"En todos los gobiernos fueron malagradecidos con los excombatientes, no les dieron fuentes de trabajo ni les ayudaron con terrenos para dedicarse a la agricultura", lamentó Lidio Claros

14 de junio de 2022, 14:46 PM
14 de junio de 2022, 14:46 PM

A 87 años del cese de hostilidades entre Bolivia y Paraguay, Lidio Claros, hijo del fallecido excombatiente Santos Claros Acosta, dijo que el Estado boliviano fue malagradecido con los que ofrendaron sus vidas en el conflicto bélico, entre 1932 y 1935.

"En todos los gobiernos fueron malagradecidos con los excombatientes, cuando se movilizaron apenas les dieron Bs 30 y cada benemérito volvió a sus lugares de origen como podían, no les dieron fuentes de trabajo ni les ayudaron con terrenos para dedicarse a la agricultura. Ellos han ido a defender el territorio y la riqueza del gas natural", reclamó Claros.

Agregó que muchos de los beneméritos de la Guerra del Chaco murieron en el abandono y la pobreza franciscana.

En Tarija no queda ningún excombatiente vivo en la actualidad y el último fue Benigno Garrado Peñaranda, quien a sus 109 años, murió en febrero de 2021.

"Si bien les pagaban una renta que se ha ido incrementando con el paso de los años, era insuficiente para que sobrevivan. Después nos les dieron absolutamente nada y esto significa que en Bolivia no se supo agradecer a las personas que ofrendaron sus vidas, a diferencia de los excombatientes en Paraguay, donde los tratan mejor", lamentó Claros, que es hijo de un benemérito oriundo de Cochabamba y se quedó a vivir en la capital tarijeña hasta su deceso.

El aniversario del cese de hostilidades congregó este martes a los presidentes Luis Arce Catacora, de Bolivia, y Mario Abdo Benítez, del Paraguay, en la plaza Bernardino Bilbao Rioja de la ciudad de Villa Montes.

"En la Guerra del Chaco, Bolivia descubre a su verdadero enemigo: las clases antinacionales y el imperialismo. También descubre que la propiedad soberana de los recursos naturales es razón suficiente para sacrificar la vida, antes que entregarla a la angurria de potencias extranjeras", escribió el presidente Arce en una de sus redes sociales.

En la capital tarijeña se llevó adelante otro acto de homenaje en el "Ojo de Agua", del barrio Juan XXIII, donde los soldados bolivianos bebían y llenaban sus cantimploras con el líquido vital antes de su partida a Villa Montes.