones que acompañaron a varias generaciones, a lo largo de más de 40 años. A los 20 se formaba en el Conservatorio de La Plata y un par de años más tarde tenía su primera presentación en la ópera rock
Concierto para un desorejadoDesde entonces no paró. Fue parte del grupo Ganímedes en Sucre y empezó a componer canciones que quedan inmortalizadas en los primeros discos. Años después lo invitaron a formar parte de la legendaria banda Luz de América y en los albores de los 90 se lanzó como solista en La Paz.

Entre susurros
Él y su guitarra conquistaron al público boliviano que, una vez conocía su música, no dejaba de seguirlo hasta sus últimos conciertos. Por eso es imposible olvidar canciones como Entre susurros, en la que el saxofón es el hilo conductor de un amor suave, sencillo en el que dejó su piel, su canción, su luna y una tormenta convertida en susurros de amor. Y le iba diciendo a su público: “Lo que conoces es tan poco, lo que conoces de mí… Son mis nubes, mis silencios, mis gestos”. 

Así es que quienes aman su música y su legado fueron conociendo la elegancia de sus composiciones, su compromiso con las melodías que tocan el alma.

“El pensaba que la composición tenía que tener un contenido ético y estético. La parte musical también debía ser prolija y debía salir del alma”, comparte con EL DEBER su compañera de toda la vida, Ximena Valdivia, que luchó a su lado durante todos los momentos, los más gozosos y los más duros. Ella ha sido el viento que impulsaba sus alas, como dice la canción que él interpretaba con una dulzura extraordinaria.

“Adrián le componía al amor, a la justicia, a la juventud y al diario vivir”, recuerda Ximena Valdivia y afirma que la prerrogativa era que el arte de Adrián debía trascender más allá de la moda y los tiempos. Quienes conocen del valor de su música saben que lo consiguió.
Adrián era un compositor como pocos. Pero también era un hombre que no calló al ver injusticias. Fue valiente al denunciar cuando quisieron dañar a su familia. No callaba al ver las injusticias de la política en Bolivia. Pasó muchos meses con la salud deprimida por las secuelas del covid y falleció un día después de pasar la Navidad con los suyos.

Las redes sociales se llenaron de homenajes al legado que deja como artista y como ser humano. El presidente, Luis Arce, tuiteó: “Con mucha pena recibimos la noticia del fallecimiento del gran cantautor boliviano, Adrián Barrenechea, cuya música ha conquistado corazones dentro y fuera del país.

 Su partida enluta a la música nacional, pero deja un imborrable legado de talento y perseverancia”. El ex mandatario, Carlos Mesa también expresó su condolencia en la red X (antes Twitter): “Lamento profundamente la partida de Adrián Barrenechea, notable cantautor boliviano comprometido con la justicia, la democracia y la igualdad que desde su aporte a la cultura ayudó a forjar integración, libertad y patriotismo. Mi solidaridad con su familia y amigos”.

Adrián compartió escenario con Nito Mestre (ex Sui Géneris), que lo despidió en Facebook: “Hoy se fue el querido amigo, colega Adrián Barrenechea, allá en Bolivia, una enorme cantidad de recuerdos juntos, de giras, shows en su país, el cual nos abrió las puertas en gran medida, gracias a la generosidad de Adrián. ¡Gracias!”. 

En 2004 fue creador de Alas de Música, movimiento de artistas latinoamericanos. Y también fue un férreo defensor de los derechos de autor. 

Su partida deja un vacío importante, pero su legado llena los recuerdos que acompañaron la vida de generaciones dentro y fuera de Bolivia.

Quienes quieran hacerle los honores y despedirlo pueden hacerlo en la sala Esperanza de Las Misiones hasta hoy miércoles a las 16:30, que se oficiará la ceremonia religiosa.